5 Mitos de la Primacía Masculina

5 Mitos de la Primacía Masculina

Por Kate Wallace

 

Me senté enfrente de ella. No nos habíamos visto hace mucho y estaba emocionada por ponernos al tanto. Ella era una pastora de jóvenes, una de esos pastores con un obvio llamado para una vida en el ministerio.

Pero mientras miraba en sus ojos, pude ver que estaba preocupada. Ella me explicó que había estado teniendo problemas con su jefe. Me contó que cada vez que ella tenía un desacuerdo con él, él le decía que ella tenía un problema con la “primacía masculina en la Iglesia”.

Me senté allí, shockeada de que un pastor supiera tan poco de liderazgo en la Iglesia, como para salirse con la suya con sus empleados de esa manera. Creo que exclamé mi respuesta antes de que ella terminará su oración:

“¡Si! ¡Tu deberías tener un problema con la primacía masculina en la Iglesia!” Dedicamos el resto de nuestro almuerzo para hablar acerca de los errores teológicos en los que este hombre había caído.

Tengo que admitir, que desde esa conversación he estado alerta cada vez que se menciona la “primacía masculina” en las iglesias. La he oído en muchos contextos diferentes, y todas las veces se usa para elevar a los hombres por encima de las mujeres, en la familia, en el matrimonio y en la Iglesia.

Se me ocurre que, aunque los cristianos somos conocidos por hundirnos en la escritura y analizarla palabra por palabra, hemos fallado en hacer esto con la “primacía” en la escritura. Algunos dicen que es un sinónimo de “autoridad” y que lo dejemos ahí, sin estudiar las palabras, sin mirar al contexto, sin observar el lenguaje original.

Esto ha llevado a 5 mitos acerca de la “primacía masculina” que han atravesado su camino hasta nuestra teología. Aunque no soy la primera en escribir acerca de esto, mi esperanza es que este post ayude a arrojar luz sobre las falsas maneras de pensar y nos desafíe a investigar más profundamente.

MITO 1: PRIMACÍA MASCULINA EN LA IGLESIA

La Biblia nunca enseña que hay “primacía masculina” en la Iglesia. Si, me escuchaste bien. Ahora, la Biblia si habla acerca de primacía en la Iglesia. Pero ¿tu sabes quien ocupa esa posición? Eso es correcto, Cristo.

De acuerdo a la Biblia, Cristo, y solo Cristo es la cabeza de la Iglesia. A los varones nunca se les da ese lugar. De hecho, insistir en la primacía masculina en la Iglesia significaría ubicar a los varones en el lugar de Cristo, lo que implica una herejía.

A veces las personas usan el lenguaje de “primacía” cuando en realidad están hablando de liderazgo en la Iglesia. Esto usualmente surge de una interpretación específica de 1 Timoteo 2:12, un versículo que nunca menciona la primacía. Esto es en realidad un tema teológicamente diferente. La confusión de estos dos temas puede llevar a una falsa enseñanza.

MITO 2: EL HOMBRE COMO CABEZA DEL HOGAR

¿Sabías que la Biblia nunca dice que el sacerdote es la cabeza del hogar? La frase es tan común en nuestra cultura, e incluso aunque algunos de nosotros asumimos que es sacada de la escritura, simplemente no está allí. Así que, ¿Qué es lo que la Biblia dice?

Hay dos lugares en la escritura que se refieren a la primacía del esposo: Efesios 5:23 y 1 Corintios 11:3. Cuando los lees, puedes ver que estos versículos están hablando específicamente de la relación marital entre un esposo y una esposa. No se dice que todos los hombres son cabezas de todas las mujeres. Tampoco dicen que los varones son las cabezas de las comunidades cristianas.

También notarán que ninguna dice que el esposo es la “cabeza del hogar”. De hecho, la única cosa que el esposo es llamado es la “cabeza de” su esposa.

Así que, ¿qué significa para un esposo ser la cabeza de la esposa? Algunos creen que tiene que ver con liderazgo, pero…

MITO 3: PRIMACÍA COMO LIDERAZGO

¿Sabías que la Biblia nunca dice que el esposo debe servir a la esposa? Las personas que enseñan esto en realidad están dando su propia interpretación de las escrituras que hablan acerca de la “primacía” del esposo. Ellos están asumiendo que la palabra griega para “cabeza” significa “líder”. Esta es una suposición común porque en el idioma español “cabeza” puede ser sinónimo de “líder”. Pero no en todos los idiomas “cabeza” es iguala con “liderazgo”.

En el francés, por ejemplo, es un idioma en el cual su palabra para “cabeza” no tiene ninguna connotación con “liderazgo”. Interesantemente, el griego es otro idioma que comúnmente no iguala liderazgo con primacía. En griego, la primacía puede significar “fuente”, como en la “cabeza de un rí”” (1 Corintios 11:3 parecer ser un ejemplo de eso, considerar los versículos 11 y 12 de ese capítulo). El significado de “cabeza” en griego es usualmente metafórico, lo cual puede ser entendido mediante el contexto del pasaje específico.

Si leemos estos pasajes sin traer nuestra propia mentalidad occidental de la palabra “cabeza” en ellas, parecerán muchos más diferentes. Pero entonces, ¿cómo podemos darnos cuenta que es lo que la “primacía del esposo” significa en la escritura? La segunda parte de ese versículo tiene una pista enorme:

“El esposo es la cabeza de la mujer, así como Cristo es la cabeza de la Iglesia…”

Si queremos entender la “primacía del esposo” entonces debemos entender la primacía de Cristo en la Iglesia. Así que ¿cómo es Cristo la cabeza de la Iglesia?

La “primacía” de Cristo en relación a la Iglesia es mencionada en 5 ocasiones en el Nuevo Testamento:

  1. Colosenses 1:18 – Cristo es metafóricamente la cabeza de la Iglesia, fuente de vida después de la muerte.
  2. Colosenses 2:18-19 – Cristo es metafóricamente la cabeza de la Iglesia, para ayudarla a florecer
  3. Efesios 5:23-25 – Cristo es metafóricamente la cabeza de la Iglesia, salvándola, amándola y entregándose por ella.
  4. Efesios 1:20-23 – La Iglesia es metafóricamente el cuerpo de Cristo, Cristo provee para el crecimiento de la Iglesia
  5. Efesios 4:15-16 – La Iglesia es metafóricamente el cuerpo de Cristo, Cristo capacita a la Iglesia para el crecimiento mediante el amor.

¿Cómo es descrita la primacía de Cristo en la Iglesia?

  • Dando vida abundante
  • Ayudando a florecer
  • Salvándola
  • Amándola
  • Dándose por ella/muriendo por ella.

¿Qué no vemos en estos pasajes?

  • Autoridad sobre
  • Liderazgo
  • Toma de decisiones
  • Dominio

En muchas otras ocasiones cuando Cristo es llamado la “cabeza” de algo, la Escritura añade palabras para explicar que él también es la autoridad sobre esa cosa. Este idioma de “autoridad sobre” no se encuentra en ningún caso en el que Cristo es la cabeza de la Iglesia.

La primacía de Cristo en la Iglesia no tiene nada que ver con liderazgo o autoridad, sino con amor, sacrificio, muerte y dar vida. De la misma manera, la “primacía” del esposo sobre su esposa se refiere solo a darse por ella, sacrificarse por ella, y darle una vida floreciente.

Para dar más claridad…

¿Es Cristo un líder? – Si

¿Es Cristo el gobernante Hijo de Dios sentado en el trono? – Si

¿Son estas las características de Cristo que los esposos son llamados a imitar como “cabezas” de sus esposas? – No.

Este es un rol servil, no uno de liderazgo.

MITO 4: PRIMACÍA COMO TOMA DE DECISIONES

Hecho divertido: la escritura no les da a los esposos ninguna clase de autoridad de toma de decisiones sobre sus esposas. De hecho, el único texto de la escritura que trata la toma de decisiones en la relación entre el esposo y la esposa los instruye a tomar esa decisión juntos en igualdad (1 Corintios 7:1-6).

Déjenme decirles esto una vez más, porque creo que es importante – El único lugar en la escritura que explícitamente habla de la toma de decisiones en un matrimonio pide que el esposo y la esposa tomen esa decisión juntos en igualdad.

La Escritura no le da al esposo una “carta triunfadora” en la toma de decisiones. Él no tiene la palabra final, de acuerdo a la Biblia. Si seguimos el ejemplo que la escritura pone, los esposos y las esposas tomarían las decisiones juntos, mediante oración.

MITO 5: PRIMACÍA ES ESTAR EN EL ASIENTO DEL CONDUCTOR

Demasiadas veces he escuchado a las personas igualar la primacía del “esposo” a la autoridad porque “alguien tiene que conducir el auto”. ¿Adivinen que? El matrimonio no es un auto. El matrimonio es una relación, un compromiso. Además, ustedes siempre pueden detenerse y cambiar de conductor.

Aunque no había autos en el tiempo en que la Biblia fue escrita, interesantemente hay un ejemplo vehicular en la Biblia de cómo debería ser una relación, un compromiso de dos personas estando juntas: dos bueyes, igualmente bajo un yugo, empujando un carro o un arado. Ellos debían ser iguales, o el carro sería desviado de su curso.

En el ejemplo bíblico, no somos conductores del matrimonio en absoluto. Somos los bueyes. Los bueyes no deciden hacia dónde va el carro, el granjero lo hace. Nosotros ponemos nuestro esfuerzo para hacer el trabajo, y Dios decide a donde lo llevará y para qué Él lo usará.

Los hombres no pertenecen al asiento del conductor. Ni tampoco las mujeres. Dios lo hace. Recuerden, somos llamados para vivir una vida diferente.

CONCLUSIÓN

Los mitos cristianos de la “primacía masculina” enseñan que los hombres tienen algún tipo de autoridad sobre las mujeres en la Iglesia, en la comunidad, y el hogar. Creo que la prominencia de estos mitos surge del fracaso de estudiar el tema minuciosamente. La Biblia misma no le da a los hombres una autoridad jerárquica sobre las mujeres. De hecho nos dice que los esposos deben mostrar a su esposa el mismo sacrificio vital que Cristo le demostró a la Iglesia.

El mundo favorece a los varones. La Biblia les dice a los seguidores de Cristo que favorezcan a los demás: esposos a sus esposas, esposas a sus esposos, creyentes a sus prójimos. De esta manera, todos aman y son amados abnegadamente. Los igualitarios hablan de esto en su teología de la sumisión mutua.

Mi amiga pastoras de jóvenes hizo una gran observación durante nuestro almuerzo juntas: “Si los seguidores de Cristo son generalmente llamados a la abnegación, la servidumbre y la humildad, esta autoridad masculina no parece encajar”.

Como cristianos, no somos llamados a ejercer autoridad sobre las personas. Somos instruidos a amarlas, servirlas, tal como Cristo lo hizo.

En nuestras relaciones con los demás, debemos tener la misma mentalidad de Cristo Jesús: “quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! (Filipenses 2:5-8)


Fuente: http://juniaproject.com/5-myths-of-male-headship/

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