¿La pastora?

¿La pastora?

Por Yandys Marlinet

“… y he aquí Raquel su hija viene con las ovejas” (Gen.29.6)

El tema de la ordenación de la mujer ha despertado un debate a nivel mundial, no solo en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, sino también en muchas otras denominaciones. He leído numerosos estudios donde se sustentan bíblicamente posiciones diversas y hasta contrarias, ¿Existirá una verdad sobre el tema?

Mi curiosidad me ha llevado a investigar, con oración, el tema por mí misma y quisiera compartir algunas de mis reflexiones.

Una de las conclusiones a las que he arribado, es que las interpretaciones del texto bíblico muchas veces pasan por que asumimos determinados presupuestos en virtud de nuestras costumbres culturales, es decir, damos por sentado un estado inicial de cosas y a partir de allí, hacemos que nuestra interpretación sea aplicada de forma coherente, no necesariamente con la Palabra de Dios, sino con nuestro acervo cultural.

Por ejemplo, para muchos, cuando leen “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él” (Gen. 2.18), entienden 1. Que la mujer fue creada como un ser subordinado al hombre desde el principio; 2. Que la mujer fue creada para servir al hombre en todo lo que él quiera; 3. Que las labores domésticas le corresponden a la mujer; 4. Que es el hombre quien debe tomar las decisiones sobre los negocios y demás asuntos importantes en la vida de la familia; 5. Que el hombre manda y la mujer obedece tanto en la casa como en la iglesia. ¿Son estos presupuestos bíblicos o culturales?

1. Que la mujer fue creada como un ser subordinado al hombre desde el principio

“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; más para Adán no se halló ayuda idónea para él.” (Gen.2.18-20)

Muchas explicaciones se han dado sobre lo que significa ser “ayuda idónea”, pero una lectura del contexto textual esclarece el tema; ninguno de los animales que Dios creó y puso en el Edén podían hacer pareja con Adán. Esto, más que una diferenciación entre el hombre y la mujer, señala una marcada distinción entre los animales y los seres humanos. La ciencia intenta negarlo, pero Dios creó a los humanos como criaturas distintas al resto de los animales, con cualidades morales, a semejanza del Creador (Gen.1.26) y una dignidad superior a la de estos, como corona de la creación de este mundo (Sal.8.4-8).

Al crear a Eva del mismo material que había creado a Adán, la misma mezcla, ni más ni menos; tomando la materia prima del centro del cuerpo de este, ni de un lugar exaltado, ni un lugar subordinado, nos muestra tanto práctica, como simbólicamente, que el hombre y la mujer fueron creados como una pareja de iguales, distintos del resto de la creación, solo diferenciados entre sí por su sexo biológico, ya que una de las tareas que Dios les dio fue la de multiplicarse, es decir, reproducirse. El relato de la creación habla de la subordinación de los animales a los seres humanos, pero no de que estos se subordinen entre sí. Esta idea de la igualdad es reforzada en Génesis 5, cuando al referirse a la genealogía de Adán, menciona que el día que Dios creó al hombre y la mujer les dio el mismo nombre: Adán.

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.” (Gen.l.27-30) “Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.” (Gen.5.1-2)

2. Que la mujer fue creada para servir al hombre en todo lo que él quiera

“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; más para Adán no se halló ayuda idónea para él.” (Gen.2.18-20)

Como ya hemos establecido, Dios creó a la mujer como la compañera ideal para el hombre en contraste con los animales. En ningún lugar de la narración de la creación aparece referencia alguna a que Adán fuera caprichosamente complacido por su pareja.

De hecho, es después de la caída del ser humano que Dios señala, como castigo a la mujer “él se enseñoreará de ti” (Gen.3.16). También manda Dios a la mujer “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor”(Efe.5.22) y explica que la razón para esta sujeción no se encuentra en el orden divino para esto, sino en la manera en que las diferentes culturas pueden interpretar el decoro “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa.” (1Ped.3.1,2)

No hay nada digno, bueno o agradable a los ojos de Dios en que un hombre, especialmente si es cristiano, imponga arbitrariamente su voluntad a su esposa, a menos que desee ser un castigo para ella. La Biblia señala que esposo y esposa deben someterse mutuamente de forma voluntaria “Someteos unos a otros en el temor de Dios” (Efe.5.21).

Los matrimonios cristianos deberían dar testimonio al mundo poniendo cada cónyuge su propia voluntad bajo el suave yugo del Señor al servicio amante y abnegado del uno por el otro, en lugar de imponer sus deseos y caprichos. El hombre ha sido puesto como cabeza de la mujer para cuidar de ella, no para sumirla en servidumbre.

3. Que las labores domésticas le corresponden a la mujer

“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; más para Adán no se halló ayuda idónea para él.” (Gen.2.18-20)

En el Edén, Adán y Eva, llamada así después de la caída (Gen.3.20), andaban desnudos (Gen.2.25), comían semillas y frutos (Gen.1.29), el clima y las condiciones en general eran buenos en gran manera (Gen.1.31), así que no tenían una casa para protegerse de las inclemencias del tiempo; por tanto, Eva no tenía que lavar, ni planchar, ni cocinar, ni fregar, ni limpiar. Es decir, ser ayuda idónea, no significó para ella ocuparse de las tareas domésticas. ¿Por qué tendría que significarlo para nosotros hoy? ¿De dónde provienen esas ideas, de la Palabra de Dios, o solo de nuestras tradiciones?

En ningún lugar del relato de la creación se asocia a la mujer como ayuda idónea con las tareas del hogar.

4. Que es el hombre quien debe tomar las decisiones sobre los negocios y demás asuntos importantes en la vida de la familia

“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; más para Adán no se halló ayuda idónea para él.” (Gen.2.18-20)

Sobre este tema, la narración de la creación no menciona ni siquiera un indicio. Otros pasajes bíblicos, sin embargo, son claros al respecto.

En el Antiguo Testamento, como parte del Elogio a la mujer virtuosa, encontramos “Considera la heredad, y la compra” (Pro.31.16), “Ve que van bien sus negocios” (Pro.31.18), “Considera los caminos de su casa” (Pro.3l.27). La historia de David, Abigail y Nabal (1Sam.25) es un claro ejemplo de cómo una mujer puede tomar decisiones sabias y salvar así su hogar. Ella tuvo una resolución, dispuso de sus bienes, dio órdenes a sus criados. En este pasaje, los siervos la obedecen como su señora aún contra la voluntad de su esposo y su decisión fue aceptada por Dios, mientras que la de Nabal fue condenada con la muerte.

En el Nuevo Testamento, aunque no era cristiana, Dios usa a una mujer, la esposa de Pilato, para indicarle a su esposo sobre la actitud que debería tomar respecto a Jesús (Mat.27.17-19). Su mensaje fue claro y determinante. El Señor podía haberle mostrado directamente a Pilato su voluntad, pero la mostró a su esposa, para que fuera ella quien lo aconsejara.

Tanto hombres como mujeres cometemos errores y no es voluntad de Dios que la mujer siga ciegamente a su esposo sin que su criterio sea tenido en cuenta cuando esta se da cuenta de que él está equivocado. El liderazgo del hombre no consiste en imponer su voluntad en la toma de decisiones, sino en atender sabiamente a las necesidades de su familia.

5. Que el hombre manda y la mujer obedece tanto en la casa como en la iglesia

“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; más para Adán no se halló ayuda idónea para él.” (Gen.2.18-20)

Como ya hemos analizado, ser ayuda idónea no implica subordinación ni servidumbre y que el hombre sea la cabeza de la familia, tampoco implica que sea el que mande y ordene en todo. Ahora bien, todo esto se refiere meramente al ambiente del hogar, a la relación entre dos personas, un hombre y una mujer, unidos por el vínculo matrimonial; “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos” (Efe.5.22), “Maridos, amad a vuestras mujeres” (Efe.5.25).

¿Significa esto que un hombre debe ser la cabeza de la iglesia, como lo es de la familia? “porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador” (Efe.5.23). Por supuesto que no, Cristo es la cabeza de la iglesia y todos nosotros, hombres y mujeres, somos su cuerpo.

En fin…

Todos conocemos la historia de David y Goliat. Para aquellos guerreros, David, un joven inexperto en la guerra y que solo era pastor, no podría vencer a un enemigo que había paralizado a todo un ejército. Contra todo preconcepto, David, en las manos de Dios, derribó a aquel gigante.

Uno de sus argumentos llama mi atención en particular: “David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba …” (lSam.17.34-36). Su descripción de la preparación de un pastor para enfrentar a un enemigo tal era muy diferente de la que tenían sus hermanos y el propio rey. Esta reflexión me remontó al momento en que Jacob llegó a las tierras donde vivía su tío Labán, se acercó a los que estaban en el pozo y “Mientras él aún hablaba con ellos, Raquel vino con el rebaño de su padre, porque ella era la pastora” (Ge.29.9). ¿Cómo enfrentaba Raquel los peligros que menciona David? ¿Cuál era su capacidad para resolverlos? La valentía, la fortaleza y la intrepidez, se asocian tradicionalmente con los hombres. La Biblia no lo explica, pero quizás también nuestra cultura nos ha invitado a obviar el hecho de que esa era su profesión.

Las ideas preconcebidas, enraizadas en nuestra base cultural, afectan en gran manera nuestra comprensión del texto bíblico. Si pudiéramos hacerlas a un lado por un momento, comprenderíamos que la voluntad de Dios es que nuestro carácter, tanto de hombres como de mujeres, sea santificado por medio del servicio a los demás “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, ¿y no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia” (Isa.58.6-8) y nuestra mente llegue a ser transformada conforme a la voluntad divina “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom.12.2). Cuando aplicamos este principio en la familia y en la iglesia, el rol que toma el hombre o la mujer y la función que desempeña deja de ser lo más importante. Es necesario ser humilde, quien se humilla, no busca someter, imponer ni ser servido. Si Cristo, que dirige su iglesia, está llamando a hombres y mujeres a ministrar en su obra “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (1Cor. 12.11), ¿qué motivos tenemos para dudar de su conducción?

6 thoughts on “¿La pastora?

  1. pero el tema era con relación al ministerio pastoral de la mujer y no se hablo nada acerca de esto veo que la autora se siente discriminada con relación a su condición como mujer.

    1. El tema es una reflexión acerca de las bases para analizar el texto bíblico. Muchas veces nuestra comprensión de la Biblia pasa por nuestras creencias culturales. Le invito a leer el artículo con detenimiento. ¿Tienen fundamento bíblico algunas de las presuposiciones que mencioné? No es un artículo emotivo, es una invitación a pensar “fuera de la caja”. Bendiciones,
      La autora

      1. Okay so in biblical terms who did God put as head of the household. Was it a woman or was it a male. Who was the head of the church wasnt it Christ. Wasnt Christ a male. Who did he choose for his desciples wasnt it males. Who did he chose as his Apostols were they all males???.

        1. Sorry those in those comments they were supposed to say males. Dont know how it came out as evils. Must be a coincidence lol. 🤔 Because i feel that we only grab certain texts in the bible to make it our own. I believe God is God of order. He established his word so that we could follow it not make it our own. The specificly states that who ever chamges or puts in anything different in his word is condemned so it is an evil act.

  2. Leí tu articulo detenidamente y solo encontré un razonamiento personal, no tiene argumentos teológicos importantes; y no sé que tiene que ver David y Raquel en este tema. Y existieron en épocas diferentes.

    Creo que la Biblia no enseña el machismo ni mucho menos el feminismo, tanto incorrecto es el uno como el otro….

    1. Leí su comentario a mi artículo y no encontré ningún razonamiento, sólo una opinión que no esclarece nada. Yo no soy teóloga, ni pretendo serlo. Doy gracias a Dios que dio su Palabra para todos. La forma en que lo presento es simple. Todos lo pueden entender. Hasta ahora, nadie me ha podido decir que ese “razonamiento” no tiene sentido. Si estoy equivocada, por favor, díganme en qué. Sobre David y Raquel, lea con más detenimiento 1 Corintios 8:2

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