Richard Davidson – La Biblia apoya la ordenación de la mujer

Richard Davidson – La Biblia apoya la ordenación de la mujer[1]

Un profesor del Seminario Teológico Adventista del Séptimo Día explica como la Biblia apoya la ordenación de mujeres como pastores y ancianas de iglesias locales.

  1. Génesis 1 enseña que los hombres y mujeres fueron creados iguales en la imagen de Dios: “Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó,” (Génesis 1:27).

Este pasaje básico no da ninguna señal de un orden divino de creación. Aquí hombres y mujeres son completamente iguales, sin ninguna subordinación de uno hacia el otro. Nosotros encontramos que esta descripción entre el hombre y la mujer se mantiene a lo largo de la Escritura y más allá. Ningún escritor inspirado –ni Moisés, ni Jesús, ni Pablo ni Elena de White- enseña la subordinación en la creación de la mujer al hombre. Ni tampoco esta posición ha sido aceptada alguna vez en el Adventismo histórico.

Aquellos que se oponen a la ordenación de las mujeres en última instancia basan su argumento en la subordinación en la creación de las mujeres a los hombres. Su postura, sin embargo, se basa en una interpretación incorrecta fundamental de Génesis 1-3.

  1. Génesis 2 refuerza a Génesis 1. En Génesis 2 la mujer es el climax, la obra coronadora de la creación. Ella es creada del costado de Adán, para mostrar que ella debía “estar a su lado como su igual” (Gén. 2:21-22; Patriarcas y Profetas, p. 27) Ella es la ezer kenegdo del hombre (“ayuda idónea”, Génesis 2:18 RV1960) que en el original no denota a un ayudante o asistente subordinado. En los demás lugares en la Escritura es usada más frecuentemente para referirse a Dios mismo qe es llamado ezer (“ayuda”) (Ex. 18:4; Deu. 33:7, 26; Sal. 33:20; 70:5; 115:9, 10, 11). La frase ezer kenegdo en Génesis 2 significa nada menos que un contraparte igual, una “compañera”.

Contrariamente al argumento popular, Adán no nombra a la mujer (y por lo tanto ejercita autoridad sobre ella) antes de la Caída en Gén. 2:23). El “pasivo divino” en este verso implica en el pensamiento hebreo que la designación de “mujer” viene de Dios, no del hombre

En resumen. Génesis 2 no contiene ningún orden de la creación subordinando a las mujeres a los hombres o restringiéndolas de entrar en igual y plena participación con el hombre en cualquier ministerio al cual Dios pueda llamarla.

  1. Sujeción o sumisión de la esposa al esposo viene solo después de la Caída. La subjección de Eva a Adán es mencionada en Génesis 3. Dios le dice a Eva: “tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti.” (Génesis 3:16). Pero es crucial reconocer que la sujeción de Eva a Adán viene después de la Caída. Más aun, está limitada a la relación entre el esposo y la esposa, y por lo tanto, no involucra una subordinación general de las mujeres a los hombres.

Esto es precisamente la interpretación consistente de Elena de White (ver especialmente PP 58-59, 1T 307-308, y 3T 484) y el Comentario Adventista.

El liderazgo servil del esposo prescrito en este pasaje no puede ser ampliado a las relaciones hombres-mujeres en general más que el deseo sexual de la esposa puede ser ampliado para significar deseo sexual de todas las mujeres a todos los hombres.

  1. Los escritos de Pablo mantienen el modelo edénico. Pablo da muchas instrucciones concerniente a las relaciones entre esposos y esposas. Como puede ser visto en particular por 1 Timoteo 2:14 (ver también 1 Corintios 14:34 y PP 58-59). Es últimamente a la luz de Génesis 3:16 que indica que la cabeza de una mujer es su esposo” (1 Corintios 11:3) y pide que las esposas “se sujeten en todo a sus esposos” (Efe. 5:24). Pasajes como 1 Corintios 11:3-12 y 1 Corintios 14:34-35 y 1 Tim. 2:11-12 tratan el asunto de la sumisión de las esposas a sus esposos y no de las mujeres a los hombres en general.

Aún más, en 1 Timoteo 2:13 Pablo no está argumentando por un liderazgo del hombre sobre la mujer basado en la creación como a menudo se ha asumido. Sino más bien él está corrigiendo una teología sincrética falsa en Éfeso la cual exclamaba que las mujeres habían sido creadas primero y el hombre después, y por lo tanto las mujeres eran superiores a los hombres. Debido a esta falsa teología, las esposas estaban aparentemente dominando a sus esposos en reuniones públicas de la iglesia.

El consejo de Pablo para los esposos y las esposas no puede ser extendido a las relaciones de hombres y mujeres en general. El apóstol miso muestra como la relación matrimonial aplica a la iglesia. El liderazgo de esposo en el hogar no puede ser igualado con liderazgo masculino en la iglesia. Sino que el Esposo/Cabeza de la iglesia es Cristo, y toda la iglesia –hombres incluidos- son su “Novia”, igualmente sumiso a Él (Efesios 5:21-23).

  1. En el Nuevo Testamento vemos numerosas mujeres en roes de liderazgo sobre hombres, así confirmando Génesis 1. Presencien el de Débora (Jueces 4 y 5), una de las jueces sobre el pueblo de Israel, mujeres y hombres. El testimonio del rol de liderazgo de Miriam (Ex. 15:20-21) Hulda (2 Re. 22:13-14; 2 Cró. 34:22-28), Ester, y otras (Ex. 38:8; 1 Sam. 2:22; 2 Re. 8:1-6; Sal. 68:11; Jer. 31:22).

Aunque en el Israel del Antiguo Testamento si existieron desigualdades sociales para las mujeres, reflejando una perversión del ideal divino establecido en Génesis 1, aún así no hubieron restricciones legales que le impedían a las mujeres acceder a posiciones de influencia, liderazgo y autoridad sobre hombres.

El plan original de Dios, del sacerdocio de todos los creyentes, fue alterado debido al pecado de Israel. El plan alternativo que fue dado por Dios excluía a casi todos los hombres excepto por los de una familia de una tribu en Israel. Aún así en el Nuevo Testamento el Evangelio restaura el plan original de Dios. Ya no más unos pocos sacerdotes varones, sino una vez más el “sacerdocio de todos los creyentes” (1 Pedro 2:5, 9; Ap. 1:6)

  1. Jesús llamó a su pueblo a regresar al plan original concerniente al rol de la mujer. En el Nuevo Testamento Jesús mismo estableció el tono para la restauración del Evangelio al indicar a sus oyentes el plan original de Dios “desde el principio” (Mat. 19:8). Él no se movió precipitadamente enojando a la cultura judía; Él no ordenó mujeres como sus discípulas inmediatas, así como él tampoco ordenó gentiles. Pero él mostró el camino hacia el ideal edénico en su trato revolucionario y exaltación de las mujeres (ver Juan 4:7-30; Marcos 5:25-34; Lucas 8:1-3; Mateo 15:21- 28; Juan 20:1-18, etc.).
  1. El ideal del Evangelio es regresar al modelo edénico. Pablo enfáticamente declara: “No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús.” (Gálatas 3:28). Este no es simplemente una declaración sobre igual acceso entre varios grupos (Gál. 2:11-15; Efe. 2:14-15). Más bien específicamente singulariza cada una de estas tres relaciones en las cuales los Judíos habían pervertido el plan original de Dios de Génesis 1 al hacer a un grupo subordinado a los otros: (1) Judío-Gentil, (2) amo-esclavo, (3) hombre-mujer. Al usar los raros términos del Nuevo Testamento arsen-thelus, en vez de “esposo-esposa” (aner-gune) Pablo establece una conexión con Génesis 1:27 y así muestra como el Evangleio nos llama a regresar al ideal divino, en el cual no hay lugar para una subordinación general de mujeres a hombres. Así, la elección de Pablo de la terminología apoya la igualdad de hombres y mujeres en la iglesia, sin cambiar la posición del esposo como cabeza de la familia.

Dentro de las abstenciones culturales de su tiempo, Pablo y la iglesia primitiva (como Jesús) no actuaron precipitadamente. La subordinación de Gentiles era difícil de desarraigar incluso en Pedro, ver Gálatas 2:11-14). La esclavitud no fue inmediatamente abolida en la iglesia (ver Efe. 6:5-9; Coln 3:22; Flm. 12; 1 Tim. 6:1). De la misma manera, las mujeres no recibieron una participación igual y plena con los hombres en el ministerio de la iglesia. Sin embargo, Febe es mencionada como una “diaconisa” (Rom. 16:1), Junia fue una mujer apóstol (Rom. 16:7), y los líderes de la iglesia en Filipo eran mujeres (Fil. 4:2-3). Priscila asumió un rol de enseanza con autoridad sobre hombres (Hechos 18) y la “Señora elegida” (2 Juan) puede haber sido una líder de iglesia prominente con una congregación bajo su cuidado.

La lista de cualificaciones de Pablo para ancianos enmarcada en el género masculino (“esposo de una mujer”, literalmente “de una mujer esposo”, ver 1 Tim. 3:1-7, Tito 1:5-9) no excluye a las mujeres de servir como ancianas más que el género masculino en los Diez Mandamiento (Ex. 2, ver especialmente vers. 17) no excluye a las mujeres de obedecer. Más bien, estos pasajes están una vez más apoyando el ideal edénico, el principio de la monogamia (Gén. 2:24).

Dios no habla directamente sobre la cuestión de la ordenación de las mujeres en el Nuevo Testamento, así como Él no trata directamente con la abolición de la esclavitud, con el vegetarianismo, la abstinencia del alcohol, y muchos otros asuntos basados en principios establecidos “en el principio”. Pero él da principios bíblicos claros para guiar nuestra toma de decisiones.

En estos últimos días, cuando la plenitud de evangelio eterno debe ser predicada, Dios ha llamado a su Iglesia a regresar a su proyecto original para cada área de nuestras vidas: nuestra día, nuestro día de adoración, y las tres relaciones mencionadas en Gálatas 3. Nuestra iglesia ya ha tomado una posición valiente en contra de la esclavitud y el prejuicio racial. Dios también nos llama a regresar al ideal edénico para una relación hombre-mujer que permita a las mujeres un igual acceso a los dones del Espíritu para el ministerio (Joel 2:28-30; Efe. 4:11-13).

En resumen la Biblia apoya la ordenación de la mujer.


Fuente: http://equalordination.com/bible-supports-wo/


 

Referencias

[1] El Dr. Richard Davidson es profesor de Interpretación del Antiguo Testamento, y Presidente del Departamento del Antiguo Testamento en el Seminario Teológico Adventista del Séptimo Día en la Universidad de Andrews. Este artículo fue publicado por primera vez en Abril del 2010.

One thought on “Richard Davidson – La Biblia apoya la ordenación de la mujer

  1. bueno, desde que tengo uso de razf3n he estado en la igesila de la Profeceda y nada ha cambiado, pero si la gente que ha querido cambiarla han tenido que irse pues Dios es e9l manda en ella y e9l que quiere crear cizaf1a en la igesila o en los miembros, Dios lo hace irse, porque el no permite gente de ese grupo, cuidemos nuestro modo de hablar, Jesucristo hasta el ultimo momento de su muerte no abrif3 su boca, fue como cordero al matadero,tomemos eso de ejemplo, que digo con esto, no critiques a la igesila,al hermano (a), al Pastor, al Ledder, a nadie, si ves irregularidades habla con tu pastor, ora a Dios para que ayude a la Iglesia en eso que tfa ves mal, ! SI AMAS A DIOS AMA A SU IGLESIA Y TE PREOCUPAS POR ELLA!!!! SI NO. el silencio en estos casos es de mucha ayuda.

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