Lewis Walton – Omega
En enero de 1900 el mundo disfrutaba de paz y se proyectaba con esperanza hacia el futuro. Pero en la Iglesia Adventista se gestaba una apostasía que resultaría sumamente grave, en la que algunos de los dirigentes más brillantes y admirados de la denominación procurarían sutilmente socavar doctrinas fundamentales de la iglesia. Durante ese proceso tratarían de ganar para su causa a varios de sus elementos más capaces. Elena de White denominó a este movimiento de apostasía con la primera letra del alfabeto griego “alfa”, y advirtió que sería seguida por una apostasía mayor, a la que llamó “omega”.