¿Alguna vez te has preguntado por qué deberías creer en la ordenación de la mujer? ¿Cual es el fundamento bíblico? ¿Qué dice Elena de White? ¿Qué debería hacer la Iglesia Adventista con este tema? Antes de responder esas preguntas tenemos que tener en claro que Jesús es el líder supremo de la Iglesia, “Cristo es cabeza y salvador de la iglesia” (Efesios 5:23), “Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia” (Colosenses 1:18). El presidente de la asociación general no es la cabeza de la iglesia, los pastores no son la cabeza de la iglesia, ningún hombre ni mujer puede ser la cabeza de la iglesia. Solo Cristo es es líder de la Iglesia. Y Cristo, como cabeza de la iglesia, murió por ella, resucito y ascendió al Cielo. Pero antes de volver con su Padre Jesús nos dejó una misión para cumplir como Iglesia: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:19-20). Elena de White nos dice que este mandato fue dado a una multitud de cerca de 500 personas, donde había “hombres y mujeres” (Hechos de los Apóstoles, p. 87). La Gran Comisión fue dada a todos los cristianos, hombres y mujeres por igual. ¿Pero cómo iba a hacer la Iglesia para cumplir con esta misión? La respuesta se encuentra en el Sucesor de Cristo: “Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad,” (Juan 14:17). El Espíritu Santo iba a ayudarnos a cumplir la misión mediante los dones espirituales: “A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás.” (1 Corintios 12:7). El Espíritu Santo le da dones a todos los cristianos, sin importar si eres joven o viejo, varón o mujer. El Espíritu Santo reparte los dones “según él lo determina” (1 Corintios 12:11). La Biblia en ningún lado dice que hay dones que son solo para hombres, todos los dones son dados por el Espíritu sin importar el género: “Sucederá que en los últimos días —dice Dios—, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán visiones los jóvenes y sueños los ancianos. En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre mis siervos y mis siervas, y profetizarán.” (Hechos 2:17-18) La Biblia también nos dice que entre todos esos dones también está el pastorado (Efesios 4:11). Y como el pastorado es un don, es dado por el Espíritu tanto a hombres como a mujeres. Elena de White lo sabía, por eso en numerosas ocasiones escribió alentando a hombres y mujeres por igual a convertirse en ministros del evangelio: “Es la compañía del Espíritu Santo de Dios la que prepara a los obreros, tanto mujeres como hombres, para llegar a ser pastores del rebaño de Dios” (El Ministerio Pastoral, p. 54) “Hombres y mujeres jóvenes, quienes tendrían que estar empeñados en el ministerio, en la obra bíblica, y en la obra de colportaje, no debieran sujetarse al empleo mecánico.” (Testimonios para la Iglesia, tomo 8, p. 241) “Hay mujeres que debieran trabajar en el ministerio evangélico.“ (El Evangelismo, p. 345) La Iglesia Adventista de Séptimo Día creía en sus comienzos que las mujeres podían y debían trabajar en el ministerio pastoral. Por eso durante la vida de Elena de White hubieron cerca de 30 mujeres con licencias ministeriales en los Anuarios de la Asociación General. Algunas de ellas fueron utilizadas en forma increíble por Dios. Ellen Lane, la primera mujer en recibir una licencia ministerial en el año 1872, trabajaba junto con su esposo conduciendo reuniones evangelísticas. Sin embargo, ella era mucho mejor que su esposo. Un sábado su esposo juntó a 35 personas para dar su sermón, pero al siguiente sábado, cuando le tocaba predicar a Ellen, 650 personas se juntaron a escucharla [1]. Lulu Wightman, que recibió una licencia ministerial a partir de 1898, consiguió abrir 12 nuevas iglesias en un período de nueve años. Y conseguía 15 veces más conversos que el promedio de los pastores varones de su misma asociación [2]. Hubo muchas otras mujeres pastoras en el tiempo de Elena de White que fueron utilizadas por el Espíritu Santo. Pero después de la muerte de Elena, en 1915, la cantidad de mujeres pastoras en la Iglesia Adventista comenzó a caer gradualmente, hasta casi desaparecer. Pero en Europa, en cambio, un trágico suceso hizo que muchas mujeres comenzaran a entrar en el ministerio pastoral. Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial la mayoría de los pastores y obreros adventistas fueron reclutados por los ejércitos de sus respectivos países. Muchas mujeres, como Klara Horn, sintieron el llamado de Dios para ocupar el lugar de aquellos hombres que habían partido a la guerra. Durante varios años la obra adventista en Europa fue llevada a cabo mayormente por mujeres. Incluso después de que la guerra terminó, muchas mujeres continuaron trabajando como pastoras y evangelistas en la Iglesia Adventista. Luego de por dos décadas ver como Dios utilizaba a estas mujeres en el ministerio pastoral, los líderes de la IASD en Finlandia pidieron permiso en 1968 a la Asociación General para ordenarlas. La ordenación es “la acción de la Iglesia al reconocer públicamente a aquellos a quienes el Señor ha llamado y equipado para el ministerio local y global de la Iglesia” [3]. Cuando Dios llama a alguien para trabajar en el ministerio pastoral, también le entrega los dones que va a necesitar para hacer ese trabajo, y bendice su obra, haciendo que los resultados de su trabajo sean fructíferos. Eso es lo que pasó en Finlandia. Los líderes vieron como las mujeres que trabajaron como pastoras manifestaban sus dones espirituales y veían que su ministerio era fructífero. Ordenarlas era sencillamente reconocer que Dios las estaba utilizando. El pedido de Finlandia pronto recibió el apoyo de los líderes de otros países europeos, donde también había habido mujeres pastoras con ministerios maravillosos. La Asociación General decidió preparar un comité de investigación con los teólogos y administradores. En 1973 ese comité se reunió en la ciudad de Camp Mohaven, Ohio, EEUU. Allí, luego de oración, estudio de la Biblia y del Espíritu de Profecía, investigación y debate se llegó a la siguiente conclusión: “nosotros no vemos objeciones teológicas significativas para la ordenación de las mujeres a ministerios de la Iglesia” [4]. En 1975, durante el Concilio Anual de la Asociación General, se aprobó la ordenación de diaconisas y ancianas. Ese mismo año el Instituto de Investigación Bíblica (BRI por sus siglas en inglés) termino su Simposio sobre el Rol de la Mujer, que se publicó al año siguiente. El BRI es el ente teológico oficial de la Iglesia Adventista que reúne a los mejores teólogos del mundo. Este Simposio declaró que “Dios llama a algunas [mujeres] a ser predicadoras de la Palabras, pastoras del “rebaño de Dios”, como ministras plenas del Evangelio” [5] y concluyó diciendo que “no hay un argumento teológico concluyente que niegue la ordenación de la mujer al ministerio evangélico” [6]. En 1985 otro comité se reunió en la ciudad de Tahoma Park. Esta comisión realizó una votación sobre la ordenación de la mujer. El resultado fue que 34 personas estaban a favor, mientras que había 27 en contra. Pero debido a la poca diferencia, el comité recomendó: “No tomar una acción definitiva en esta ocasión respecto de la ordenación de la mujer para el ministerio evangélico” [7]. El Congreso de la Asociación General de ese mismo año votó esa misma recomendación y decidió formar un nuevo comité para estudiar con más profundidad el tema. En 1988 se reunió un comité en Washington D.C. y en 1989 se reunió otro en Cohutta Springs. Ambas comisiones le pidieron a cada división que dé su opinión sobre el tema. La mayoría de las divisiones declaró que no había una aceptación mayoritaria o consenso entre los laicos sobre el tema de la ordenación de la mujer. Por lo tanto estos comités recomendaron lo siguiente: “En vista de la extensa falta de apoyo para la ordenación de mujeres al ministerio evangélico en la iglesia mundial y en vista del posible riesgo de desunión, disensión y distracción de la misión de la iglesia, no recomendamos la autorización para que las mujeres puedan ser ordenadas al ministerio evangélico” [8]. Esta recomendación fue votada y aprobada por el Congreso de la Asociación General en 1990. Notemos que la razón por la cual no se autorizó la ordenación de la mujer no fue por motivos teológicos o bíblicos, sino por la fata de apoyo por parte de los laicos.Sin embargo, en el mismo congreso se votó y se aprobó que las mujeres pastoras pudieran celebrar matrimonios. En 1995 se realizó la última votación sobre el tema de la ordenación de la mujer, en el Congreso de la Asociación General que se reunió en la ciudad de Utrecht, Holanda. La División Norteaméricana solicito que cada división reciba “el derecho de de autorizar la ordenación de individuos dentro de su territorio en armonía con las políticas establecidas. Adicionalmente, donde las circunstancias no se presenten como desaconsejables, una división pueda autorizar la ordenación de individuos calificados sin considerar el género” [9]. Este pedido fue votado y rechazado, con 1481 votos en contra y 673 a favor. Sin embargo, es necesario recordar que en esta ocasión no se votó si la ordenación de la mujer era o no bíblica, sino si las divisiones podían ordenar mujeres si así lo quisieran. En este mismo congreso se votó que las mujeres pastoras podían bautizar. Finalmente, en el Congreso de la Asociación General del 2010, reunido en Atlanta, EEUU, votó realizar un estudio sobre la teología de la Ordenación. Entre 2013 y 2014 se reunió el Comité de Estudio de la Teología de la Ordenación (TOSC por sus siglas en inglés). En Junio del 2014, después de dos años de estudio, investigación, debate y oración, se votó entre tres opciones. La opción #1, que decía no a la ordenación de la mujer, obtuvo 33 votos (34% del total) . La opción #2, que decía si a la ordenación de la mujer, obtuvo 40 votos (42% del total), mientras que la opción #3, que decía si a la ordenación de mujeres pero solo donde sea culturalmente aceptado, obtuvo 22 votos (23% del total), y hubo un voto en blanco (1% del total) . En total el 65% por ciento del total (casi dos tercios) de los miembros del comité estuvieron a favor de la ordenación de la mujer. También se les pidió a la 13 divisiones de la Iglesia que den su opinión al respecto. De las 13 divisiones 5 declararon que apoyaban la ordenación de la mujer y que además deseaban ordenar mujeres dentro de su territorio. Otras 5 divisiones declararon que estaban dispuestas a permitir la ordenación de las mujeres en aquellas divisiones que si querían hacerlo. 3 divisiones rechazaron la ordenación de la mujer por completo.Tal como dijo la Red de Noticias Adventistas (medio oficial de noticias de la Asociación General): “Al menos 10 de los 13 Comités de Investigación Bíblica de las divisiones mundiales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día dicen que recomendarían la ordenación de la mujer al ministerio o la permitirían en algunas regiones del mundo sin que el asunto dañe la unidad de la Iglesia” [10] En total 10 divisiones de 13 están dispuestas a aceptar la ordenación de la mujer en aquellos lugares del mundo donde la Iglesia está lista para hacerlo. En el Congreso de la Asociación General, que se reunirá en Julio del 2015 no votará si la ordenación de la mujer es bíblica o no. Se va a votar para permitir o no que las divisiones que así lo deseen, ordenen a las mujeres pastoras que con los frutos de su ministerio demuestran que han sido llamadas, bendecidas y utilizadas por Dios.
Referencias [1] Schwarz, Light Bearers to the Remnant (Mountain View: Pacific Press Publishing Association, 1979), 135 [2] Rosa Taylor Banks ed, A Woman’s Place (Hagerstown: Review and Herald Publishing Association, 1992), 67-68 [3] General Conference Theology of Ordination Study Committee Report (Junio de 2014), p. 21 [4] The Adventist Women, septiembre/octubre de 1991, p. 6 [5] Symposium on the Role of the Women in the Church, p. 123 [6] Ibíd, p. 156 [7] General Conference Bulletin, 11 de Julio de 1985, p. 20 [8] General Conference Committee, Tenth Business Session, 55th General Conference Session, Indianapolis, Indiana, 90-1039-1040 [9] Ministry Magazine, Abril de 1995, p. 3 [10] http://news.adventist.org/all-news/news/go/2014-01-28/study-discussions-over-now-on-to-solutions-says-chair-of-theology-committee/