1 Corintios 11:2-16 y la Ordenación de Mujeres al Ministerio Pastora

1 Corintios 11:2-16 y la Ordenación de Mujeres al Ministerio Pastoral

Teresa Reeve

 

El propósito de este documento es explorar qué guía puede darnos la instrucción de Pablo a los Corintios en 1 Corintios 11:2-16 con relación a la ordenación de mujeres al ministerio pastoral.  Algunos lamentan que estamos desperdiciando tiempo y dinero en nuestro enpeño sostenido sobre la cuestión de la ordenación.  Sin embargo, el tema es de suma importancia, porque todos nosotros deseamos profundamente honrar a Dios al hacer su voluntad en la manera revelada en las Escrituras, y hacerlo en una manera que bendecirá y unirá la iglesia. Al trabajar juntos investigando este tema, seguimos los pasos de nuestros pioneros Adventistas quienes repetidamente y con mucho sacrificio lucharon juntos para descubrir donde la verdad de las Escrituras difería ya sea de la tradición o la cultura contemporánea y para seguir aquella verdad fielmente.

Todos nosotros reconocemos que factores personales y culturales influyen en la interpretación humana de un texto aun en la mejor de las condiciones. Donde el tiempo y el espacio, el lenguaje y la cultura difieren grandemente entre la escritura y la interpretación de un texto, y donde existen sentimientos fuertes sobre un tópico, como lo es en el caso de este texto, la investigación demuestra que la mente humana casi invariablemente seguirá sus propias parcialidades a su predestinado fin.[1] En la cuestión que ahora enfrentamos, nuestras tendencias humanas naturales atraen a algunos de nosotros hacia las oportunidades para las mujeres que recientemente han llegado a estar disponibles en la sociedad occidental, y a otros hacia la seguridad de la “manera en que las cosas siempre han sido hechas” en nuestras culturas tradicionales, sean cristianas o no.  Para cada grupo, ciertas maneras de ver el texto pueden parecer obvias, simplemente porque lo leemos con compromisos y presuposiciones, a menudo no examinadas.

En tales casos, la única posibilidad de interpretar las Escrituras exactamente y determinando dónde uno está siendo desviado por la cultura, ya sea en la dirección de la tradición o aquel del pensamiento contemporáneo,  comienza con el sometimiento de uno mismo a la verdad de las Escrituras de acuerdo con unas hermenéuticas formadas bíblicamente y una metodología cuidadosa.[2] Por lo engañoso que es el corazón humano cada uno de nosotros debería, mientras hacemos esto, repedida y honestamente cuestionar nuestras propias suposiciones y parcialidades con la ayuda de nuestra comunidad interpretativa bajo la dirección del Espíritu Santo.

Es con este espíritu que presento a ustedes mi forma de interpretar 1 Corintios 11:2-16—un texto que ha sido identificado posiblemente como el más difícil de comprender en el Nuevo Testamento—esperando con anticipación una reacción considerada y un diálogo sobre lo que he encontrado en este texto. Mientras cada uno de los temas espinosos en este pasaje es facinante y digno de atención, este papel tratará solamente aquellos que tienen relevancia sobre la discusión de la ordenación de mujeres. En tales casos, la dificultad será resumida y las soluciones más aceptables serán consideradas en base a la evidencia de las Escrituras, trabajando con los aspectos más claros del pasaje y de las Escrituras en su totalidad.

1 Corintios 11:2-16 en Contexto: El Trasfondo, el Género y la Estructura

Al estudiar 1 Corintios 11:2-16 pisamos en medio de una conversación de larga distancia entre Pablo, quien en este punto está en Efeso, y la Iglesia de Corinto que era mayormente gentil (1 Cor 12:2; 16:8; cf. 10:1; Hechos 18, 19). Pablo había escrito a estos creyentes una carta anterior (1 Cor 5:9, 11) y también había recibido una carta de ellos (7:1), la cual parece haber mencionado algunos temas que necesitaban ser considerados (5:1; 8:1; 12:1). Estéfanas, Fortunato y Acaico habían visitado con el apoyo de la iglesia (16:17), y ya sea una visita o una carta habían venido de “la gente de Cloe,” y posiblemente de otros también, actualizando a Pablo sobre noticias de la iglesia de Corinto (1:11).  Posiblemente esto fue a través de una de estas comunicaciones que él se enteró del tema que él trata en 11:2-16.

La carta la cual llamamos 1 Corintios es una carta pastoral de exhortación escrita con el propósito de instruir a los creyentes concerniente a temas cruciales que habían conseguido la atención de Pablo. Dos problemas generales subyacentes entre los creyentes son inmediatamente aparentes. Al comienzo de la carta, una sed por preeminencia es evidente en la fricción entre los grupos rivales (1:11-12). Esta sed involucraba un deseo de parecer sabio y conocedor (8:1; 10:15; cf. 1:17-19). Esto mismo se demostró en los enjuiciamientos de unos contra los otros (cap. 6), en su incapacidad de compartir en forma justa la Cena del Señor (11:18-21), y en su búsqueda de poseer y de ser reconocidos por los dones más prominentes (cap. 12-14). Pablo, en respuesta, los dirige a la sabiduría más profunda del Dios de servicio humilde, evidenciado sobre todo en la cruz de Cristo y demostrado en el propio ministerio de Pablo (1 Cor 1-4).  En el centro de esta manera mejor está el valor sobresaliente del amor (1 Cor 13).

Un segundo problema, y relacionado con esto, era el sentido de la libertad de los Corintios, o la autoridad (exousía), de hacer como ellos escogían individualmente (6:12; 8:9).[3]  Esto mismo se había demostrado notoriamente en el caso de inmoralidad sexual entre los creyentes (cap. 5). A esto Pablo respondió con un llamado a la santidad disciplinada (6:18-20)—recordándoles que en realidad Dios ya ha provisto limpieza (1:2, 30; 6:11)—y les aconsejó sobre la sexualidad piadosa (cap. 7).  Pablo también los instruyó con relación a un tema menos directo: comer comidas que habían sido previamente ofrecidas a los ídolos. Él los exhorta a reconocer que el amor y la unidad que Dios quiere para ellos require que ellos consideren el efecto de sus acciones sobre otros y sobre su lealtad a Cristo y el actuar en acuerdo, en lugar de egoistamente hacer alarde de su propia libertad (ver esp. 8:7; 10:23-24).

En el fondo, en su enfoque ensimismado, los creyentes Corintios habían perdido su aprecio por la bondad de Dios (1:4-9).  Ante tal bondad, en la mente de Pablo, el verdadero sabio puede solamente responder dando a Dios la gloria y el honor en palabra, en la vida, y en el culto apropiado.

El problema que Pablo había estado tratando justo antes de 11:2-16 era el sentimiento de algunos Corintios, mencionado arriba, que porque ahora ellos sabían que no existían otros dioses, ellos estaban libres para comer alimentos ofrecidos a ídolos (ch. 8-10). Después de señalarles que al hacer esto ellos con más seguridad iban a desviar a los débiles—quienes recientemente habían salido del culto idólatra—de regreso a prácticas que los esclavizarían de nuevo a tal culto, y recordándoles de lo que se habían privado por causa del evangelio.  Pablo regresa al ejemplo del Antiguo Testamento de lo que sucedió cuando Israel en el desierto mezcló lealtad a Dios y a los ídolos.[4]  Advirtiéndoles de evitar el seguir el ejemplo de Israel, de nuevo él enfatiza que los Corintios deben considerar la influencia de sus acciones sobre otra gente, no importa cuán justificables estas parezcan, y los dirige mas bien a la gloria de Dios como el motivo y criterio para toda acción (10:23-31). Él concluye, “No seáis tropiezo ni a los judíos ni a los griegos o a la iglesia de Dios, llamándolos a seguir el ejemplo que él ha dejado para ellos” (10:32-11:1).

Primera de Coríntios 11:2-14, al cual ahora nos dirigiremos, comienza una sección en la cual Pablo trata con temas seleccionados relacionados a sus reuniones de iglesia. En esta sección más grande, el deseo de salirse con su propio deseo y la rivalidad por el honor están una vez más evidenciados, aún durante la Cena del Señor, junto con desórdenes relacionados con los dones espirituales. 

Obteniendo el Cuadro Completo: La Estructura y el Mensaje Principal de 1 Corintios 11:2-16

            Para que uno entienda en una manera balanceada los detalles de cualquier pasaje, es esencial, después de explorar el contexto, descubrir la figura completa de lo que el autor está buscando comunicar. Esto es especialmente esencial en un pasaje complejo como lo es este. El breve resúmen abajo busca identificar las secciones principales, o etapas, de las enseñanzas de Pablo en 1 Corintios 11:2-16 y qué rol cada etapa juega en la comunicación de su mensaje. Siguiendo este resúmen, el pasaje entonces será examinado en más detalle a la luz de la estructura que hemos descubierto.

11:2 Ahora yo os felicito porque vosotros os acordásteis de mí en todo  y os mantenéis firmes a las tradiciones, así como yo os las entregué a vosotros.

El versículo 2 introduce una transición a un nuevo tema al dar un paso atrás de la corrección e instrucción para ofrecer una palabra de alabanza a los creyentes en Corinto.

Pablo enseguida propone una afirmación delineando tres relaciones claves entre los seres humanos y lo divino. Este versículo es a menudo tratado como el punto principal y el foco de la atención de Pablo en el pasaje entero. Para probar esta idea, noten si cada una de las etapas siguientes del pasaje son dirigidas hacia el apoyo y la explicación del versículo 3, o si está tratando con el tema de cubrirse la cabeza presentado en los versículos 4-5.

Versículos 4-6 hacen un conjunto paralelo de observaciones con relación al uso de prendas para cubrir la cabeza que no son apropiadas para el género de uno mientras se esté orando o profetizando. La palabra “cabeza” es usada para referirse a ambos a la cabeza literalmente y para conectar al versículo 3, usando las ideas expresadas en el versículo 3 para reforzar las aseveraciones en los versículos 4-6.  Nótece que el hombre es mencionado primero y después la mujer, seguido por más comentarios ilustrando el grado de importancia de una elección errónea.

En los versículos 7-12 Pablo continúa tratando el tema de prendas para cubrirse la cabeza, trayendo puntos de la Escritura los cuales operan para dar autoridad a su argumento. De nuevo hay declaraciones paralelas para el hombre y luego para la mujer (“el hombre no debería” / ”la mujer no debería”). En este caso, sin embargo, en lugar de las observaciones estructuradas como un simple paralelismo contrastante, Pablo hace estas declaraciones como directivas con apoyo acompañante y calificación.  La referencia a la cabeza literal hace de nuevo una conección al argumento inicial, ahora explicada aun más en relación al tema de las prendas para cubrirse la cabeza por medio de puntos Bíblicos específicos.

Aun al concluir el pasaje, resumiendo su argumento, Pablo no desarrolla las relaciones en el versículo 3, como fuera de esperarse si el versículo 3 fuera el punto principal del pasaje.[5] En lugar él se mantiene enfocado en el tema de las prendas para cubrirse la cabeza.  Este argumento de dos partes está basado en la percepción de lo que es apropiado, de lo que es “natural,” y finalmente, sobre lo que es practicado en la iglesia.

Al considerar así el cuadro completo del argumento de Pablo, es claro que su punto principal tiene que ver con el uso apropiado de prendas para cubrirse la cabeza. El versículo 3 puede ser visto funcionando en el pasaje como la declaración de una premisa introductoria de donde Pablo comenzará a construir su caso para el consejo que él desea dar con relación a las prendas para cubrirse la cabeza. Los versículos 4-6 ofrecen una declaración inicial del problema, seguido por más instrucción y racional con relación a la prenda apropiada para cubrirse la cabeza (vv. 7-12, 13-16).

¿Qué Está Realmente Diciendo Pablo? Explorando el Argumento

El propósito primario de Pablo en este pasaje, entonces, no es de tratar el tema de si las mujeres deberían dirigir en los cultos u otras funciones de la iglesia, sino más bien cómo ellas deberían vestirse al dirigir la asamblea de los creyentes. Sin embargo, esto no necesariamente significa que el pasaje no trae complicaciones para nuestro tema con relación a la ordenación de mujeres. Estamos ahora en una posición para proceder a través de la comprensión del pasaje y el explorar cada etapa en el argumento de Pablo para ver si el texto tal vez tenga implicaciones, y cuales sean estas, con relación a nuestra pregunta.

11:2 Ahora os felicito porque vosotros os acordáis de mí en todoy os mantenéis firmes a las cosas heredadas  (paradosis). Así como yo os las entregué a vosotros. [6]

La recomendación de Pablo en este versículo tal vez pretenda funcionar como un estímulo general ante la serie de correcciones que él les está por dar en la sección mayor de la carta que él está comenzado ahora (cap.11-14).[7] Sin embargo, el hecho de que él presenta su tema siguiente en 11:17 con la declaración contrastante “No os halago,” sugiere que esta alabanza positiva está relacionada especialmente con 11:2-16.[8] Además de proveer ánimo, estas palabras llevan a los creyentes Corintios hacia la fidelidad a las tradiciones enseñadas por Pablo de ser mejores bases para recibir reconocimiento y honor que algunos otros métodos que ellos habían tratado, y por lo cual están recibiendo corrección, en esta carta. El nombre paradosis (tradición) es el término general normativo en el Nuevo Testamento (NT) para ideas que han sido pasadas o transmitidas por otros.  Es usado en todo desde “filosofía y decepción vacía” (Col 2:8) y la tradición farisáica de los ancianos (Marcos 7:3, 8, 9; Gal 1:14) hasta las enseñanzas cristianas (2 Tes 2:15; 3:6).[9]

11:3 Pero yo quiero que vosotros entendáis que Cristo es la cabeza (kephalē) de cada hombre, y el hombre es la cabeza (kephalē) de la mujer, y Dios es la cabeza (kephalē) de Cristo.

La órden de las relaciones no enfatiza ninguna jerarquía; de otra manera uno esperaría que Dios sea colocado a un lado y la mujer al otro. Mas bien, al colocar a Cristo en ambos el primer y el ultimo emparejamiento en la secuencia, Pablo invita y hace recordar a su audiencia, sobre todo, a comprender las tres relaciones a la luz de Cristo y el ejemplo y la enseñanza que El proveyó al tratar de relaciones. La relación entre el hombre y la mujer aparece en el lugar central, preparando para su importancia contínua en el pasaje.Para Pablo, quien ha centrado su vida y ministerio completamente alrededor de Dios y de lo que Él ha hecho en Jesucristo, todo necesitaba tener una base teológica. Así, al comenzar a tratar el problema de las prendas para cubrir la cabeza, él aclara a los corintios tres relaciones básicas las cuales él cree que son importantes al tratar con el tema.[10] Él volverá a estas relaciones para hacer más explicaciones en los versículos 4-7, 11 y 12.

La palabra clave repetida en las tres relaciones emparejadas es cabeza, o kephalē. La cuestión que muchos consideran clave para interpretar el versículo 3 exactamente, y en realidad el pasaje entero, es la determinación de un significado singular específico de kephalē el cual es comunmente empleado en esos tiempos y que identifica el punto completo de los versículos 2-16. Desafortunadamente, como sucede a menudo, simplemente seleccionando de entre definiciones en léxicos griego-inglés puede llevar a malentendidos o falsas suposiciones si uno no explora las muchas maneras en las cuales era usada en realidad en esos días. Además, uno de los más grandes retos al tratar el tema del uso de kephalē en los tiempos de Pablo es que la discusión es tan polarizada que la mayoría de las obras sobre el tema tienden a torcer los datos en un grado sorprendente en dirección a las preconcepciones de cada escritor individual.[11] Para aquellos quienes desean entender el tema, es necesario mirar y evaluar los usos por uno mismo.

La palabra Kephalē literalmente se refiere a la parte física de más arriba o superior del cuerpo humano o del animal, pero la mayoría de idiomas y grupos culturales también usan la cabeza para representar varias ideas figurativas sugeridas por sus atributos físicos. Como en otras clases de juego de palabras, el valor del lenguaje figurativo en la comunicación humana es su flexibilidad y su habilidad de evocar significados más ricos y más amplios en lugar de una palabra simplemente enfocada literalmente.

En el idioma inglés probablemente el significado figurativo más común, cuando se dice que una persona es la “cabeza,” es que él o ella está en “autoridad sobre” otros, o aún es su “gobernante,” algo parecido a la manera en que la cabeza física es supuesta a ser el centro de control del resto del cuerpo.[12] La palabra Hebrea para cabeza (rōsh) es también algunas veces usada para representar esta idea figurativa.[13] Sin embargo, significados figurativos atribuídos a una palabra en una cultura no necesariamente se aplica en otra cultura o lenguaje, y “autoridad” no era un significado utilizado de individuos en el griego clásico. Sin embargo ya en el tiempo de Pablo,[14] hay unos pocos raros ejemplos de un individuo usándolo en esta manera, algunos de los ejemplos más claros siendo por los traductores judíos de la Septuaginta (LXX), quienes usaron kephalē en varias instancias para traducir el Hebreo rōsh, [15] y por Filón (un apologista judío helenístico) y Plutarco (un biógrafo griego, ensayista, y sacerdote), cuyas vidas y situaciones se sobreponen de alguna manera con la de Pablo.[16] Aquellos que leen kephalē en 11:3 desde esta perspectiva la entienden como si dijera que, “Cristo está en autoridad sobre todos los hombres, el hombre está en autoridad sobre la mujer, Dios está en autoridad sobre Cristo.” Se ve apoyo en las referencias a la “órden de la creación” en los versículos 7-9, en la presencia de la palabra “autoridad” en 11:10 y en su uso en Efesios 5:20-33.

Sin embargo autoridad no era un significado común para kephalē en el lenguaje diario de los Corintios con quienes Pablo buscaba comunicarse. En realidad los traductores de la LXX, cuando se encontraban con la palabra Hebrea para “cabeza” (rōsh), más a menudo escogían traducirla no con la palabra Griega para cabeza (kephalē) sino con una palabra diferente con la cual la gente la asociaría con más facilidad con la idea de autoridad (tal como archē o hēgemonia).[17]. En realidad kephalē nunca es usada sobre la autoridad de un individuo sobre otro individuo en la LXX, y sola, rara y cuestionablemente en otro lugar. Además, la instrucción sobre las apropiadas prendas de cubrir la cabeza, lo cual es el tópico de 11:2-16 y por tal el versículo 3 forma la evidencia inicial, no hace ninguna conección con el versículo 3 con relación a la autoridad aunque varias otras implicaciones de estas relaciones kephalē son atraídas en el curso de la instrucción sobre prendas para cubrirse la cabeza.

Una idea figurativa más básica sugerida por kephalē y anotada en los léxicos Griegos es la idea de la extremidad de una cosa (esto es, “el primero,” “el comienzo,” o “el tope”). Este concepto básico derivado de la cabeza física siendo el tope o la parte más elevada del cuerpo sugiere varias ideas figurativas que reciben algún uso en el Griego de los tiempos de Pablo.  Un significado a menudo sugerido para encajar mejor en 11:3 es eso lo de la fuente, como en las fuentes (cabezas) de un río, pero también usadas en sentidos más extendidos.[18] Leer 11:3 de esta manera produciría una lectura tal como “Cristo es la fuente de todos los hombre, el hombre es la fuente de la mujer, Dios es la fuente de Cristo.” Por un lado “la fuente” es un significado un poco raro y disputado para la palabra kephalē en los días de Pablo, [19] pero por otro lado, esta interpretación hace el sentido más completo de la órden de las tres relaciones, las cuales entonces podrían ser vistas como un simple comienzo cronológico con Cristo como la fuente del hombre, el hombre como la fuente (a través de su costilla) de la mujer, y Dios como la fuente de la encarnación de Cristo, el Mesías.[20] Pablo parece construir sobre esta idea del hombre como la “fuente” de la mujer en el versículo 8 donde él indica, “Porque el hombre no se originó de la mujer, sino la mujer del hombre.”

Otra idea figurativa fluyendo de la relación de la cabeza del cuerpo fluye de la idea de la cabeza siendo físicamente prominente en relación al cuerpo. Pocos hoy en día argüirían que el hombre es prominente, o preeminente, sobre la mujer en el sentido de ser ontológicamente superior, sin embargo la prominencia física de la cabeza también sustenta el uso común de la cabeza como representantes de la persona completa. Este es el uso figurativo más común de kephalē en la LXX. [21] Este significado representativo podría tener sentido en 11:3, expresando la idea de Cristo en pie en un sentido representativo por todos los hombres, el hombre representando la unidad de la familia (como en Génesis 1:26, la teología de Pablo del primer Adán/segundo Adán, y los versículos 4, 5, 7 los cuales hablan en términos de un individuo deshonrando  o trayendo gloria a su ”cabeza”), y Dios representando a Cristo (en el sentido que el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son a menudo referidos con el simple término “Dios”). Esta interpretación también ha encontrado apoyo entre algunos estudiantes del pasaje.[22]

El lector cuidadoso de los ejemplos en las notas al pie de página arriba sin lugar a duda notará que a menudo un uso dado de kephalē parece sugerir varias ideas posibles o superpuestas. Esto también es verdad de Pablo.  Efesios 4:15-16 es un ejemplo. El declara,

“nosotros debemos crecer en todos los aspectos en Aquel quien es la cabeza (kephalē), esto es Cristo,

16 de quien el cuerpo entero, siendo entallado y mantenido unido por lo que cada coyuntura suple, de acuerdo al propio funcionamiento de cada parte individual, causa el crecimiento del cuerpo para la edificación del mismo en amor.”

Aquí nosotros podemos ver el enfoque sobre Cristo como fuente de vida y crecimiento, sin embargo, al mismo tiempo, él es presentado siendo prominente, en realidad preeminente, sobrepasando a todos los otros.  Además, ha sido sugerido que es la soberanidad de Cristo la cual le permite sostener y fortalecer la iglesia.[23]

Algunos de los usos de Pablo, por otro lado, enfocan muy fuertemente sobre una idea, colocando el resto en segundo plano.  Por ejemplo, nosotros encontramos uno de los tres posibles significados para kephalē siendo aludidos en cada uno de los tres pasajes sobre Cristo en la epístola a los Colosenses.  Colosenses 1:15-18, construye sobre la idea de la cabeza como la parte principal del cuerpo: “El también es la cabeza (kephalē) del cuerpo, la iglesia; y El es el comienzo, el primogénito de los muertos así que Él mismo llegará a tener primer lugar en todo.” En 2:18-19, Pablo enfatiza la idea de Cristo como fuente, “No permitan que nadie os continúe privando de vuestro premio deleitándose en degradarse a sí mismo…., 19 y no aferrándose de la cabeza (kephalē), de la cual el cuerpo entero, siendo suplido y mantenido unido por las coyunturas y ligamentos, crece con un crecimiento el cual es de Dios.” Y en 2:9-10 hay un enfásis sobre la autoridad de Jesús. “Porque en Él mora toda la Deidad en forma corporal y en Él vosotros habéis sido hechos completos, y El es la cabeza (kephalē) sobre todo dominio y autoridad…”

En Efesios 5:18-6:2, el único ejemplo fuera de 1 Corintios 11 donde Pablo aplica el significado figurativo de la cabeza a seres humanos, ciertos aspectos de autoridad también reciben atención.  Pablo obviamente no está diciendo que el esposo es la cabeza de la esposa en todo el sentido en que Cristo es la cabeza de la Iglesia (e.g., en preeminencia basada sobre diferencia ontológica o en soberanía absoluta) porque hay claramente una tremenda diferencia ontológica entre la relación entre Cristo y los seres humanos, y entre el esposo y la esposa. En realidad, en los versículos 25-28 él aclara exactamente lo que él quiere decir para que el esposo entienda lo del “liderazgo” ejemplificado por Cristo. El hombre es para dirijir en servicio sacrificatorio para el beneficio espiritual de su esposa, quien es como su propio cuerpo mientras la mujer es llamada a someterse voluntariamente al esposo en concierto con todos los creyentes sometiéndose unos a otros (v. 21-22).[24]

De esta examinación de la manera que Pablo hace uso de kephalē fuera de 1 Corintios 11 es evidente que él usa esta palabra en una manera  multivalente, usándolo en uno o más de sus diferentes usos figurativos, dependiendo del punto que él está haciendo en cada pasaje.[25] En realidad, el orador o escritor, en el tiempo de Pablo como hoy en día, tiene la abilidad de jugar con significados estándar figurativos para que una palabra junto con los atributos de la cosa representada por esa palabra puedan formar nuevas aplicaciones.[26] Aunque es frustrador para los deseos humanos cuando se desea precisión, el lenguaje no puede ser capturado en cajas rígidas e impenetrables sin permitir mezcla ni desviación. Por lo tanto, no debería ser asumido descuidadamente que donde un autor usa lenguaje figurativo él desea ya sea traer a la mente todos los significados posibles, o aludir a uno y solamente a un significado.  Al mismo tiempo las posibilidades interpretativas no son ilimitadas sino más bien, como se puede ver en los ejemplos mencionados arriba, los significados destinados para un uso particular son generalmente sugeridos por el contexto en el cual son utilizados.

Las tres interpretaciones posibles de kephalē examinadas arriba, o aún alguna combinación de las tres, parecían inicialmente posibles en el contexto del versículo 3 solamente. Es esencial, por lo tanto, comenzar por distanciarse uno mismo de suposiciones sobre su significado en este pasaje y considerar cuidadosamente el contexto del pasaje como un todo para determinar ya sea si Pablo está construyendo en el versículo 3 sobre la idea de “autoridad” en su argumento principal o si él está enfatizando “la fuente,” la “representación,” y/u otras ideas figurativas relacionadas a “la cabeza.” Hacer esto debería ayudar al intérprete a evitar imponer sobre el texto su propia supuesta o deseada interpretación.

Varias observaciones respecto a las tres relaciones descritas en el versículo 3 probarán ser de mucha ayuda a medida que continuemos. En el primer par, las palabras “cada hombre (anēr )” son colocadas primero en el griego, enfatizando que esta relación con Cristo como cabeza afecta a cada anēr. Mientras la palabra Griega anēr generalmente se refiere específicamente al hombre, Pablo ocasionalmente la usa para determinar a todos los seres humanos (el hombre así presentándose en un sentido representativo de toda la gente).  Por ejemplo, él les dice a los Romanos, “Bendecido es el anēr cuyo pecado el Señor no lo tomará en cuenta” (Rom 4:8; cf Efe 4:13).  Entendiendo que anēr incluye a toda la gente en 1 Corintios 11:3 es necesario por el hecho que esto no podría ser substanciado Bíblicamente el sugerir que cualquier ser humano debería pararse en el lugar de un mediador entre Cristo y otro ser humano, como parecería necesario si Cristo no fuera la cabeza de la mujer (gynē) también. Con más seguridad, como lo nota Plummer, Pablo escoje el término anēr aquí porque él desea consiguientemente hablar de la relación de un hombre y una mujer el cual será el punto de enfoque del pasaje.[27]

Los dos términos usados para describir la segunda relación, anēr y gynē, pueden referirse al “hombre” y  a la “mujer,” al “esposo” y a la “esposa,” o por extensión al primer hombre y a la primera mujer “Adán” y “Eva.” En el contexto de todo el pasaje ninguno de los tres puede ser usado exclusivamente, más bien los tres son enfatizados en lugares separados en el pasaje. Por ejemplo, en el primer par del versículo 3 Pablo ciertamente no está afirmando que Cristo es la cabeza solamente de los esposos, mientras en los versículos 4-6 el “esposo” es uno quien sería primeramente deshonrado por la impropia pieza de cubrirse la cabeza, y en el versículo 12 no podría significar que el esposo tiene su nacimiento a través de su esposa. Así aqui de nuevo, como lo notamos arriba, es esencial recordar que las palabras pueden ser usadas en un sentido abierto permitiendo una variedad de significados en referencia al contexto inmediato. En este uso específico en el versiculo 3,  ya sea “esposo’ y “esposa” o “Adán” y “Eva,” podría ser implicado. La interpretación que es descartada Bíblicamente es la idea que los hombres (como un grupo de género entero) están en autoridad sobre las mujeres (como un grupo de género entero) ya que tal enseñanza no tiene base en las Escrituras.[28]

            La tercera relación, “Dios es la cabeza de Cristo,” levanta tremendos problemas en la Cristología si se interpreta como si fuera una relación de control y supremacía. Ciertamente Pablo entiende que Cristo está haciendo la elección de colocar todas las cosas bajo el Padre al final (1 Corintios 15:24, 28), pero esto debe ser balanceado con el reconocimiento que “toda la plenitud habitaba en Cristo” (Col 1:19) y que el Padre similarmente coloca todas las cosas bajo Cristo (Efe 1:22) y coloca el nombre de Cristo sobre todos los nombres (Fil 2:9-10). En realidad, se dice que ha sido específicamente durante Su tiempo sobre la tierra que Jesús se dice haber aprendido a obedecer (Fil 2:8; Heb 5:28). Interesantemente, fue durante esta relación de sumisión con Dios que Jesús sobre la tierra fue “ordenado” con autoridad total para su ministerio, y llevó a cabo este ministerio terrenal. Gál 4:4 apoya una comprensión alternativa de Dios como siendo la fuente que enviara al hijo al mundo.

Juntando todo lo que ha sido descubierto hasta aquí, varias observaciones directivas pueden ser hechas para entender las implicaciones de este pasaje para la ordenación de mujeres. Primero, a la luz de significados figurativos posibles para kephalē (“cabeza”) en la manera que los creyentes Corintios entendían y en los escritos de Pablo mismo, uno debe depender del contexto para identificar su énfasis para este pasaje en lugar de hacer suposiciones automáticas sobre el significado de esta palabra. Buscar estos contextos debge ser el blanco principal del resto de este artículo. Segundo, el enfoque en Cristo creado al colocarlo a él en ambos el primer y el último par de relaciones en 11:3, nos lleva a Sus enseñanzas y ejemplo de liderazgo como una clave interpretativa importante para entender la intención de Pablo. En Su ministerio El enseñó fielmente la verdad autoritativa de Dios y tomó control de la naturaleza y de los malos espíritus, pero dejó a los humanos libres para escoger sus caminos. El enseñó y demostró que ningún ser humano debía buscar preeminencia o autoridad más bien ser un siervo, indicando en una ocasión, “Vosotros sabéis que los gobernantes de los Gentiles rigen sobre ellos, y sus grandes hombres ejercitan autoridad sobre ellos. No es así entre vosotros” (Mat 22:25-26). Tercero, en el tiempo de Pablo se asumía que los hombres tenían todas las cualidades que podrían ser atribuidas al liderazgo. Pablo, sin embargo, modificó muchas de ellas al señalar la manera de Cristo de cómo ser una cabeza, aunque obviamente no incorporando todas las diferencias ontológicas (e.g. Fil 2:1-11). Reconociendo la posibilidad que, como aquí, la tradición humana pueda haber torcido la verdad bíblica, el compromiso de los Adventistas, al menos en nuestros tiempos iniciales, era el de examinar la tradición para ver si estaba basada en “las enseñanzas de los hombres” o en una evidencia Bíblica sólida.

Los versículos 4-6 revelan el problema que Pablo está tratando en el pasaje como un todo. El comienza declarando las consecuencias de las prendas impropias para cubrirse la cabeza: la deshonra causada por la “cabeza” de uno. Su decisión de tratar este tema revela que al menos unos pocos creyentes Corintios están entusiasmados, o al menos comenzando a abogar por una manera inapropiada de cubrirse la cabeza. Aunque Pablo no describe la situación exacta que se está llevando a cabo en la iglesia, y reconstrucciones de la situación generalmente involucra una buena cantidad de conjeturas,[29] ciertos aspectos de la situación histórica con relación a cubrirse la cabeza están claros, gracias a la gran cantidad de buena investigación hecha en los años recientes. Al mismo tiempo, otros aspectos de la situación no son claros y sobre estos, por el propósito de nuestro papel, no es de ayuda el atentar cualquier grado de certidumbre.

Una cosa que es clara y bien fundamentada es la preocupación de Pablo por la vergüenza y la desgracia en relación a cubrirse la cabeza. Tradicionalmente en la cultura greco-romana, era considerado profundamente inmodesto que las mujeres casadas aparecieran en público sin la pieza apropiada para cubrirse la cabeza, aunque algunas mujeres (especialmente entre los ricos) ultimamente estaban eligiendo no hacerlo.[30] Como es evidenciado en muchas estatuas e inscripciones de mujeres de aquellos días, incluyendo un número de Corinto mismo, esto generalmente envolvía una extensa pieza de tela (o velo) sobre la cabeza de uno.[31]  Una segunda expectativa, la cual algunos la consideran como el foco de la preocupación de Pablo, era que el cabello de una mujer esté atado en el publico.[32] Se esperaba que la belleza de una mujer estuviera reservada para su esposo y protegida de los deseos de otros hombres al cubrirse el cabello y el cuerpo.[33] La protección de la modestia de una mujer era considerada un tema de honor no solamente para la mujer sino también para el esposo porque, como en muchas sociedades hoy en día, la esposa es tanto una depositaria como una posible amenaza contra el honor del hombre y la familia.

El razonamiento que Pablo usa inicialmente con relación a cubrirse la cabeza aquí no trata con él en el sentido de pecado o inmoralidad. Más bien, al hablar de “desgraciando la cabeza de uno,” él señala directamente a este tema de honor y de vergüenza a los ojos de otros (e.g. 11:22; 2 Cor 9:4). Tal razonamiento es totalmente comprensible para los Corintios amantes del honor.[34]  En realidad, la adquisición del honor y la evasión de la vergüenza estaban entre los valores más elevados del mundo Mediterráneo antigüo, y la causa de los problemas que Pablo combate en varios lugares en esta carta.[35]

En 11:2-16 él habla repetidamente sobre la desgracia, o vergüenza, traída sobre la cabeza de uno como resultado de prendas inapropiadas para cubrirse la cabeza.  Esto ciertamente aplicaba a la cabeza física de la mujer. Sin embargo, esta declaración en el versículo 3 que el “esposo es la cabeza de la esposa” (v. 3), ha preparado a los Corintios para ahora ver a las opciones de prendas de cubrir la cabeza de una mujer no solamente en términos de su propia libertad, o autoridad (exousia, 8:9), mas bien en términos de relación.  Como en otros puntos numerosos en esta carta, su énfasis no es solamente sobre su propio honor, lo cual ellos han estado deseando evitar por la libertad que ellos valoran tanto (6:12; 8:9), sino sobre la necesidad de otros.[36] Este es el punto que él ha estado haciendo en 10:31-33 pero es también evidente en varios otros pasajes tales como 8:7-13; 13:1-6; 14:19, 26. En el caso de las prendas de cubrir la cabeza de la mujer, la preocupación primaria de Pablo es el deshonor traído sobre el esposo (no solamente sobre el hombre), un deshonor por cual todos en ese mundo lo reconocerían y sentirían. El deshonor traído por prendas inapropiadas para cubrirse la cabeza también habría tenido un impacto sobre el honor con el cual Dios y el evangelio de Cristo eran vistos dentro de la comunidad más grande.

Dos asuntos que son menos claros se relacionan a la primera declaración en el versículo 4 acerca el hombre. Literalmente, la declaración no habla de una prenda para cubrirse la cabeza para hombres, mas describe al hombre simplemente como “teniendo (algo?) de (la) cabeza.” Las expectativas judías y aún griegas con relación a las prendas para cubrir la cabeza de los hombres en el culto siguen siendo disputadas, y es posible que Pablo está lideando no con prendas de cubrise la cabeza para hombres, sino con el problema del cabello largo. [37]  En segundo lugar, a menudo se sugiere que el consejo en este pasaje está dirigido solamente a mujeres y las declaraciones sobre los hombres son solamente para clarificar el contraste. Esto está lejos de la verdad, sin embargo, y el esfuerzo que Pablo hace para explicar la parte del hombre, si bien es más breve que el de la mujer, deja la posibilidad que pueda haber una preocupación (aunque más pequeña) también sobre las prendas masculinas para cubrirse la cabeza. [38]

El punto final digno de consideración es sobre las actividades en las cuales el hombre y la mujer están ocupados—esto es, orando y profetizando. Estas actividades se están llevando a cabo en reuniones de iglesia, ya que no habría necesidad de cubrirse en la privacidad de su hogar y el contexto en la sección entera de los capítulos 11-14 se enfoca en dichas reuniones. Mientras el debate continúa sobre la naturaleza exacta de profetizar y su función como un rol de liderazgo, dos cosas deberían ser notadas. Primero, Pablo habla sobre los hombres y las mujeres ocupados en las mismas actividades sin calificación. Segundo, él habla de esta manera sin hacer ni la más pequeña diferenciación entre los hombres y las mujeres con relación a cómo estas dos actividades son llevadas a cabo, o sugiriendo, como uno esperaría si este pasaje se tratrara sobre la autoridad apropiada del hombre en el liderazgo de la iglesia, que hay otras actividades o roles de liderazgo en la iglesia en las cuales las mujeres no deberían ocuparse. Mientras Pablo apoya a través de todo el pasaje la idea de distinciones de géneros con relación a la vestimenta, aquí no hace absolutamente ninguna distinción de género con relación a las funciones en las reuniones de la iglesia. Si este pasaje en realidad estuviese ordenando un lider espiritual masculino solamente en la iglesia, parecería raro que las actividades del hombre y de la mujer en la iglesia son descritas exactamente en los mismos términos.

Considerando, entonces, las implicaciones del pasaje hasta aquí sobre el tema de la ordenación de las mujeres, el argumento inicial de Pablo sobre 11:3 es un argumento que tiene que ver sobre cómo la gente de aquella cultura vería ciertos tipos de prendas de cubrirse la cabeza. Él hace este argumento cultural recordando a los hombre y a las mujeres, al hablar de la cabeza y por lo tanto ligándolo al versículo 3, que ellos están intimamente ligados a aquel quien es su cabeza, y que cualquier cosa que ellos hagan incide no solamente sobre ellos sino también sobre su cabeza metafórica. Este uso de kephalē esta construído sobre la idea de cabeza en el sentido de prominencia o representación en lugar de cualquier posición de control o dominio con relación a la mujer. Como los Adventistas siempre lo hemos reconocido, el consejo está dirigido a un escenario cultural particular. Una aplicación fiel del principio fundamental sugeriría que una esposa tenga un cuidado especial de no deshonrar a su esposo, y el esposo a su Dios, a través de lo que elijan usar en la iglesia. Además, tanto los hombres como las mujeres deberían evitar confundir reconocidas distinciones culturales de vestir que separan a los hombres de las mujeres (cf. Deut 22:5).[39] Ninguna distinción entre la participación del hombre y la mujer o funciones en las reuniones de iglesia es sugerida en ningún lugar.

Una mirada más de cerca a la estructura de esta etapa del argumento de Pablo provee medios para percibir más adecuadamente su pensamiento. Las dos declaraciones “debería” son los más obvios marcadores estructurales, insistiendo que el hombre y la mujer están “bajo obligación” para actuar en la manera que Pablo describe. Esta obligación está basada en su creación por Dios.  Para el hombre, el plan dado es breve (v. 7a). Señalando a Génesis 1:26-27, Pablo demuestra que como la imagen y la gloria de Dios, el hombre es para revelar la imagen, por lo tanto dando la gloria debida a su Hacedor.

El plan para las obligaciones de la mujer (vv.7b-9) es más largo y más complejo que la del hombre, y se ubica más bien antes que después de la declaración de la obligación. Esto es, sin embargo, similar al plan del hombre que está basado en Génesis 1-2. Aunque Génesis 1:26 habla de los humanos como hechos “a su imágen, de acuerdo a su semejanza,” escritos judíos y cristianos tardíos a menudo emparejaban la imagen de Dios con Su gloria como Pablo lo hace en este versículo.[40] La palabra “gloria” es un sinónimo de honor y así conecta al versículo 4, presentando aquí una alternativa positiva a la deshonra de la cabeza de uno advertido allí.[41]

Esto no es para suponer que Pablo se había olvidado o que estaba a propósito ignorando las palabras de 1:26-27, “Hagamos al hombre a Nuestra imagen…y que ellos señoréen…”  y “Dios creó al hombre a su imagen,…macho y hembra El los creó.” Más bien, debe ser considerado que Pablo deseaba no el negarlo, mas bien añadir al testimonio de Génesis con relación a la mujer. En lugar de representarla como algo inferior, Pablo va a Génesis 2, donde Dios trae satisfacción y compañerismo a Adán al darle un equivalente,  a quien Pablo, posiblemente inspirado por la reacción de Adán en los versículos 23-24, se refiere a ella como la gloria del hombre. Ya que desde las circunstancias de su creación, ella fue traída del hombre para mantenerse a su lado como compañera, es apropiado para ella buscar vestirse en un manera que le trajera a él honor y no desgracia.[42] Como la preciosa gloria de su esposo, y en una sociedad que manejaba las cualidades peligrosamente atractivas de una mujer al cubrirlas, y el no usar las prendas de cubrirse la cabeza mientras se oraba y profetizaba tenían el peligro de distraer otros de la atención y admiración debida solamente a Dios durante el tiempo de adoración. Las ideas conceptuales de “primero” y “fuente,” parecen de nuevo conectar estos versículos al uso figurativo de kephalē en 11:3, haciendo un uso más extenso de su premisa inicial con la cual Pablo ha escogido fundamentar su argumento sobre las prendas de cubrirse la cabeza.[43]

El versículo 10, resumiendo este plan con la declaración de la obligación para la mujer, es muy críptico y asume entendimientos que Pablo y los Conrintios compartían, pero de los cuales hoy en día no estamos totalmente al tanto. La declaración literal es: “Por esto es que la mujer debería tener autoridad sobre/encima de la cabeza.”  Una manera común de ajustar esta declaración para encajar con la interpretación tradicional de este pasaje es el de asumir que la prenda de cubrir la cabeza representa autoridad y como tal debería ser usada por la mujer como un símbolo de esta autoridad. Esto involucra el añadir varias palabras a la declaración para que esta puede decir “la mujer debería usar un símbolo de autoridad sobre su cabeza.” Esto también atribuye un significado simbólico a la prenda de cubrir la cabeza que no es mencionado en ningún otro lugar. En realidad, tal interpretación no encaja con el argumento de Pablo sobre las prendas para cubrir la cabeza en el resto del pasaje el cual tiene que ver con dar honor apropiadamente, no con autoridad. Una interpretación más directa la cual no necesita la añadidura de nuevas palabras, y la cual es más cierta al uso normal de aquellas palabras ya presente, es simplemente “una mujer debería tener autoridad sobre su cabeza.”[44] Tal autoridad es demostrada al usar la prenda apropiada de cubrirse la cabeza, la cual la protegería de ojos curiosos y protegerían su dignidad.[45] (La razón declarada, “por causa de los ángeles,” era aparentemente auto-explicativa para los Corintios pero hoy en día nos deja debatiendo entre varios posibles significados no conclusivos)

Siguiendo esta declaración, Pablo coincide y equilibra el plan de los versículos 7b-9, basado en la creación, con una instrucción estructuralmente paralela sobre las relaciones entre el hombre y la mujer las cuales están basadas “en el Señor” (vv. 11-12). “En el Señor” se refiere a la vida y la comunidad de fe en Jesús. Aquí es presentado otro aspecto de la vida Cristiana—lo de la mutualidad.[46]  No contento con presentar solamente las obligaciones relacionales de la mujer, como lo había hecho con la historia del Génesis, Pablo enfatiza la misma importancia de su observación paralela en los versículos 11-12 dándole una estructura de reflejo exacto. Aunque en el Génesis se dice que la mujer se ha originado del hombre, en el Señor, Pablo, indica—usando paralelismo contrastante—que “el hombre tiene su nacimiento a través de la mujer.” Y donde la mujer es creada “para el hombre” en Génesis,  el versículo 11 declara ninguno es independiente del otro “en el Señor.” La mutualidad de estas relaciones se originan de Dios, no menos de lo que el recuento de la creación trata sobre los orígenes en Dios. Regresando de su argumento sobre piezas de cubrirse la cabeza para asegurar que esto es comprendido, Pablo habla de un nivel de mutualidad que es bastante impresionante en el antiguo Mediterráneo Oriental.[47]

Así 1 Corintios 11:7-12, mientras llama a la mujer a preocuparse por la gloria de Aquel quien la creó y también a aquel a través del cual ella fue creada, lo hace sobre la base de la idea de prioridad y fuente, no de autoridad. Por lo tanto así como ha sido demostrado con los versículos 4-6, los versículos 7-9 no son un lugar claro o estable de los cuales construir una teología de subordinación femenina, mucho menos un argumento para excluir a las mujers del liderazgo.

El argumento de Pablo a favor de prendas apropiadas para cubrirse la cabeza, el cual en los versículos 7-12 ha sido basado en las Escrituras—ambos en la historia de la creación y en la historia del Evangelio de la redención en Cristo—ahora regresa al tema inicial de cómo prendas inapropiadas de cubrirse la cabeza serán vistas por los observadores. Tal preocupación—el efecto sobre otros y la evaluación de los mismos—no es un nuevo ni inmerecido enfoque de atención en la mente de Pablo. El usa un argumento similar de efecto sobre otros repetidamente en los capítulos 8-10 al tratar la cuestión de la carne ofrecida a los ídolos, y lo hará de nuevo en los capítulos 14 al tratar la práctica desordenada de hablar en lenguas y profetizando.

Esta sección final del argumento de Pablo comienza con una pregunta que llama la atención a lo que es considerado apropiado (honorable) con relación a la prenda femenina para cubrirse la cabeza. Pablo parece esperar que cada creyente Corinto, si ellos pensaran sobre esto honestamente, ellos reconocerán en sus corazones que para una mujer el orar con la cabeza descubierta es inapropiado, o vergonzoso. Tal expectativa testifica al reconocimiento practicamente universal de esta costumbre en ese tiempo y lugar.[48]

La segunda cuestión ilustra su punto sobre lo que es paorpiado, haciendo referencia a lo que la “naturaleza” enseña sobre el largo del cabello. Ya que Pablo hubiera estado al tanto de Sansón, los Nazarenos, y otros hombres quienes exitosamente lograron dejarse crecer el cabello largo, su llamado a la naturaleza no está basado en las características físicas del mundo natural ni aún un principio universal prohibiendo tal cabello. Mas bien, él se refiere aquí a la order regular (=natural) de cosas como son reconocidas por los humanos.[49] Por analogía con la largura del cabello que era creído ser apropiado para los hombres, y para las mujeres, Pablo se profundiza más en los puntos que él ha hecho en los versículos 4-6 sobre qué clase de prendas para cubrirse la cabeza son apropiadas para los hombres, y para las mujeres. Es claro que al cerrar su argumento el habla del honor del individuo en lugar de señalar los efectos que estos estilos tienen sobre el honor de otro. Como antes, la diferenciación entre los hombres y las mujeres sobre la cual Pablo insiste es una separación visual en apariencia, subrayando los estilos de cabello y ropas.

El versículo dieciséis concluye el pasaje apelando a la práctica más amplia de iglesia, y funciona como la conclusión del argumento de Pablo. El versículo testifica al valor mantenido por Pablo, y semejantemente a otros líderes de aquellos días, el considerar las elecciones de otros creyentes en decisiones sobre la práctica Cristiana, y aprendiendo de su sabiduría. No hay retorno en estos versículos concluyentes (13-16, o en los versículos 4-12) a ninguna ramificación teológica más grande de 11:3 o a cualquier implicación con relación a la autoridad, lo cual es lo que uno esperaría si la autoridad del hombre sobre la  mujer hubiera sido el punto central del pasaje.

Implicaciones para la Ordenación de las Mujeres como Pastoras en la Iglesia Adventista

            El propósito de 1 Corintios 11:2-16 es para persuadir a los creyentes Corintios, quienes estaban cuestionando o probando otras opciones, para hacer eleciones apropiadas con relación a las prendas de cubrirse la cabeza para hombres y mujeres.

Pablo utiliza cuatro clases de planes superpuestos  para hacer su argumento. Primero, él presenta una serie de relaciones las cuales, en retrospectiva, podemos ver como conexiones que serían afectadas por la elección propia de prendas para cubrirse la cabeza. Al hablar de estas relaciones en términos de “cabeza” o kephalē,  él prepara la oportunidad para un  significativo juego de palabras al hacer uso de varios usos figurativos y literales de kephalē en su argumento subsiguiente.  Los significados figurativos de kephalē que reciben las alusiones más claras son aquellos relacionados con cierto grado de prominencia o representación (en los versículos 4-7) y a la fuente (en los versículos 8-9, 12). La autoridad no es una parte clara de su argumento con relación a las prendas de cubrirse la cabeza. Al mismo tiempo, porque hay retos significativos para cada uno de los significados posibles sugeridos de kephalē, su uso en este pasaje no debería ser usado como un texto de prueba fundamental para cualquier enseñanza importante de las Escrituras.

Segundo, Pablo da una atención significativa al argüir desde un punto de vista de lo que es honorable. Sobre todo está el honor debido a Cristo y a Dios.  Además, a la esposa se le pide, como alguien quien lleva en una manera especial la gloria, u honor, del esposo, el buscar honrarle por medio de su vestimenta apropiada y modesta. La preocupación del individuo por su propio honor es también un factor en el argumento de Pablo. El reconocimiento de este honor especificamente cultural como base para el consejo en 11:2-16 es un razonamiento sobre el cual la iglesia Adventista escoje el no requerir piezas de cubrirse la cabeza para las mujeres en la iglesia hoy en día.

Varios principios básicos emergen de este discurso.  Pablo no hace diferenciación entre la participación de las mujeres y los nhombres en el liderazgo de la iglesia. Las actividades de cada uno están descritas en exactamente los mismos términos sin calificación, exactamente como los dones espirituales en el capítulo siguiente son asignados de tal manera. Sea o no que la autoridad es una parte del significado deseado por Pablo para kephalē, ningún problema es evidente aquí con relación a la mujer ejercitando un papel de liderazgo o el nivel de liderazgo que a ella le sea dado.  Sin embargo, hay una preocupación respecto a la relación que debería recordarse en la elección de mujeres para la ordenación: una mujer quien está desinteresada sobre la verguenza u honor que ella traiga sobre su esposo y su Dios no es una candidata más apropiada para el ministerio que un hombre que no actúa como Cristo al buscar amar y beneficiar su familia fielmente (cf. 1 Tim 3:1-7; Efe 5:21-36). Yo no veo barreras para la ordenación de mujeres en este pasaje.

Hay un principio Bíblico importante en este pasaje: cuando los creyentes se reunen como cuerpo eclesiástico es imperativo que cada uno sea responsable de asegurar que su vestimenta personal y sus acciones no traigan, en la cultura y situación en la cual se encuentren, deshonra sobre Dios o sobre aquellos a quienes es apropiado que nosotros protejamos y busquemos traer honor y respeto.  Esto sugiere que seamos culturalmente sensitivos al entrar e interactuar con diferentes areas culturales y a no insistir en hacer o decir algo que en ese medio traería deshonra sobre Cristo u otros. Con respecto a la ordenación de mujeres esto sugiere que nosotros consideremos cómo ambas nuestra deliberaciones y nuestras decisiones puedan afectar la gloria de Dios y respeto hacia otros en las varias culturas del mundo.

Además, la diferenciación visual entre los hombres y las mujeres es la clave principal detrás del “código de vestir” que Pablo está abogando para los Corintios. Con relación a la ordenación de mujeres, ya que las mujeres son ordenadas para dirigir en la iglesia, ellas deberían ser animadas y apoyadas a dirigir como mujeres en lugar de tratar de encajar en los zapatos del ministerio de los hombres.

 


Referencias

[1] Prov 12:15; 14:12. Ver, por ejemplo, Jonathan Haidt. The Righteous Mind: Why Good People Are Divided by Politics and Religion (New York: Pantheon, 2012). El análisis completo de investigación pertinente en este libro hace que su lectura valga la pena, a pesar de las divergencias del autor con especulaciones evolucionarias donde nosotros reconoceríamos el orígen del problema en la pecaminosidad humana.

[2] Un bosquejo del pensamiento Adventista actual sobre las hermenéuticas, titulado “Methods of Bible Study,” (Métodos de Estudio de la Biblia) fue votado por el Comité Ejecutivo de la Asociación General en el Concilio Anual en Rio de Janeiro, Brasil, 12 de Octubre de 1986.  (Este documento puede ser accedido en http://www.adventist.org/information/official-statements/documents/#Articles81).

[3] Pueda ser que el sentido de libertad que algunos sentían estaba relacionado con un malentendido de las enseñanzas de Pablo sobre la ley, y/o a un malentendido entre algunos sobre la realidad de la resurrección (1 Cor 15).

[4] A menos que sea señalado, todas las citas Bíblicas son tomadas de la New American Standard Bible (NASB).

[5] Para ver un ejemplo de un pasaje que se enfoca en ilustrar y explicar un punto principal inicial, véase el argumento de Santiago sobre el favoritismo en Santiago 2:1-13.

[6] Mientras las citas en las previas cajas de texto fueron citadas directamente de la NASB, las citas en esta sección han sido modificadas ligeramente para reflejar más transparentemente el Griego original como fué explicado en el(los) parrafo(s) abajo de las citas.

[7] Alfred Plummer, A Critical and Exegetical Commentary on the First Epistle of St Paul to the Corinthians (ICC; Edinburgh: T. & T. Clark, 1914), 228.

[8] Troy Martin, “Paul’s Argument from Nature for the Veil in 1 Corinthians 1:13-15: A Testicle Instead of a Head-Covering,” JBL123 (2004): 258-261. (Estas son las dos únicas veces en los escritos Paulinos de la frase “Yo os alago” / “Yo no os alago.”).  También ha sido sugerido que aquí Pablo está siendo irónico, ya que en los capítulos previos él ha corregido a los Corintios de varios pecados serios.  Sin embargo, él no da más indicios de ironía, y en realidad directamente presenta el siguiente tema (11:17-34) con la declaración contrastante, “Pero al darles esta instrucción, yo no os alabo….”  Esto sugiere que aquí también él está hablando directamente. En vista de esto, el grupo provocando este consejo con más seguridad es una minoría dentro de la iglesia, o posiblemente críticos de fuera de la iglesia. Thomas F. Martin, “Augustine’s Pauline Method: 1 Corinthians 11:2-16 as a Case Study,” en Celebrating Paul:Festschrift in Honor of Jerome Murphy-O’Connor, O.P., y Joseph A. Fitzmyer, S. J. (ed. Peter Spitaler;CBQMS 48; Washington, DC: Catholic Biblical Association of America), 258-261. Que los creyentes Corintios estaban mayormente en conformidad con las áreas que él está por tratar está apoyada por su estilo de enseñanza del pasaje como un todo, en lugar de un reproche, evidenciado, por ejemplo, por la preferencia de pronombres de tercera persona (e.g. él, ella, ellos) sobre las palabras más personales y confrontativas (e.g. Yo, nosotros, y ustedes). La comendación puede sugerir que los Corintios en general habían estado observando la tradición de cubrirse la cabeza, pero ahora están preocupados con desacuerdo interno, o aun posiblemente de fuera de la iglesia.

[9] La palabra para “entregado,” paradidōmi, es la palabra estándar para entregando o pasando algo, incluyendo gente, objetos, ideas, y doctrinas las cuales, alguna vez, habían venido de Jesús mismo (1 Cor 11:23).

[10] A menudo se piensa que Pablo está ahora trayendo algo nuevo, esperanzados que los Corintios se aferrarían firmemente a esta nueva enseñanza como ellos lo habían hecho con las previas. (Hans Conzelmann,  1Corinthians: A Commentary on the First Epistle to the Corinthians [Philadelphia: Fortress, 1975], 163). Sin embargo estas relaciones no eran necesariamente nuevas para los Corintios. El término para “entender” (oida), también traducida “saber,” es a menudo usada para hablar de captando, o profundizándose, el conocimiento de algo. Stephen Bedale, “Meaning of Kephalē in the Pauline Epistles,” JTS 5, no. 2 (1954): 693-694.  Por ejemplo, Pablo les dice a los Efesios que él está orando para que ellos “sepan cual es la esperanza de Su [de Dios] llamado…y la grandeza de Su poder hacia nosotros quienes creemos” (Efe 1:18-19).  Aún así parece raro que si Pablo está hablando sobre un juego de principios tan fundamentales para un diario vivir como es a menudo argumentado con relación al ver. 3, que él no hablaría en términos para recordarles sino mas bien deseando  que ellos sepan o entiendan.

[11] Una razón principal para esto es que, con la dificultad frequente de identificar qué idea figurativa es primeramente deseada en un dado uso, un entérprete naturalmente tendria la tendencia de ver aquellos significados que él está buscando aún en textos inciertos minimizando así las otras posibilidades donde el énfasis deseado es incierto. Las afirmaciones de Philip B. Payne, (Man and Woman, One in Christ: An Exegetical and Theological Study of Paul’s Letters [Grand Rapids: Zondervan, 2009], 117-139; en contraste a aquellos de Joseph A. Fitzmyer (“Kephalē en I Corintios 11:3,” Int 47 [1993]) proveen un ejemplo excelente de esto. Un resúmen un tanto más ecuánime se puede encontrar en Anthony Thiselton, The First Epistle to the Corinthians: A Commentary on the Greek Text (NIGTC; Grand Rapids: Eerdmans, 2000), 812-822.  Mi analisis se ubica en algun lugar entre los dos extremos, generalmente porque yo escogí dar prioridad a ejemplos claros de un uso.  Una parcialidad a favor de la tradición a veces puede ser encontrada aún en los léxicos.  Por ejemplo, W. Bauer et al., eds., “κεφαλή,” BDAG 541-542, virtualmente ignora el uso representativo de kephalē, y coloca “un rango superior” comos su significado principal en el lenguaje Griego del 1er siglo sobre la fuerza de una cita de 500 AD y su interpretación de Pablo.

[12] En tiempos antiguos muchos veían el corazón como el centro de control del cuerpo mientras otros lo veían como localizado en la cabeza o en otro lugar. Catherine Kroeger.  ”The Classical Concept of Head as “Source” “in Equal to Serve: Women and Men in the Church and Home.” (Old Tappan, N.J.: F.H. Revell, 1987),  269.

[13] F. Brown et al., eds., “ראשֹׁ,” BDB 910 enumera, como significados figurativos de rōsh,  una referencia  “al tope” de algo, “primero en unas series,” “principal” (en varios sentidos incluyendo “el lugar del lider”, y “el mejor“), “el frente,” “el comienzo (de tiempo),” y “las fuentes del río.” Conzelmann (1 Corinthians, 183, n.22, 29) nota que donde es usada la idea de soberanía en el AT, es sobre una comunidad y no un individuo.

[14] Yo soy escéptica al usar los padres de la iglesia primitiva para entender a Pablo, ya que ellos escribieron más frecuentemente varios siglos después del NT, y dan clara evidencia (tan temprano como la última parte del siglo primero) de haber sido formados por la cultura pagana que los rodeaba en numerosas areas reconocidas por Adventistas, incluyendo aquello sobre el autoritarianismo y monarquicalismo en la jerarquía de la iglesia. Cf. Thiselton, First Corinthians, 818.

[15]La Septuaginta fue la versión griega más temprana del Antiguo Testamento Hebreo y fue la Bíblia principal usada por la Iglesia primitiva. El número exacto en que la LXX usa la palabra  kephalē refiriéndose a la autoridad es debatida, pero los números sugeridos varían de más o menos 6 (Philip Payne, Man and Woman, One in Christ, 119.) al 15 (Wayne A. Grudem, Evangelical Feminims & Biblical Truth: An Analysis of More Than One Hundred Disputed Questions (Sisters, Or,: Multnomah Publishers, 2004), 545-546.) de los cuales yo encuentro más o menos 5 que están sin lugar a duda refiriéndose a una persona en autoridad. El ejemplo más claro es Salmo 18:43 (Enumeración de la versión en Inglés, 17:44 en el Griego), reportado también en 2 Sam 22:44, el cual declara, “Líbrame de las contradicciones de la gente: tú me harás cabeza (kephalē ) de los Gentíles: un pueblo el cual yo sabía que no me servía.” Alfred Rahlfs, ed. Septuaginta: id est Vetus Testamentum Graece iuxta LXX interpretes (Stuttgart: Deusch Bibelgesellschaft, 2006). (Rahlf’s translation of the Séptuaginta es usada a través de todo este papel, a menos que sea notificado.) Los otros usos de la LXX de la palabra kephalē que más claramente la usa para identificar a alguien en una posición de autoridad están en Jueces 10:18 (en una versión); 11:8 (en una versión); 11:11; Isa 7:8-9; Lam 1:5. Otros identifican hasta 16-18 usos asociados con la autoridad (de entre un número más grande de usos figurativos), mayormente porque ellos incluyen conecciones inciertas o secundarias a la autoridad.

[16] Plutarco, quien vivió no tan lejos de Corinto dentro de unas pocas décadas de Pablo, escribió concerniente al emperador Romano, “Pero depués que Vindex había declarado abiertamente la guerra, le escribió a Galba invitándole a asumir el poder imperial (hēgemonia ), y así servir a lo que era un cuerpo vigoroso en necesidad de una cabeza, refiriéndose a las provincias Gallic, las cuales ya tenían cien mil hombres armados, y además podia armar otros miles….” Plutarco, Galba 4.3 (Perrin, LCL). Filón, como Pablo, era un judío helenista muy educado que buscó defender sus creencias delante de Romanos y Griegos, simplemente compara la cabeza con un rey: “Así como la naturaleza (hē phusis ) confirió la soveranía del cuerpo sobre la cabeza (kephalē) cuando ella le confirió también posesión  de la ciudadela como la posesión más apropiada para su rango real, lo condujo más de cerca para tomar mando y la estableció en alto con la estructura completa del cuello al pie colocada debajo de ella, como el pedestal debajo de la estatua, así también ella le ha dado la señoridad de los sentidos a los ojos. Así a ellos también como gobernantes ella ha asignado una morada arriba de los otros en su deseo de darles entre otros privilegios la situación más conspicua y distinguida.” On the Special Laws 3.184 (Philo VII, Colson, LCL). Noten que aquí Filón está describiendo dos ideas figurativas de la comparación, la idea de la autoridad y la idea de la preeminencia, u honor. Para más ejemplos posibles (los cuales necesitan ser cuidadosamente considerados), véase Fitzmyer, ”Kephalē.”

[17] Esto es disputado vigorosamente con individuos de ambos lados tomando la posición extrema que no puede ser substanciada por la evidencia. Payne, Man and Woman, One in Christ, 119 elaborando sobre Bedale, “Meaning of Kephalē in the Pauline Epistles,” y otros después de él insistían que esto era casi siempre hecho de esta manera, mientras Grudem, Fitzmyer y sus aliados lo consideran raro (véase Thiselton, First Corinthians, 821. Como siempre, ambos extremos empujan las cosas demasiado lejos, pero una examinación de los 49 ejemplos de rōsh en el significado del Hebreo del AT, el “jefe” enumerada en Brown, BDB 910, evidencia que raramente tiene uno de estos textos la palabra rōsh traducida como kephalē en la traducción de la LXX).

[18] La idea de “fuente” u “orígen” como un significado figurativo para kephalē es otro tema arduamente debatido,  con Catherine C. Kroeger, “The Classical Concept of Head as “Source”,” en Equal to Serve: Women and Men in the Church and Home (ed. Gretchen G. Hull; Old Tappan, N.J.: F.H. Revell, 1987) y Payne, Man and Woman, One in Christ, 113-140 exagerando la evidencia de alguna manera al apoyarlo como el único significado previsto en 1 Cor 11:3, mientras Grudem, Evangelical Feminism, 206-208 por el otro extreme, arguye que esa fuente nunca es un significado legítimo para kephalē.  Consideren, sin embargo, Artemidorus Daldianus (2nd-1st century B.C.), quien lo usó de esta manera en más de una oportunidad, incluyendo sobre el sueño de un hombre quien estaba por perder a sus padres, “la cabeza (kephalē) parece referirse a padres en que son la razón del existir de uno…”   Onir (On Dreams) 1.35.  de Artemidorus Daldianus, The interpretation of dreams: Oneirocritica (trans. Robert J. White: Park Ridge, N.J.: Noyes, 1975), 34. Note también el conocido himno a Zeus, registrado en Orphic fragment 21, el cual habla de Zeus ambos como la cabeza (kephalē) y como el hacedor de todas las cosas, y la de Filón que “el virtuoso, ya sea un ser humano o un pueblo, será la cabeza de la raza humana y todos los otros como las extremidades de un cuerpo los cuales absorven su vida de las fuerzas en la cabeza y al tope. Rewards 1.124-5 (Philo VIII, Colson, LCL). Véase también el Testament of Reuben 2.2, donde kephalē es a menudo engañosamente traducido como “líderes.”                                                                                                           

[19] Bauer, “κεφαλή,” BDAG 524, cita dos artículos, uno a favor de uno en oposición a “fuente” como un significado de kephalē.

[20] Jerome Murphy-O’Connor, “1Corinthians 11:2-16 Once Again,” CBQ 50 (1988): 270.

[21] E.g. “También Dios retornó toda la maldad de los hombres de Siquem sobre sus cabezas (kephalē), y la maldición de Jotham el hijo de Jerubbaal vino sobre ellos.” Jueces 9:57; y “Esto es lo que el SEÑOR ha ordenado, ‘Junte de ello cada hombre tanto como él deba comer; tú tomarás un omer por parte de acuerdo al número de personas que cada uno de ustedes tenga en su carpa.’” Exodo 16:16.

[22] Andrew C. Perriman, “The Head of a Woman: The Meaning of Kephalē en 1 Cor 11:3,” JTS 45 (1994); Thiselton, First Corinthians, 821. Note, por ejemplo, la observación de Filón en su Life of Moses 2.30, “en una palabra,  la familia entera de los Ptolomeos era extremadamente eminente y conspicua sobre todas la otras familias reales, y entre los Ptolomeos, Filadelfus era el más notorio; porque todo el resto junto escasamente hizo tantas acciones gloriosas y encomiables como lo hizo este rey por sí mismo, siendo, como si fuera, el líder del ganado,  y en una manera la cabeza ( kephalē) de todos los reyes.” También de Filón, una declaración del pasaje de On reward 1.125 citado como un ejemplo de fuente, “Porque en un animal la cabeza (κεφαλή) es la primera y la mayor parte, y la cola la última y la peor parte, o mas bien no es ninguna parte completamente, ya que no completa el número de las extremidades, siendo solamente una escoba para espantar a lo que vuele sobre esto; así también en la misma manera lo que es dicho aquí es que el hombre virtuoso será la cabeza (kephalē)…” Véase también Jer 31:7 (38:7 LXX) y Deut 28:13; 28:44; Isa 9:13-16 (9:12-15 LXX) en la cual kephalē pueda representar autoridad pero también preeminencia, notando en la última instancia que ambos grupos representados en Isa 9 como cabeza (kephalē) y como cola son los líderes del pueblo. (Compare Plutarco, Agis and Cleomenes 2.5.)      

[23] Thomas R. Schreiner, “Head-coverings, Prophecies and the Trinity: 1 Corinthians 11:2-16,” en Recovering Biblical Manhood and Womanhood: A Response to Evangelical Feminism (eds. John Piper y Wayne A. Grudem; Wheaton, Ill,: Crossway Books, 1991), 128.

[24] Noten que a la esposa nunca se le dice que  “obedecezca” como a los niños (6:21), sino tomar  la decisión voluntaria de ceder en amor (5:22), así como todos deben hacer con los creyentes (5:21). “Autoridad,” en realidad tiene un significado de rango amplio saliendo de la idea básica de un derecho asignado o reconocido para actuar y/o para influir en el comportamiento de otros.24  Puede variar entre autoridad absoluta y control, tal como Dios ultimamente lleva a cabo, a una autoridad de influencia y guía suave. Para más definición y discusión, véase Bruce Chilton y Jacob Neusner, Types of Authority in Formative Christianity and Judaism (London: Routledge, 1999), 541-542; Bernard Ramm, The Pattern of Religious Authority (Grand Rapids; Eerdmans, 1959), 10; Yves Simon, A General Theory of Authority (Notre Dame: University of Notre Dame Press, 1980), 3-12; G. D. Yarnold como es citado en John Skinner, The Meaning of Authority (Washington: University Press of America, 1983), 6.

[25] Véase Raymond F. Collins, First Corinthians (Collegeville, Minn.: Liturgical, 1999), 396, cf. 405-406 sobre el v. 3 Tal uso de lenguaje figurativo crea una comunicación multi-facética y evocativa que es rica en significado a través del juego de palabras y multiples interconecciones.

[26] Esto es algo que G. Dawes, “The Body en Question: Metaphor and Meaning in Ephesians 5:21-33,” BibInt 30 (1998) se refería a “metáfora viviente,” el reconocimiento que el lenguaje no está muerto y es estático mas bien infinitamente inventivo.

[27] Plummer, First Epistle to the Corinthians, 229.

[28] Payne, Man and Woman, One in Christ, 138, sugiere que en esta instancia se refiere específicamente a Adán y a Eva ya que anēr tiene un artículo y es paralelado (o referido como cabeza) en el versículo con el uso articular de Cristo y de Dios, ambos individuos específicos.

[29] E. g. Dale B. Martin, The Corinthian Body (New Haven: Yale University Press, 1995).

[30] Véanse los varios ejemplos literarios y arqueológicos citados, por ejemplo, por Mark Finney, “Honour, Head-Coverings and Headship: 1 Corinthians 11:2-16 in Its Social Context,” JSNT 33, no. 1 (2010): 31-58; y Bruce W. Winter, Roman Wives, Roman Widows: The Appearance of New Women and The Pauline Communities (Grand Rapids: Eerdmans, 2003). Véase, por ejemplo: Num 5:18; Isa 47:1-3; Josephus, Jewish Antiquities, 3.270; Filón, On Special Laws 3.56; Mishnah. Baba.Qamma. 8:6; Ketuboth 7:6; Valerius Maximus 6.3.10; Plutarch. Moralta 267A, B; Apuleius, Metamorphosis 2.8.

[31] Mientras uno o dos escritores mencionan qie se cubría la cara también (Véase Dio Chrisostom, Orations, 33.48-49), los muchos estatutos e inscripciones de mujeres de esos días casi no dan evidencia de este grado de cubierta.

[32] Murphy-O’Connor, “1 Corinthians 11:2-16 Once Again.”

[33] Finney, “Honour,” 40-41; y Craig S. Keener, 1-2 Corinthians (Cambridge: Cambridge University Press, 2005), 91-92, quien cita como un ejemplo a Séneca el Anciano, Controversiae 2.7.6.

[34] Evidente a través de la carta, de la rivalidad entre grupos factionales en el cap. 1 a la búsqueda de los dones más prominentes en el cap. 14.

[35] Sobre el honor, véase por ejemplo, David A. deSilva, Honor, Patronge, Kingship & Purity: Unlocking New Testament Culture (Downers Grove, Ill.: InterVarsity, 2000), 55. Halvor Moxnes, “Honor and Shame,” in The Social Sciences and New Testament Interpretation (ed. Richard L. Rohrbaugh; Peabody, Mass.: Hendrickson, 1996).

[36] Payne, Man and Woman, One in Christ, 116.

[37] Murphy-O’Connor, “1 Corinthians 11: 2-16 Once Again.” Esta podría ser la razón por la preocupación sobre la distinción de género con relación al vestido, el cual es visto a través del pasaje, es más comprensible porque el cabello largo era a menudo reconocido como una señal de homosexualidad y un ennublamiento de la distinción visual entre los géneros. (La prenda de cubrise la cabeza de la esposa puede también en este caso tener que ver con el cabello siendo recogido y alrededor de la cabeza como una forma de cubierta, lo cual era también una práctica cultural común, aunque la evidencia para esto como un tema de modestia y honor no es tan fuerte.) Los hombres se cubrían la cabeza en ambientes de culto, por otro lado, en los círculos Romanos, en el sacerdocio Judío, y posiblemente otros. Si Pablo se refiere a las cubiertas de cabeza para los hombres, ¿es que él literalmente tiene la intensión que los hombres siempre adoren sin nada sobre sus cabezas, como un principio universal como en 11:7 puede aparentar decir, o es que él deseaba que los hombres evitaran  asociación con esta práctica pagana ( David E. Garland, 1 Corinthians  [Grand Rapids: Baker Academic, 2003], 517); o que los hombres estaban tratando de ganar honor al cubrirse la cabeza al estilo de la clase alta, (Finney, “Honour,”; D. Gill, “The Importance of Roman Portraiture for Head-Coverings in 1 Corinthians 11:2-16,” Tynbul 41[(1990]: 260), y Winter, Roman Wives, Roman Widows, 96?

[38] Esta posibilidad es reforzada si el problema mencionado se refería al cabello largo ya que el empañamiento de géneros aquí es un problema cultural reconocido (como aludido en 11:14-15). Por el estado acceptable de las prendas para cubrirse la cabeza para los hombre durante el culto, que la diferenciación de géneros pueda ser a cualquier índice la preocupación  subyaciente de Pablo debería ser considerado como una posibilidad al movernos de su declaración inicial del problema y del racional a otros racionales.

[39] Thiselton, First Corinthians, 812-22; W. Loader, The Septuagint, Sexuality, and the New Testament: Case Studies on the Impact of the Lxx in Philo and the New Testament (Grand Rapids: Eerdmans, 2004). 100,  ibid.

[40] Antoinette C. Wire, The Corinthian Women Prophets: A Reconstruction through Paul’s Rhetoric (Minneapolis: Fortress, 95), 120, 279n.  Véase traducciones de la LXX de Núm 12:8 y Sal 17:15 (LXX 16:15); also 2 Cor 3:28; 4:4.

[41] Para gloria como sinónimo de honra ver, por ejemplo, Heb 2:7 (de Sal 8:5) “Tú lo has hecho por un corto tiempo más bajo que los ángeles; tú lo has Coronado con gloria y honor;” y 3:3, “Porque El ha sido contado digno de más gloria que Moisés, porque el constructor de la casa tiene más honra que la propia casa.”

[42] El atesoramiento, en una cultura de honor, de la mujer como la gloria de su familia es ilustrada en una antigua lápida judía de Roma en la cual se lee: “Lucilla, la gloria bendecida de Sofronios”, Collins, First Corinthians, 410.

[43] Mientras es posible discutir sobre las implicaciones de varias palabras y frases en Gén 1-2, un “principio de liderazgo” enfocado en subordinación eternal no está claramente establecido en Génesis y no es expresado en la ley del Pentateuco (cf. Núm 36:1-13).  Ya que este principio gobernaría la vida diaria de tal manera fundamental, parece raro que no fuera claramente expresado por varios siglos después de la creación.

[44] M. D. Hooker, “Authority on Her Head: An Examination of 1 Cor. 11:10,” NTS 10 (1964): 135-136. Comparen el uso de exousia en 8:9 (allí traducida “derecho” o “libertad”)  donde la gente a quien él se está dirigiendo son los que están ejercitando la autoridad, en lugar de que les sea impuesto a ellos. Esto representa el uso normal de exousia. Noten también que Apo 11:4-5; 14; y 20:6 usa las mismas palabras Griegas (echo, exousia, y epi) como 1 Cor 11:10 para indicar “tener autoridad sobre,” (En el único pasaje encontrado para apoyar la idea pasiva de recibir autoridad sobre uno, Diodorus Siculus’ Bibliotheca Historica 1.47.5,  los tres reinos sobre la cabeza del estatua de la madre de Ozymandius no representa autoridad sobre ella, pero su posición preeminente al estar relacionada con los tres reyes.

[45] Plummer,  First Epistle to the Corinthians, 232-3.

[46] Posiblemente el uso Paulino más cercano de esta frase en el Señor (el cual él la usa 46 veces) es actualmente una cita del AT, en 2 Cor 10:17, “Pero el que se jacte que se jacte en el Señor.”

[47] Keener, 1-2 Corinthians,  93.

[48] Payne, Man and Woman, One in Christ, 199, 200.

[49] Véase, por ejemplo, los variados posibles significados de la palabra griega usada para la naturaleza (fysis) en Bauer, “φύσις,” BDAG 1030.

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