El jueves 19 de enero los presidentes de las Uniones Adventistas del Séptimo Día en la División Norteamericana se reunieron con los líderes de la Asociación General. El tema de esta reunión fue el caso de las dos uniones en Norteamérica (la Unión del Pacífico y la Unión de Columbia) que actualmente están ordenando mujeres como pastoras. Si bien la Iglesia Adventista del Séptimo Día acepta que las mujeres sean ancianas ordenadas y que también sean pastoras comisionadas, el voto del último Congreso de la Asociación General votó en contra de que las divisiones aprueben la ordenación de mujeres como pastoras.
Luego de la reunión, todos los participantes votaron y apoyaron la siguiente declaración:
Los directivos de la Asociación General y los directivos y presidentes de las Uniones de la División Norteamericana se reunieron el jueves 19 de enero para discutir la unidad en misión y cómo se relaciona este tema con la administración [de la iglesia] y la ordenación de la mujer [al ministerio pastoral]. El grupo afirmó su compromiso a Cristo mediante el Espíritu Santo, las 28 Creencias Fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, nuestra misión profética del tiempo del fin y la organización eclesiástica mundial. Después de una discusión abierta y cándida con interacción franca, el grupo acordó que habrá constantes consultas para buscar soluciones a los asuntos desafiantes que la iglesia enfrenta.
Es nuestra oración que la iglesia avance en unidad y enfocada en la misión para preparar al mundo para el pronto regreso de nuestro Señor.
Directivos de la Asociación General
Ted N. C. Wilson, Presidente
T. Ng, Secretario
Juan Prestol-Puesan, Tesorero
Directivos de la Division Norteamericana
Daniel R. Jackson, Presidente
Alexander Bryant, Secretario
Thomas Evans, Tesorero
El mismo día de la reunión los presidentes de las Uniones en la División Norteamericana presentaron la siguiente declaración, que había sido redactada, votada y aprobada por ellos. El objetivo de la declaración era expresar lo que las Uniones en Norteamérica pensaban del tema.
Estimados líderes de la Asociación General,
Cómo presidentes de uniones, hemos pasado mucho tiempo en oración, individual y grupalmente, sobre el futuro de nuestra iglesia, impulsado por las implicaciones administrativas acerca de la ordenación de la mujer [al ministerio pastoral]. Presentamos las siguientes afirmaciones de nuestra fuerte unidad personal y colectiva con la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
ESTAMOS UNIDOS CON LA IGLESIA MUNDIAL EN LO SIGUIENTE:
1. Estamos completamente comprometidos a todas nuestras 28 Creencias Fundamentales.
a. Llevar nuestro Mensaje del Remanente a un mundo moribundo es nuestra máxima prioridad.
b. El compañerismo de la División Norteamericana con todas nuestras hermanas divisiones mundiales es importante tanto para la misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día como para nuestra propia salud espiritual.
c. Afirmamos la reciente declaración del Comité de Estudio de la Teología de la Ordenación: “Declaración Consensuada sobre una Teología Adventista del Séptimo Día de la Ordenación”.
d. Afirmamos la necesidad en encontrar las mejores resoluciones espirituales/misionales a los desafíos de unidad que enfrentamos con el objetivo de eliminar los obstáculos a nuestra misión.
NOSOTROS COMO PRESIDENTES DE UNIONES ESTAMOS UNIFICADOS EN NUESTRAS CONVICCIONES ACERCA DE LOS SIGUIENTES ASUNTOS DE GOBIERNO ECLESIÁSTICO ACERCA DEL ROL DE LAS MUJERES EN EL LIDERAZGO Y MINISTERIO:
1. Creemos que el Espíritu Santo llama tanto a hombres como a mujeres al ministerio y no vemos ningún mandato bíblico en contra de ordenar mujeres
a. Una vasta mayoría de calificados teólogos adventistas conservadores favorece la ordenación de la mujer [al ministerio pastoral].
b. Después de un extenso estudio, dos tercios del Comité de Estudio de la Teología de la Ordenación de la Asociación General concluyó que la mejor manera de avanzar era ordenar mujeres [al ministerio pastoral].
2. No vemos un consenso dentro de la iglesia [mundial] acerca de la ordenación de la mujer [al ministerio pastoral].
a. Después de 40 años de estudio y deliberación, no hemos encontrado un acuerdo sobre el asunto.
b. La votación del Congreso de la Asociación General del 2015 sobre la opción de las divisiones a ordenar [mujeres como pastoras], reveló una Iglesia Mundial muy dividida sobre este asunto.
c. Antes del Congreso de la Asociación General del 2015, las conclusiones de 9 de los 13 Comités de Estudio de la Teología de la Ordenación de las divisiones expresaron al menos alguna apertura a la opción de ordenar mujeres.
3. La División Norteamericana apoya la ordenación de la mujer [al ministerio pastoral].
a. Las votaciones realizadas en algunas uniones y asociaciones, y las observaciones generales de nuestro personal general acerca de la [opinión de la] membresía dentro de nuestras uniones revelan un apoyo fundamental por la ordenación de la mujer [al ministerio pastoral]. Esto varía de un fuerte apoyo en algunas uniones, mayorías modestas en otras, y oposiciones en algunas pocas asociaciones.
b. Una encuesta inclusiva en la División Norteamericana realizada en 2014 de los líderes de la división, y de las uniones y asociaciones, reveló un apoyo mayor al 90% a la ordenación de la mujer [al ministerio pastoral].
c. El reporte del Comité de Estudio de la Teología de la Ordenación de la División Norteamericana fue presentado en la Reunión Anual de 2014 y fue aprobado con un voto de 178 si, 6 no y 8 abstenciones.
d. Aunque reconocemos una significante minoría de miembros que se oponen a ordenar mujeres [al ministerio pastoral], rechazamos la validez de las encuestas realizadas por ministerios independientes que afirman que existe una oposición mayoritaria en Norteamérica.
4. Dentro del contexto de nuestro ADN adventista de Libertad Religiosa, reconocemos la convicción consciente de ambos lados de este asunto y la necesidad de encontrar un camino a seguir.
a. Rechazamos la noción de que la ordenación de la mujer [al ministerio pastoral] es un simple asunto de liberales vs. conservadores. Muchos adventistas conservadores y leales están convencidos de que las mujeres deberían tener una paridad completa con los hombres en el ministerio.
5. Dado el rechazo al pedido del E-60, hemos estamos muy distraídos de la misión y necesitamos avanzar.
6. Creemos que la Asociación General está sobrepasando peligrosamente su autoridad y potencialmente amenazando la actual y futura unidad y misión de la iglesia. Ver las citas del Espíritu de Profecía mas abajo.
a. Los documentos y procesos autorizados previos y durante el Concilio Anual del 2016 revelan un intento o apertura a tratar con algunas uniones con un enfoque extremo y punitivo.
b. Responder a las violaciones de reglamentos eclesiásticos administrativos o acciones votadas con consecuencias similares a una violación doctrinal crea un peligroso precedente que es inconsistente con las creencias y prácticas adventistas/protestantes y socava la santidad de nuestras 28 Creencias Fundamentales, que son el fundamento de nuestra unidad misional.
c. Asuntos no doctrinales sobre los cuales no hay consenso no son una base para dividir la iglesia.
d. Creemos además que buscar severas acciones punitivas contras las uniones estimulará un movimiento adicional hacia la aceptación de la ordenación de la mujer [al ministerio pastoral]. Hay una considerable presión en uniones adicionales para avanzar.
e. La División Norteamericana es la entidad que debería trabajar con cualquier unión de la División Norteamericana que se considere fuera de obediencia con los reglamentos eclesiásticos administrativos existentes.
PRINCIOS DE ELENA DE WHITE
Consenso forzado
“No podemos tomar la posición de que la unidad de la iglesia consiste en ver todos los textos de la Escritura de la misma manera. La iglesia puede aprobar resolución sobre resolución para acallar los desacuerdos de opiniones, pero no podemos forzar la mente y la voluntad, y de esa manera, desarraigar el desacuerdo. Estas resoluciones pueden esconder las discordias, pero no pueden sofocarlas ni establecer un consenso perfecto. Nada puede perfeccionar la unidad en la iglesia como el espíritu de paciencia cristiana. Satanás puede sembrar discordias; solo Cristo puede armonizar los elementos en desacuerdo. Que cada alma se siente en la escuela de Cristo y aprenda de Cristo, que se describe siendo manso y humilde de corazón. Cristo dice que si aprendemos de Él, las preocupaciones cesarán y encontraremos descanso para nuestras almas”. (Elena de White, Manuscript Release, tomo 11, p. 266).
“La unidad de creencia en la iglesia no debe ser forzada al hacer que la iglesia se reúna y la mayoría defina un credo que deba creerse. La iglesia no puede definir la doctrina, ni hacer leyes para sí misma ni para nadie más. La iglesia de Cristo está compuesta por todos quienes obedecen los mandatos del Señor, no a un cuerpo que emite mandatos. La Cabeza dirija, el cuerpo obedece. Dios habla; cada uno debe escuchar su voz, porque la fe viene al escuchar la Palabra de Dios y nadie puede darle fe a otro. Es un don de Dios.” (E. J. Waggoner, The Present Truth, 29 de Julio de 1897)
En este momento histórico donde la 2da. Venida de Nuestro Señor Jesucristo es inminente, resulta útil permitir que mujeres dotadas, capacitadas y llenas de talentos y dones espirituales entren al escenario donde se debate la vida de los cautivos y prisioneros del pecado. En lugares donde al hombre le es difícil entrar la mujer realiza una función extraordinaria. Mujeres en el mundo han podido gobernar sus naciones y ser representantes ante las asambleas mundiales. La mujer juega hoy en pleno siglo XXI un rol extraordinario en la Defensa de los derechos fundamentales. Ruego al Espíritu Santo quien lo sabe todo que pueda dilusidar este asunto. Una cosa es lo que el hombre piensa y otra es sondear la mente inescrutable de nuestro CREADOR Y REDENTOR JESUCRISTO…………..!!!!!!!
El asunto de la mujer como Pastor de Iglesia es una responsabilidad que puede ser llevada por mujeres preparadas y dotadas por el Espíritu. En la Biblia encontramos una lista significativa de mujeres que confiadas en el Señor lograron hacer cosas extraordinarias a favor del Reino de Dios. Ciertamente, es preferible escoger mujeres maduras al Ministerio Pastoral. Sus estudios deben ser tan igual que los compañeros hombres. La diferencia entre uno y otros es el sexo. En ese sentido, no creo que exista la discriminación. Si la División Norte Americana aprueba que en sus filas exista mujeres pastores, examinemos bien sus practicas y reeditemos ese modelo contextualizandolo en nuestros territorios con la aprobación del Espíritu. Ese desafío puede ser una motivación muy grande para aquellas mujeres que desean en su bondad, compasión, amor y poder administrar una iglesia. Poder ser enviadas a ciertas misiones y poder ser evangelistas tanto local como internacionalmente. Creo en la mujer que teniendo una familia equilibrada, estable y bien conformada pueda desarrollar hermosos sermones producto de esa entrega diaria al Señor. Es decir, sus oficios no seran para ella estorbo para servir al Señor…..!!!!!!!