Perspectiva: Las Implicaciones de llamar a la Ordenación de la Mujer como Eclesiástico y no Teológico.

El Doctor Sakae Kubo ha ofrecido un análisis detallado de la acción tomada por los miembros del Concilio Anual de 2014 de enviar una pregunta a la Sesión de la Asociación General de 2015 en San Antonio, Texas, sobre si las divisiones en la Iglesia Adventista del Séptimo Día deberían estar autorizadas a decidir sobre la ordenación femenina en sus territorios. Los anteriores artículos el Dr. Kubo sobre el mismo tema pueden ser vistos aquí. En una reunión de aproximadamente veinte adultos jóvenes sirviendo como miembros del Comité Ejecutivo de la Asociación General para el lustro de 2010 al 2015, Artur Stele el director del Comité de Estudio sobre la Teología de la Ordenación (TOSC por sus siglas en inglés) y vicepresidente de la Asociación General anunció que en la reunión del Comité Administrativo Ejecutivo del Presidente (PREXAD por sus siglas en inglés) antes del Concilio Otoñal, discutió el reporte del TOSC y llegó a “un fuerte consenso” de que “cuando el asunto no tiene una solución teológica (y estaba claro que el asunto no lo tiene), los administradores deben resolverlo eclesiásticamente” (Ver “Artur Stele: ‘No Theological Solution on Women’s Ordination.'”)

Cuando leí la declaración de Stele me sorprendí y al principio era difícil determinar si eran buenas o malas noticias. Al principio pensé que eran buenas noticias, pensando que la decisión fue tomada porque los administradores llegaron a aceptar el punto de vista de que la ordenación no es bíblica dado que se originó varios siglos después de que el Nuevo Testamento fuera completado, según el Fr. Darius Jankiewicz del Seminario Teológico e independiente por el Dr. Bertil Wiklander, presidente de la División Trans-Europea. Ambos eruditos favorecen la ordenación de la mujer. Teniendo en mente estas ideas, sentí que el reconocimiento de Stele favorecería la posición  de la ordenación de la mujer. También pensé que esto indicaba que las declaraciones de Pablo sobre la subordinación de la mujer serían dejados de lado. Sin embargo, cuando leí la explicación dada por el Dr. Stele (ver abajo), tuve que cambiar mi manera de pensar.

Realmente no sé cuál será la forma en que la Asociación General votara sobre el derecho de las divisiones de decidir. Presiento que la mayoría de los delegados aun verán esto como un asunto teológico incluso aunque la declaración no hable directamente sobre la ordenación de la mujer sino sobre permitir a las divisiones que se sientan listas a proceder con la ordenación. Algunos pueden interpretar un “SI” como un voto en favor de la ordenación de la mujer, y votar “NO” por razones ideológicas.

¿Qué significa “no tiene una solución teológica”? En este caso significa, de acuerdo con Stele, que no había una mayoría abrumadora a favor de algún punto de vista en  particular. Sin embargo, si hubiera una postura mayoritaria basada en el análisis de los comités encargados de estudiar la ordenación, parecería que hubiera disposición de permitir a las divisiones que ordenen mujeres en cuento estén listas para hacerlo.

En una encuesta de los miembros del TOSC, 62 indicaron su disposión de permitir que la ordenación proceda, y 22 indicaron que se opondrían a la ordenación de la mujer en todos los casos. En tanto que los reportes de los Comités de Investigación Bíblica de cada división indican que cinco divisiones estaban a favor de ordenar mujeres en sus territorios, y cuatro divisiones que se oponían a la ordenación de la mujer en sus territorios estaba dispuestas a permitir a las otras divisiones a seguir adelante con la ordenación. Esto hizo un total de 9 de 13 divisiones dispuestas a permitir la ordenación de la mujer.

Stele indicó que si la ordenación fuera decidida teológicamente, el asunto llevaría el peso de una Creencia Fundamental, sobre las cuales hay un amplio consenso. Lo que “sobre las cuales hay un amplio consenso” significa, él no lo aclaro. Una creencia Fundamental, yo afirmo, debe poseer un amplio acuerdo. No creo que se pensara alguna vez en convertir la ordenación de la mujer en una Creencia Fundamental. Esta práctica nunca podría tener el peso de una Creencia Fundamental dado que en diferentes partes del mundo se sostienen –y se seguirán sosteniendo, diversos puntos de vista por un largo tiempo específicamente en lo concerniente al rol de la mujer. ¿Cómo podemos esperar este tipo de acuerdo, como el que un Creencia Fundamental debe tener, cuando regiones geográficas sostienen puntos de pistas tan divergentes entre sí?

Claramente, asuntos como este no pueden ser tratados como una Creencia Fundamental. Por esto un asunto tal no debiera ser determinado en el nivel de la Asociación General, sino a nivel de la unión o división. Esta situación no cambiara, incluso después de que se realice la votación. Incluso si la mayoría favorece una postura sobre la otra, el asunto no tendrá el peso de una Creencia Fundamental, aunque está siendo tratada como un asunto que requiere la aceptación de la mayoría.

Conociendo el asunto y la gente involucrada en ambos lados del asunto, y que aquellos que favorecen una postura no cambiaran incluso después de un debate generalizado, era sabido que no habría un “fuerte consenso” por ninguna postura. ¿Por qué la iglesia gasta tanto tiempo y dinero en un prolongado estudio del tema es difícil de entender, especialmente dado que también las conclusiones de los TOSC de cada división y del TOSC de la Asociación General no tienen peso en la decisión final, ya que ésta está en las manos de los delegados.

¿Qué significa entonces una solución eclesiástica? Significa qu dado que los teólogos no pueden resolver el problema satisfaciendo al PREXAD, entonces el PREXAD debería resolver el problema. Pero Stele dijo que los administradores no deberían dictaminar el resultado. ¿Entonces qué? Dado que los teólogos no pueden llegar a una decisión abrumadora para alguno de los lados del debate, y los administradores sienten que no deberían decidir el asunto, entonces decidieron dejar que los delegados de la Asociación General decidan el asunto. La mayoría de los delegados, la mayoría de los cuales no han estado involucrados en el largo proceso de estudiar la ordenación, y cuyos entendimientos del asunto puede ser limitado comparado con el de los miembros del TOSC o el de los administradores de la Asociación General, serán quienes tomarán la decisión final. Esto pone el tema de cabeza. Se les pide a los individuos menos equipados que tomen la decisión supremamente complicada y de tremenda importancia para la iglesia.

Este reconocimiento de que la ordenación de la mujer no es un aunto teológico, sino eclesiástico no fue ampliamente discutido en el Concilio Anual, ni en los meses posteriores. Debería haberse levantado toda clase de preguntas. ¿Exactamente en qué punto un asunto teológico se convierte en eclesiástico? ¿Qué clase de asuntos pueden moverse de ser teológicos a ser eclesiásticos? ¿Por qué tales asuntos teológicos deberían ser puestos en las manos de administradores? ¿Por qué asuntos tan importantes y de alguna manera complicados deberían ser finalmente decididos por una mayoría de delegados laicos?

Estas dos preguntas se hicieron en la reunión cuando el Anciano Stele anunció esto, indicando la ansiedad con este procedimiento. Ambas afirmando lo que está escrito arriba. La primera pregunta fue si dado que los teólogos que tuvieron mucho tiempo para estudiar este asunto no pudieron resolver el asunto, será que los delegados que no contaron con tanto tiempo podrán ser capaces de tratar adecuadamente el asunto. La segunda, que está relacionada con la anterior, fue si los delegados deberán estudiar estos asuntos antes de que la votación tome lugar. En este asunto muy importante, con tanto en juego, nosotros esperamos que la mayoría de los delegados laicos en la Conferencia General de 2015 realicen sus votos.


Sobre el Autor: Sakae Kubo, de 88 años, ha tenido una larga carrera en la Iglesia Adventista, primeramente en administración de universidades y colegios. Enseñó en el Seminario Teológico en la Universidad de Andrews, sirvió como Preceptor de la Escuela de Teología en la Universidad de Walla Walla, y Rector del Colegio Newbold, y como Vice-Presidente y Preceptor Académico en el Colegio Atlantic Union.


Fuente: Esta es una traducción del artículo: “Viewpoint: The Implications of Calling Women’s Ordination Ecclesiastical, Not Theological”.

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