La historia de Ester, aquella jovencita que debió ocultar su verdadera identidad, ideales y creencias para poder sobrevivir en una civilización donde seguramente estaba condenada a morir, nos sigue dejando grandes lecciones para aprender. En especial, porque esa joven se convirtió en la reina del imperio medo-persa y dejó una huella imborrable en la vida de millones de paganos, así como de su propio pueblo.
En la actualidad, muchas mujeres adventistas deben lidiar con el hecho de que son llamadas al ministerio pastoral por el Espíritu Santo, con la misma plenitud que los varones, y se encuentran en regiones donde develar su verdadera identidad (llamado), les puede costar muy caro.
¿Cuánto tiempo debió esperar la reina Ester, para poder develar su identidad? En realidad no lo sabemos, pero una cosa si es seguro, ella espero y aguardo el tiempo perfecto de Dios. Las palabras de Mardoqueo, son poderosas: ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?
Si Dios te ha llamado a desarrollar un ministerio o don, hazlo con la misma prudencia y astucia que Ester. Recuerda, que existen muchos Amanes dentro de la Iglesia que solo procuran la destrucción de los talentos que Dios ha confiado a las mujeres. Nunca abandones tu identidad o creencias, porque no sabes cuando sea la hora en que seas puesta en un lugar donde puedas influir para bien a tu Iglesia, y dejar una marca perdurable en la historia.