Jon Paulien – ¿Qué acerca de la Teología de la Cabeza?

 

Como yo entiendo las cosas, tradicionalmente la oposición a la ordenación de la mujer dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día llegó por dos motivos, usando términos simples:

  1. La Biblia no manda la ordenación de mujeres.
  2. Nunca lo hicimos de esa manera antes.

Estos dos argumentos eran suficientes para llevar el día durante las décadas cuando este tema no era central ni de primera fila. Pero en años reciente se volvió evidente que estos dos argumentos ya no eran suficientes. Dado que los adventistas siempre han sospechado de la “tradición”, un argumento de práctica actual e histórica solo te llevara así de lejos. Y el primer argumento también tiene sus límites. La Biblia no nos manda el uso de autos, celulares, computadoras, Facebook o internet. Aun así la gente que toma la Biblia literalmente hace todo eso en el mundo de hoy.

Así con los argumentos tradicionales contra la ordenación de la mujer desintegrándose, mi viejo amigo Samuel Bacchiocchi juró tomarse seis meses libres y estudiar el asunto de la ordenación para escribir un libro mostrando que la Biblia está en contra. Ahora sin importar como puedas sentirte respecto de su metodología (sabiendo antes de que su estudio comenzara cual sería el resultado), Bacchiocchi era un erudito muy determinado y capaz. Si había un argumento bíblico contra la ordenación de la mujer, él lo encontraría. Y él lo hizo. Se llamó “la teología de la cabeza” y él lo encontró en el movimiento “neo-Calvinista” que empezó ganando impulso entre algunos evangélicos en los ’70. Algunos nombres claves que promovieron esta teolo’gia fueron Wayne Grudem y Bill Gothard (personalmente escuché a Gothard en más de una ocasión en los ’70).

La teología de la cabeza está basada esencialmente en dos textos del NT: 1 Corintios 11 y Efesios 5. Mientras que estos textos habían sido notados por los adventistas y otros protestantes antes de 1970, nunca fueron usados para enseñar lo que los neo-calvinistas ahora enseñaban –es decir, que había una jerarquía dentro de la Trinidad desde la eternidad (Cristo en sumisión al Padre), que Eva estaba en sumisión a Adán antes de la Caída, que el pecado de Eva fue intentar escapar de su rol en la creación, y que el pecado de Adán fue el de no ejercer autoridad sobre Eva. Algunos Neo-Calvinistas incluso pensaron que la esclavitud era apropiada a la luz de tales Escrituras. Mientras que estas ideas eran atractivas para Bacchiocchi como una manera de evitar la ordenación de las mujeres en la Iglesia Adventista, ellas no eran conocidas en el Adventismo antes de Bacchocchi (1987), así que su introducción dentro del Adventismo me parece una medida desesperada que algún día lamentaremos. ¿Puede uno agarrar una sola manzana de un árbol que incluye otras manzanas como la predestinación, el infierno eterno y la santidad dl domingo? Para un estudio minucioso de como la nueva teología de la cabeza ingreso en la Iglesia Adventista hacer click aquí.

Unos pocos años atrás, antes de siquiera pensar en aplicar la teología de la cabeza al asunto de la ordenación de la mujer en la Iglesia Adventista, escribí un documento sobre el lenguaje del NT relacionado al liderazgo y la autoridad. Pienso que tiene implicaciones para la teoría de la cabeza. Uno puede sacar implicaciones de un texto o dos que son contrarias a la tendencia global de la Escritura. Cualquier doctrina que enseñemos tiene que estar basada en toda la Biblia, no es un par de textos convenientes. Esto es lo que yo tenía que decir acerca de la palabra griega para cabeza (kefale), por ejemplo:

“El significado razi de kefale hace referencia a la cabeza física de la persona, la parte del cuerpo que contiene el cerebro. Por extensión es usada metafóricamente como una referencia a las personas de status elevado o rango superior en jerarquía. En el hebreo del Antiguo Testamento, “cabeza” (rosh) es frecuentemente aplicado a líderes humanos, tales como al patriarca de la familia (Éx. 6:14, 25), al líder de una tribu (Núm. 7:2; 2 Cró. 52), o simplemente a líderes en general (Éx. 18:25; Núm. 25:4; Jue. 11:11). Estas “cabezas” en el Antiguo Testamento eran parte de un sistema jerárquico de liderazgo (Éx. 18:21) en el cual cada “cabeza” jugaba un rol específico bajo o encima de otras cabezas.

En el Nuevo Testamento, Kefale es también usado en el mismo sentido. Pero en las epístolas de Pablo, cabeza y cuerpo son usualmente usados como metáforas de Cristo y la iglesia y ocasionalmente Kefale es aplicado al rol del esposo en el hogar (Efe. 5:25-27). La iglesia, sin embargo, eligió no aplicar esta palabra a apóstoles, obispos, ancianos o diáconos, fue solo aplicada a Jesucristo. La Iglesia es más que una institución, es un organismo viviente y los organismos vivientes pueden exitosamente tener solo una cabeza. Las funciones de liderazgo en la iglesia, por lo tanto, son substancialmente diferentes de otros tipos de organizaciones. Kefale no apunta a una jerarquía, sino a una relación. Como “cabeza” Cristo es aquel que sustenta el cuerpo y provee para su crecimiento”

Noten como el Nuevo Testamento usa el lenguaje de cabeza en una manera completamente diferente que el Antiguo Testamento. En el AT hay un lenguaje de jerarquía y status, porque esa era la manera en que el mundo antiguo era. Pero a la luz de la cruz, el Nuevo Testamento introduce una nueva forma de liderazgo, llevándonos al servicio y auto-sacrificio. Así las palabras griegas que implican jerarquía y dominación nunca son usadas para puestos en la iglesia. Ni tampoco se usa el lenguaje de cabeza. Jesús no vino para ser servido sino para servir (Mar. 10:45). Y si tú has visto a Jesús, tú has visto como es el Padre (Jn. 14:9). Este es el contexto general en el cual textos como 1 Corintios 11 y Efesios 5 necesitan ser leídos.

Cuando tu “tomas la Biblia literalmente” sin ningún sentido del contexto antiguo o el contexto bíblico general, no es difícil imagina que 1 Corintios 11 y Efesios 5 sugieren alguna clase de jerarquía entre hombres y mujeres. Y uno podría incluso sugerir que tal jerarquía es enseñada en los textos y planeados para ser un principio absoluto para todos los tiempos.

Pero cuando tu prestas atención al significado de estos textos en el contexto general antiguo y bíblico, puedes ver que Pablo estaba usando el lenguaje de la cultura, pero dirigiendo a la gente a la cruz de Cristo como el principio que, al final, socaba a esa cultura. Mientras que la Biblia no manda la ordenación de las mujeres, no es no bíblico sugerir la abolición de categorías  y distinciones humanas en el servicio de una misión más grande.


Fuente: Esta es una traducción del artículo “What About Headship Theology” del pastor, profesor y teólogo Jon Paulien.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *