¿Es necesario un versículo?

¿Es necesario un versículo?

La debilidad de buscar versículos prueba

 

Existe una costumbre muy común entre los cristiano –y también entre nosotros los adventistas- que es la de buscar un versículo que pruebe en forma explícita y directa cada doctrina que creemos. Son los famosos “versículos-prueba”.

El problema con esta costumbre que no es una buena manera de estudiar la Biblia, ni tampoco de establecer doctrinas.

Versículo-Prueba vs. Principios bíblicos

Nosotros como Adventistas establecemos nuestras creencias y doctrinas en principios bíblicos, no en versículos-prueba. Por ejemplo, no tenemos ni siquiera un solo versículo de cristianos gentiles observando el sábado en el Nuevo testamento. ¡Ningún versículo-prueba! En cambio, quienes observan el domingo pueden citar un versículo prueba: Hechos 20:7., donde se dice que Pablo y la iglesia de Troas se reunieron el primer día de la semana para adorar. Sin embargo, nosotros creemos en un principio bíblico: de que Dios estableció el sábado como un día de reposo desde la creación y hasta la eternidad para el ser humano (Génesis 2:1-3; Salmos 111:7-8; Marcos 2:27). Entonces, ¿A qué le creemos, a un versículo-prueba o a un principio bíblico?

Pensemos en otras creencias y doctrinas adventistas que tampoco están fundamentadas en versículos-prueba.

La Iglesia Adventista siempre ha creído que el vegetarianismo es la dieta recomendable para los adventistas. Sin embargo, no existe ningún versículo en toda la Biblia –ni en el AT ni en el NT, que nos ordene o recomiende ser vegetarianos. Sin embargo, nosotros creemos que la diera que Dios le dio a Adán y Eva –que se componía de “plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla” (Génesis 1:29)- es la mejor para el ser humano, y que nosotros debemos procurar regresar a nuestra estado anterior a la Caída.

Por eso, aunque no tenemos ningún versículo prueba, creemos en un principio bíblico para justificar nuestra recomendación de ser vegetarianos.

De la misma manera, como adventistas no aceptamos las prácticas de fumar ni utilizar drogas. Sin embargo, no existe ningún versículo-prueba que diga que no debemos fumar o utilizar drogas. Sin embargo, nosotros creemos nuestro “cuerpo es templo del Espíritu Santo” (1 Corintios 6:19), y que por ese motivo deberíamos cuidarlo y no practicar hábitos dañinos para la salud, como fumar o consumir drogas.

De nuevo, aunque no tenemos ningún versículo-prueba como fundamento, confiamos en un principio bíblica para justificar nuestras acciones.

La solución de nuestros Pioneros

Esta idea de preferir principios bíblicos por encima de versículos-prueba comenzó con nuestros pioneros. James White, esposo de Elena, escribió:

“Si se pregunta ¿Dónde están tus textos claros de Escritura para mantener propiedades de la iglesia legalmente?, nosotros respondemos, la Biblia no nos da ninguno; ¿pero dónde dice que tenemos que tener un periódico semanal, una imprenta, que deberíamos vender libros, construir lugares de adoración y enviar nuestras tiendas [evangelísticas]?. Jesús dijo, “Hagan brillar su luz ante los hombres”, pero él no nos dio detalles sobre cómo hacerlo. La iglesia fue dejada para avanzar en la gran obra, orando por la guía divina, actuando según los planes más eficientes para su logro. Creemos que es seguro ser gobernados por la siguiente regla: Todos los medios que, de acuerdo al sano juicio, avanzarán la causa de la verdad y no estén prohibidos por claras declaraciones de la Escritura, deben ser empleados” (James White, Review and Herald, 26 de Abril de 1860)

Tanto James como Elena realmente creían esto, que no se necesita de un versículo bíblico para fundamentar un ministerio. Si este ministerio ayuda a que la causa avance y no está prohibido explícitamente por las Escrituras, entonces debemos usarlo.

La ordenación de la mujer

Nosotros los “Adventistas del Séptimo Día entendemos la ordenación, en un sentido bíblico, como la acción de la Iglesia al reconocer públicamente a aquellos a quienes el Señor ha llamado y equipado para el ministerio local y global de la Iglesia”[1].

Es decir que para que una persona pueda ser ordenada debe cumplir con dos requisitos:

  • haber sido llamada por Dios y
  • haber sido equipada por el Espíritu Santo con los dones necesarios para ese ministerio.

Repasemos estos dos puntos:

Llamado: todos los cristianos hemos recibido el llamado por parte de Dios para ir y hacer discípulos y bautizarlos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo (Mt. 28:19). Y para poder cumplir con esta Gran Comisión Dios nos ha dado dones espirituales. No todos reciben los mismos dones, y no todos reciben el mismo llamado. Pero nadie está excluido de recibir un don espiritual.

La Biblia dice que el Espíritu Santo es derramado sobre todas las personas, sin importar su género:

“Sucederá que en los últimos días —dice Dios—, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán visiones los jóvenes y sueños los ancianos. En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre mis siervos y mis siervas, y profetizarán.” Hechos 2:17-18)

El Espíritu Santo de Dios, que es derramados sobre todas las personas sin importar su género, es quien entrega los dones espirituales y los “reparte a cada uno según él lo determina” (1 Corintios 12:11). Las personas no podemos elegir a quien se le entrega un don, es Dios quien decide. Nosotros, como fieles seguidores de Dios tenemos que aceptar a quien Dios elige y reconocer su don mediante la ordenación.

La Biblia también nos dice que el pastorado es un don espiritual:

“Pero a cada uno de nosotros se nos ha dado gracia en la medida en que Cristo ha repartido los dones. Por esto dice: «Cuando ascendió a lo alto, se llevó consigo a los cautivos y dio dones a los hombres.» Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros,” (Efesios 4:7, 8, 11)

Dado que el pastorado es un don espiritual, puede ser recibido por cualquier persona, sin importar su género, pues es el Espíritu Santo quien elige quienes van a recibir este don “según él lo determina” (1 Corintios 12:11).

Elena de White también aceptó que es el Espíritu Santo quien elige a los pastores escribiendo lo siguiente:

“Es la compañía del Espíritu Santo de Dios la que prepara a los obreros, tanto mujeres como hombres, para llegar a ser pastores del rebaño de Dios.” (El Ministerio Pastoral, p. 54)

Por lo tanto, existe un principio bíblico sólido que forma la base para ordenar mujeres:

La ordenación es el reconocimiento de que una persona ha recibido de parte del Espíritu Santo el don del pastorado. Debido a que es un don espiritual, el pastorado puede ser recibido por todos los cristianos, sin importar su género, tal como Elena de White lo reconoció.-

La doble moral de los oponentes de la ordenación de la mujer

Mientras que quienes se oponen a la ordenación de la mujer continuamente declaran que no podemos basar una práctica sino tenemos un “Así dice Jehová”, ellos no muestran ninguna declaración bíblica que prohíba la ordenación de la mujer.

Esto se debe a que en toda la Biblia no existe ningún texto que diga que las mujeres no pueden ser pastoras o que no pueden ser ordenadas.

Pero no solo los oponentes de la ordenación de la mujer no muestran ningún texto bíblico que prohíba la ordenación de la mujer, sino que no se oponen a los demás ministerios de la iglesia adventista que tampoco están apoyados en un versículo-prueba

Veamos algunos ejemplos:
Colportaje:  ¿Donde dice la Biblia que nuestros jóvenes tienen que salir casa por casa a vender libros? ¿Qué versículo dice eso? La respuesta es NINGUNO. Pero no solo no existe ningún texto bíblico que apoye este ministerio, sino que además el colportaje es una copia de lo que realizaba el American Tract Society (Sociedad Americana de Tratados), una organización evangélica norteamericana.
Escuela Sabática: ¿Qué texto bíblico dice que tenemos que tener un folleto trimestral y estudiar una lección semanal, y después reunirnos los sábados a la mañana para compartir lo aprendido? ¿Dónde dice eso la Biblia? La respuesta es EN NINGÚN LADO.

Club de Conquistadores: Este ministerio no solo no tiene ningún versículo bíblico o declaración del Espíritu de Profecía que lo apoye, sino que es una copia de otras iglesias.

Si vamos a rechazar la ordenación de la mujer porque no está sustentada por un versículo prueba, ¿No deberíamos también abandonar el colportaje, la Escuela Sabática y el Club de Conquistadores también?

 


Referencias

[1] General Conference Theology of Ordination Study Committee Report (Junio de 2014), p. 21

One thought on “¿Es necesario un versículo?

  1. Solo tres preguntas y un comentario breve:

    Cuando ustedes sostienen, y cito textual, que “Si este ministerio ayuda a que la causa avance y no está prohibido explícitamente por las Escrituras, entonces debemos usarlo.”, con la mano en el corazón ¿Pueden Uds. responder a estas tres preguntas?

    (1) ¿Pueden AYUDAR a la CAUSA si vemos que provoca la división en la misma feligresía (vemos hoy en el debate esta acalorada división), y que por muchas capacitaciones que se hagan para “cambiar” la mentalidad de la iglesia, o “re.educar”, solo conseguirá que una parte importante de los creyentes se marginen de trabajar?

    (2) ¿Pueden AYUDAR a la CAUSA si reconocemos que para su implementación distraerá importantes esfuerzos de la organización IASD, no ya para alentar el evangelismo, sino exclusivamente promover esta nueva cultura de “diversidad” y que las iglesias se allanen a admitir ser dirigidas por una mujer? (Estos esfuerzos re-educativos son parte de las sugerencias de Div. Norteamericana a los delegados del CG)

    (3) ¿Pueden AYUDAR a la CAUSA cuando, para llegar a un pronunciamiento de la Iglesia mundial, sus defensores se hayan valido de métodos que nada tienen que ver con el espíritu cristiano, como por ejemplo: ser rebeldes a la Voz de la Iglesia Mundial (hablo de la Div. Norteamericana) en cada uno de sus pronunciamientos categóricos de los años ’90, ’95, 2000 y 2005, insistiendo una y otra vez para conseguir su objetivo; o ser desobedientes a la Voz de la Iglesia Mundial, como cuando diversas Uniones de la Div. Norteamericana unilateralmente y contraviniendo expresas advertencias del Pr. Wilson, deciden cambiar sus políticas de ordenación ministerial, y comenzar a ordenar mujeres ya el año 2012? ¿Puede esto traer unidad a la Iglesia? Digo, ¿cuando se actúa de hecho, por la fuerza?

    Mis queridos hermanos y hermanas que apoyan la OM: La Iglesia está dividida por este tema y lo sabemos muy bien. Pero suponiendo Uds. están en lo correcto y que gozan de una luz y una comprensión especial sobre este tema, que el resto de nosotros que nos oponemos a la OM lamentablemente no poseemos por nuestros prejuicios o nuestra lentitud para discernir las verdades espirituales, ¿Qué sería lo más adecuado a hacer desde el punto de vista de una Iglesia que obra por Amor y por Principios?

    1ª de Corintios 8:9 dice
    “Mas tened cuidado, no sea que esta vuestra libertad de alguna manera se convierta en piedra de tropiezo para el débil.”

    ¿Qué resguardo, desde el punto de vista del Amor y de los Principios Bíblicos, están Uds tomando para que la Ordenación de la Mujer no sea una “piedra de tropiezo para el débil”?

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