Las conclusiones y recomendaciones del Comité de Camp Mohaven (1973)

El Comité de Camp Mohaven fue el primer comité de investigación sobre los roles y la ordenación de la mujer dentro de la Iglesia Adventista.

25 miembros (10 hombres y 15 mujeres) se reunieron entre el 16 y el 20 de Septiembre de 1973 en Camp Mohaven, un predio de recreación y centro de reuniones ubicado en Danville, Ohio, EEUU que le pertenece a la Asociación Adventista del Séptimo Día de Ohio.

En este comité se presentaron 25 documentos para su estudio. Estos documentos pueden ser leídos en inglés haciendo click aquí.

A continuación se presenta una traducción del reporte final y las recomendaciones que el Comité de Camp Mohaven presentó a la Asociación General.

Reporte y Recomendaciones

En recomendación de la creciente evidencia de la inminencia del regreso del Señor Jesucristo, y la consecuente demanda para la utilización de todo recurso personal disponible de la Iglesia en el cumplimiento de su comisión, el consejo fue llevado a las siguientes posiciones:

  1. Con el debido reconocimiento de las evidentes diferencias individuales, la igualdad de todos los creyentes fue establecida en la creación y está siendo restaurada mediante la redención en Jesucristo (Gén. 1, 2; Gál. 3:28; 3T, 484)
  2. La redención de los creyentes en Jesucristo es compartida por ellos mediante la proclamación del evangelio, en la cual todos los creyentes participan. Para ayudar en este rol de compartir, el Espíritu Santo ha visto apropiado derramar sus dones sobre todos (Joel 2:28, 29).
  3. Como una ayuda extra en continuar su misión, la Iglesia mediante un nombramiento divino otorga sobre ciertos miembros funciones específicas y reconoce el llamado divino mediante la ordenación.
  4. En armonía con la siguiente declaración, nosotros no vemos objeciones teológicas significativas a la ordenación de mujeres a ministerios de la iglesia:

“Las mujeres que estén dispuestas a consagrar parte de si tiempo al servicio del Señor debería ser establecidas para visitar al enfermo, cuidar al joven, y ministrar les necesidades del pobre. Ellas deberían ser separadas para esta obra mediante oración e imposición de manos. En algunos casos ella necesitarán consejo de los dirigentes de las iglesias o los ministros; pero si ellas son mujeres devotas, manteniendo una conexión vital con Dios, ellas serán un poder para el bien de la iglesia. Este es otro medio de fortalecer y edificar a la iglesia. Necesitamos expandirnos a otros medios de labor. Ni una mano debería ser atada, ni un alma desalentada, ni una voz callada; dejen que cada individuo trabaje, privadamente o públicamente, para ayudar a avanzar esta gran obra. Ubiquen las cargas sobre hombres o mujeres de la iglesia, que puedan crecer al ejercitarse, y así convertirse en agentes efectivos en las manos del Señor para la iluminación de aquellos que están en oscuridad” (Review and Herald, 9 de Julio de 1895, p. 271)

Basándonos es las posiciones anteriores es que

Recomendamos

  1. Roles de Ordenación
  2. Que los requerimientos para puestos de la iglesia que requieran ordenación (por ejemplo, ancianos de iglesia y diáconos) sean listados sin referencia al sexo. (La ordenación de mujeres para tales puestos no parece contraria al espíritu del evangelio ni al consejo específico de Elena de White dado arriba).
  3. Que, mientras que la Inspiración no provee una directiva explícita en este asunto, aun así en la vista de los principios y las recomendaciones de arriba, y el hecho de que la autoridad para la selección de ordenanzas al ministerio evangélico ha sido investida por Dios en su Iglesia bajo la guía del Espíritu Santo.
  • Un plan piloto sea formulado por la Asociación General [reunida] en Concilio Anual, enlistando a mujeres calificadas al ministerio pastoral y evangélico en áreas seleccionadas.
  • Se garanticen licencias ministeriales a las participantes con la posibilidad de posterior ordenación mientras el plan piloto pueda evidencias su creciente aceptación por los miembros de la iglesia.
  • Mientras la evidencia es provista por el programa piloto, la ordenación de la mujer al ministerio evangélico sea considerada, de ser posible, en la Sesión de la Asociación General de 1975

 

  1. Roles Generales de la Iglesia

Que, dado que el funcionamiento de la Iglesia involucra la utilización de todos sus recursos para el completamiento de su tarea, la elegibilidad de mujeres calificadas, representantes de las mujeres en la Iglesia, para participar con hombres en roles administrativos y administrativos en todos los niveles, sea reconocida por la iglesia

  1. Roles hogareños y familiares.
  2. Que, mientras que estamos defendiendo algunos roles más amplios en la Iglesia, nosotros reafirmamos la primacía del hogar y la familia en la edificación y como una agencia ganadora de almas, y los significativos roles de madres y padres en su responsabilidad de mantener la santidad del hogar al cumplir su propósito y elevado llamado sea plenamente apreciado;
  3. Que, en el contexto de la familia, el equipo de esposo-esposa llamado al ministerio evangélico sea reconocido como una agencia efectiva en el ministerio de la Iglesia en los términos del consejo contenido en el Manuscrito 43a, 1898 (Obreros Evangélicos, 467, 468)

“La Esposa del Ministro. El ministro recibe paga por su trabajo, y así debe ser. Y si el Señor da a la esposa, así como al esposo la carga de trabajar, y ella dedica su tiempo y fuerza a visitar las familias y abrirles las Escrituras, aunque las manos de la ordenación no le hayan sido impuestas, está haciendo una obra que pertenece al ministerio. Entonces ¿deben tenerse por inútiles sus labores?

Se ha cometido a veces una injusticia para con mujeres que trabajan con tanta consagración como sus esposos, y que son reconocidas por Dios como necesarias para la obra del ministerio. El método de pagar a los obreros varones, y de no pagar a sus esposas que participan de sus labores, no es un plan conforme al mandato del Señor, y si se lleva a cabo en nuestras asociaciones, se corre el riesgo de desanimar a nuestras hermanas en cuanto a calificarse para la obra en la cual deben trabajar. Dios es un Dios de justicia, y si los ministros reciben salario por su trabajo, sus esposas, que se dedican a la obra tan desinteresadamente como ellos, deben recibir su paga en adición al sueldo que perciben sus esposos, aun cuando no lo pidan.

Los adventistas del séptimo día no deben de ninguna manera despreciar la obra de la mujer. Si una mujer confía el trabajo de su casa a una ayudante fiel y prudente, y deja a sus niños bajo buen cuidado, mientras ella trabaja en la obra, la asociación debe tener bastante sabiduría para comprender que es justo que reciba salario.”

  1. Un Programa de Educación

Que la Asociación General inicie un programa de educación de la Iglesia, el cual proveerá un entendimiento más amplio de los principios y recomendaciones de este Reporte.

  1. Áreas de más Estudio

Que, como un resultado de la obre del Concilio, una cierta cantidad de áreas pidiendo por más estudios sean reconocidas, tales como:

  1. Una teología más plena sobre el concepto completo de la ordenación
  2. Un estudio más pleno de los ministerios laicos de la Iglesia
  3. Un estudios más pleno de los ministerios profesionales de la Iglesia

IMPLEMENTACIÓN DEL PROGRAMA PILOTO

  1. Que, donde el “clima” en el campo parezca receptivo para un programa piloto para mujeres en roles pastorales y evangelísticos, comités de Asociaciones/Misiones en consulta con los comités de las Uniones/Divisiones tomen la iniciativa en nombrar mujeres calificadas a responsabilidades pastorales/evangelísticas por un plazo de dos años, con la expectativa de renovación después de la evaluación del programa piloto.
  2. Que licencias ministeriales les sean concedidas a las personas elegidas en el programa piloto.
  3. Que la Asociación Ministerial de la Asociación General monitoree el programa piloto y prepare un reporte interno sobre él para el Concilio Anual de 1974, como la base para cualquier recomendación concerniente a la ordenación de la mujer al ministerio evangélico el cual requeriría consideración por la Sesión de la Asociación General de 1975.

Para descargar el documento original en inglés haz click aquí para hacerlo mediante Mega o aquí para hacerlo mediante Google Drive.

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