1990 – Congreso de la Asociación General

Entre el 5 y el 14  de Julio de 1990 se llevó a cabo el Congreso número 55 de la Asociación General en la ciudad de Indianápolis, EEUU. A este congreso asistieron 2.471 proveniente de 180 países. Si quieres ver la lista completa de los delegados haz click aquí.

A continuación se presenta la traducción de las Actas del Congreso de la AG.

Actas del Congreso

Novena Reunión
10 de Julio de 1990, 03:15 PM

M. GONDON: [Dirigió el servicio de cantos]

M. H. TARACENA-TORRES: [Ofreció la oración de apertura]

R. J. KLOSTERHUIS: Antes de que comencemos nuestra reunión en esta tarde, me gustaría invitar a B. B. Beach para que venga al podio y nos presente a uno de nuestros invitados especiales.

B. B. BEACH: Estoy complacido en presentar ante la asamblea en esta tarde a T. J. Murphy, pastor de la Iglesia de Saint Joan of Arc en Indianápolis, como observador e invitado oficial representando al Pontifical Council for Promoting Christian Unity (Concejo Pontificio para Promover la Unidad Cristiana). Él está aquí para dar un saludo de parte de la Iglesia Católica Romana. [Aplausos]

T. J. MURPHY: Durante esta ocasión, el quincuagésimo quinto congreso mundial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, les transmito los saludos y los mejores deseos del presidente, el secretario y los miembros del Pontifical Council for Promoting Christian Unity. Les entregó saludos personales del arzobispo de Indianápolis, prometiéndoles y asegurándoles que nuestra comunidad está ofreciendo oraciones por el bendecido éxito de esta Asociación General. Es un profundo honor estar presente como observador de estos momentos y procedimientos y deliberaciones llenos del Espíritu. Porque es el deseo del Salvador que sus discípulos puedan ser uno para que así el mundo pueda creer.

Concluyo con una oración de nuestra liturgia, una oración que podemos expresar desde todos nuestros corazones. “Líbranos, Señor, de todo mal, y concédenos paz en nuestro día. En tu misericordia, mantennos libres del pecado, y protégenos de toda la ansiedad mientras esperamos con gozosa esperanza por la venida de nuestra Salvador Jesucristo. Amén!

R. J. KLOOSTERHUIS: Nos gustaría considerar el ítem titulado “Ordenación de la Mujer al Ministerio Evangélico”.

Antes de empezar, me gustaría hacer una declaración. A los líderes de la Asociación General les gustaría dejar muy claro que cualquiera sea el voto final, acataremos ese voto. Reconocemos que en la Iglesia Adventista del Séptimo Día la autoridad más elevada es la Asociación General reunida en congreso. Estamos reunidos en congreso. Y una vez que la votación haya sido realizada, queremos cooperar para cumplir los deseos de este cuerpo de acuerdo con la acción que haya sido tomada.

Sugiero que establezcamos un límite de tiempo para el debate. Siento que es razonablemente cierto que muy, muy pocas opiniones serán cambiadas. Este asunto ha sido discutido alrededor del mundo por varios años. Esto se ha estudiado mucho. El tiempo ha llegado para que votemos para aprobar o rechazar la recomendación que está ante ustedes. Voy a pedirle al secretario que lea la recomendación y la proponga; luego podemos empezar.

Me pregunto si es su deseo limitar el debate y comenzar a votar aproximadamente a las 5:14 de esta tarde.

J. D. NEWMAN: Propongo que concluyamos el debate a las 5:15 y luego votemos [La moción fue secundada, discutida con extensión y eventualmente rechazada]

S. YOUNG: [Leyó “Ordenación de la Mujer al Ministerio Evangélico”]. Sr. Presidente, propongo que adoptemos esta recomendación.

J. V. STEVENS: Antes que hable acerca de la moción, ¿podría usted aclarar que estamos tratando solo con la recomendación de que no ordenemos mujeres?

R. J. KLOOSTERHUIS: Eso es correcto. Nada más.

J. V. STEVENS: La Biblia nos dice muy claramente que debemos tener un “Así dice el Señor”. No tenemos eso para el ministerio de mujeres en el púlpito, aunque hay una necesidad para que ellas ayuden en la iglesia. Culturalmente, había sacerdotisas en Egipto, pero Dios fue en contra de la cultura al establecer un sacerdocio masculino. Lo mismo es verdad en el tiempo de Cristo, cuando había sacerdotisas, Dios estableció un ministerio masculino. Así que Dios ciertamente no estaba intimado por la cultura. A veces no entendemos lo que Dios está intentado decir, pero Dios está ciertamente en lo correcto.

L. TRUSTY: ¿Estamos sugiriendo discriminación en este asunto? Mi entendimiento es que nuestros colegios y universidades están dispuestas a aceptar matrículas y dinero de mujeres que eligen prepararse para el ministerio.

ESTELLA GREIG: Me gustaría hablar en contra de la moción, es decir, me gustaría hablar a favor de la ordenación de la mujer al ministerio evangélico. Creo que en este momento de la historia de nuestra iglesia necesitamos liberar al Espíritu Santo para que obre con cualquier miembro con quien Él vea apropiado trabajar. Y si nosotros, como una iglesia organizada limitamos su obra, entonces creo que vamos a prolongar el tiempo mientras esperamos por la Segunda Venida. No atemos las alas ni la obra del Espíritu Santo.

L. GUDMUNDSSON: Me parece que toda la cuestión de ordenar mujeres es realmente un problema que la Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene con toda la cuestión de la ordenación.

Me parece que como iglesia tenemos un cargo de conciencia con las mujeres que actualmente tenemos trabajando en el ministerio. Estas mujeres están haciendo la obra del Espíritu Santo. No están haciendo la obra de Satanás. Ellas están bautizando almas, están ministrando en muchas maneras que los hombres no pueden, y Dios las está usando poderosamente. Me parece que tenemos una obligación moral hacia estas mujeres en movernos a favor de su ordenación. Estoy a favor de ordenar nuestras mujeres.

H. KIBBLE: Estoy definitivamente a favor de la ordenación de la mujer al ministerio evangélico. En el equipo de trabajo de capellanes en el Hospital Naval de los Estados Unidos en Oakland, donde soy el capellán supervisor, una capellana mujer está sirviendo eficiente y efectivamente para que así yo pueda asistir a este congreso. Por más de 20 años he servido con pastores ordenados de varias denominaciones que son mujeres.

El mundo observa lo que hacemos aquí, independientemente de si nos damos cuenta o no. Estamos acostumbrados a hablar de nosotros mismos y pensar solo en nosotros mismos. Pero afirmamos que tenemos una misión y un mensaje para el mundo. Les sugeriría a ustedes eso que ya saben, que hemos sido llamados al reino por un tiempo como este.

Todos nosotros queremos que la obra de Dios sea terminada. Le imploramos con oraciones para terminar su obra. Y Dios se ha comprometido a trabajar mediante estos defectuosos recipientes, recipientes humanos, y desafortunadamente somos tan humanos, tan asustados de que algunas mujeres vayan a tomar el crédito y tomar el liderazgo.

FAYE C. HAUPT: Quiero hablar en contra de la moción. Estoy a favor de la ordenación de la mujer. Quiero hablar con brevedad porque soy una persona laica y hasta hace unos pocos meses atrás ni siquiera sabía que esto era un asunto. Cuando se me pidió que fuera una delegada, me lo tomé muy en serio y decidí estudiar el asunto, y he leído un montón. Me gustaría decir que estoy a favor de la ordenación y en contra de la moción. Me gustaría ver que todo este asunto sea enviado a las divisiones. Me gustaría que sea considerado división por división.

S. A. LE MERT: Me gustaría hablar a favor de la ordenación de la mujer. Siento que es un poco desafortunado que comparemos el servicio del santuario del Antiguo Testamento con el sistema sacerdotal de las religiones paganas. Esas sacerdotisas eran prostitutas. No debemos comparar a las prostitutas con las pastoras. Debemos comparar las capacidades con las capacidades. En la Iglesia Adventista del Séptimo Día, cuando ordenamos a alguien, no creamos el don en esa persona, sino que reconocemos ese don. Así que pienso que en realidad de lo que estamos hablando aquí es el reconocimiento de un don que Dios ha dado. Estoy a favor de la sugerencia hecha anteriormente, que dejemos a cada división elegir en qué dirección deseen ir. Hermanos y hermanas, no pongamos una corona de espinas sobre las cabezas de las mujeres.

G. BOAKYE-DANQUAH: El asunto con el que estamos tratando justo ahora es si la Iglesia Adventista del Séptimo Día permitirá ser gobernada y dirigida e influenciada por factores sociológicos o si sencillamente ira mediante un “Así dice el Señor”. El desafío que enfrentamos es este ¿Está en la Biblia que debemos ordenar mujeres? La Biblia guarda silencio sobre la ordenación de la mujer. Los escritos de Ellen G. White guardan silencio sobre la ordenación de la mujer. Si no está en la Biblia, la iglesia debe rechazarlo. Hablo a favor de la moción.

A. AFSCHLIIVIANN: Apoyo la recomendación.

D. BELVEDERE: Me uno a quienes apoyan la moción tal como está presentada en el documento. Creo firmemente que en Cristo no hay diferencia entre el hombre y la mujer. En lo que concierne a la salvación, somos iguales. En lo que se refiere a la recepción de los dones del Espíritu, somos iguales. Así como Dios creó al hombre y la mujer como iguales (porque ambos son seres humanos), de la misma manera Él los hizo diferentes (porque son hombres y mujeres).

B. OWUSU-ANTWI: Realmente creo que el hombre y la mujer son iguales, pero creo que aquí estamos hablando acerca del rol de las mujeres y de los hombres. Lo que quiero hacer en el poco tiempo que me ha sido dado es aclarar este concepto equivocado que parece estar prevaleciente en muchas mentes. Muchas personas piensan que nosotros los africanos pensamos que ordenar mujeres es un problema cultural, que nuestra cultura somete a las mujeres. Eso no es verdad. Acerca de lo que estamos preocupados es que no hay bases bíblicas para ordenar mujeres. Hasta que no tengamos bases bíblicas, pretendo votar por la recomendación que ha sido dada.

R. RUPP: Estoy profundamente convencido de que la ordenación de la mujer no es el verdadero asunto del que estamos hablando. El asunto verdadero es la cuestión: ¿de qué se trata la ordenación de acuerdo al Nuevo Testamento? El ministerio ordenado no es y nunca debe ser una continuación del sacerdocio del Antiguo Testamento.

J. A. ADENIJI: Estoy hablando a favor de la moción. El Espíritu Santo obró a través de la iglesia primitiva. El Espíritu Santo obró a través de Ellen White. En la iglesia primitiva no tenemos registro de ordenación. Ninguna mujer es mencionada, Ellen White, grandemente respetada como líder y utilizada por Dios, no fue ordenada.

J. B. KLMINOU: Me gustaría declarar que yo apoyó la propuesta que ha sido hecha por el comité. Los presidentes de las divisiones llegaron a la conclusión de que si ordenáramos mujeres, habría consecuencias serias para la iglesia. Comparto esa opinión.

ELIZABETH ANDERSON: Oró para que en este congreso ustedes los delegados sean dirigidos por el Espíritu Santo y escuchen la necesidad de nosotras las mujeres de ser aceptadas en el ministerio. Me siento llamada y ordenada por Dios para servir, y serviré.

Y. LEON: Propongo que se vote para que cada persona tenga 10 minutos para hablar [La moción fue secundada y rechazada]

E. GRIFFIN: Estoy aquí para hablar expresamente en apoyo a la ordenación de la mujer. Es apropiado que los adventistas del séptimo día salgan de la carpintería y le muestren al mundo que podemos tomar la iniciativa y darles a las mujeres su lugar legítimo al perfeccionar la Estrategia Global.

L. S. GIFFORD: Me gustaría haber sido adventista del séptimo día en la década de 1860. La naciente Iglesia Adventista del Séptimo Día peleaba una batalla por igualdad. Muchos de sus miembros pelearon por igualdad y justicia. Hoy nosotros enfrentamos otra injusticia en la historia de la humanidad. Hay muchos aquí que han sufrido desigualdad e injusticia racial. Hay muchos aquí que han sufrido y continúan sufriendo represión política. Hay muchos aquí que han sufrido persecución religiosa, y ahora creo que estamos en una encrucijada que de nuevo muestra desigualdad. Decimos que tenemos que permanecer juntos. Esa no es la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Creo en la unidad en la diversidad, me doy cuenta que lo que es aceptable en una parte del mundo puede ser diferente en otra. Hoy hablo a favor de la igualdad de las mujeres en el ministerio.

R. E. OSBORN: Hoy necesitamos reconocer que hay diversidad en nuestra iglesia, y no puedo votar a favor de esta moción a menos que reconozcamos la diversidad cultural al permitir que las divisiones traten este asunto individualmente. De esta manera, nuestra estrategia global, la cual nos exige que contactemos a todos los grupos de personas (incluyendo mujeres) que se preocupan acerca de estos asuntos, pueda ser cumplida y la iglesia pueda continuar adelante mientras reconoce la diversidad.

E. UGARTE: Creo que se ha demostrado claramente que no hay bases bíblicas para la ordenación de la mujer. Muchos toman el ministerio de Elena de White como base para la ordenación de la mujer. No olvidemos que Elena de White nunca fue ordenada, y el ministerio que ella ejerció le fue dado o delegado por el Señor mismo. Es por este motivo que estoy completamente opuesto a la ordenación de la mujer.

R. M. JOHNSTON: Estoy de acuerdo con aquellos que piden un “Así dice el Señor”. ¿Qué significa ser bíblico? ¿Qué significa ser no bíblico¿ ¿Es algo bíblico solo si es mandado? Si es así, entonces el Club de Conquistadores no es bíblico. Lo departamentos de libertad religiosa no son bíblicos. Los congresos quinquenales no son bíblicos. Los programas para dejar de fumar no son bíblicos. Nada de esto es mandado en la Escritura. Tal vez, entonces, bíblico significa algo que no está prohibido en la Escritura. Ahora, cuando miro a través de mi Biblia, y particularmente el Nuevo Testamento, para ver si la ordenación de la mujer está prohibida, no encuentro nada.

E. MOTSCHIEDLER: Me gustaría decirles a mis hermanos y hermanas en Sudamérica que no hay mujeres ordenadas en Norteamérica. Norteamérica no se está adelantando a la iglesia mundial. Estamos esperando pacientemente que se tomen algunas decisiones aquí. De acuerdo a la declaración “Ordenación de la Mujer”, la comisión que estudió esto por un período de varios años no llegó a “un consenso sobre si las Escrituras y los escritos de Elena de White explícitamente defienden o niegan la ordenación de la mujer al ministerio pastoral”. Así que después de años de estudio aún no hemos decidido teológicamente si la Biblia y el Espíritu de Profecía defienden o niegan el derecho de ordenar mujeres. No está claro. El punto que quiero hacer es que sin un claro mensaje del Señor, la iglesia no debería legislar. Creo que las divisiones que les gustaría ordenar mujeres deberían tener el derecho de hacerlo. No le estamos pidiendo a Sudamérica que ordene mujeres. No le estamos pidiendo a nuestra hermanos y hermanas africanas que ordenen mujeres, o cualquier otra cultura, división, asociación o unión que se no se sienta cómoda haciéndolo. Dado que nuestros teólogos y presidentes de la división que trabajaron en este documento no pudieron llegar a un consenso, la Iglesia no debería legislar. Dejemos que los líderes locales de la iglesia, bajo la guía del Espíritu Santo, tomen esa decisión.

J. ZURCHER: Apoyo fuertemente el documento frente a nosotros. Muchos dicen que restringimos al Espíritu Santo al no ordenar mujeres. Creo en la completa inspiración de la Biblia. El Espíritu Santo inspiró la Biblia, y no puedo encontrar en la Biblia que el Espíritu Santo esté a favor de ordenar mujeres. Lamento mucho que la Universidad de Andrews haya dejado que mujeres se preparen para el ministerio.

K. PIPIM: Estoy hablando a favor de la moción. En muchas partes del Tercer Mundo las mujeres están activamente involucradas en el ministerio. Pero ellas no están pidiendo ordenación. Ellas reconocen que en los últimos días los individuos, incluso los cuerpos religiosos, van a proclamar la obra del Espíritu Santo como la base para todo lo que hacen, ya sea para la homosexualidad, el bautismo de los infantes, o manifestaciones milagrosas. Y ellos reconocen que la Biblia nos insta a probar todo mediante la Biblia. Y por lo tanto, ellas no aceptan tales argumentos. El Espíritu Santo mismo nos insta a probar todo mediante la Biblia.

Los adventistas en el Tercer Mundo también reconocen que esta es una iglesia mundial y que si una sección avanza en este asunto, a nosotros en otras partes del mundo se nos pedirá dar explicaciones bíblicas por tales acciones. Y no podemos hacer eso.

R. W. MARTIN: Tengo entendido a partir de todas las encuestas que se han realizado que hay una preponderancia de eruditos bíblicos adventistas del séptimo día que apoyan la ordenación de la mujer. Hay muchos que no lo hacen, y ellos son honestos en sus convicciones. Pero la preponderancia aún está del lado que aquellos que sienten que es bíblico.

Es mi responsabilidad llamar a los pastores al ministerio. He llamado a varios cientos durante el último par de décadas. En ese tiempo, ha habido muchas iglesias que han querido una variedad de pastores. No todas han querido a una mujer pastora. No en todas partes del mundo ahora quieren una mujer pastora. Pero hay iglesias que si quieren mujeres pastoras. Ellos sienten que las mujeres pastoras pueden hacer contribuciones que son significativas y únicas. Es desafortunado cuando una parte del mundo le niega a otra parte del mundo el ministerio de una persona en quien el Espíritu Santo ha sido derramado.
Espero que nuestros delegados serán tolerantes a aquellas áreas que sincera y fervientemente desean el ministerio de una mujer ordenada por el Espíritu Santo.

R. J. KLOOSTERHUIS: Ha llegado el momento de finalizar esta reunión. Continuaremos mañana a la mañana a las 09:40.

G. A. EBORA: [Oración final en filipino]

Décima reunión
11 de Julio de 1990, 09:30 AM
V. ERNTSON: [Anunció el himno de apertura]

D. ROBLES: [Ofreció la oración inicial]

R. J. KLOOSTERHUIS: Tenemos un evento especial antes de continuar con el ítem que estaba en nuestra agenda ayer a la tarde. Me gustaría pedirle a D. A. Roth que presente al caballero que está aquí con nosotros.

D. A. ROTH: Ha sido placer para mí representar a la Asociación General durante los últimos 15 años ante la Sociedad Bíblica Americana. Estamos muy complacidos esta mañana de dar la bienvenida a nuestro congreso de la Asociación General a J. D. Erickson, que fue nombrado secretario general de la Sociedad Bíblica Americana el 1 de Julio de 1978. Él también es el Presidente del Comité Ejecutivo de la Sociedades Bíblicas Unidas. J. D. Erickson es bien conocido en los círculos bíblicos alrededor del mundo. Por muchos años él ha estado lidiando con los aspectos internacionales de la Sociedad Bíblica, una organización que la Asociación General apoya fuertemente. J. D. Erickson en realidad es parte de la División del Lejano Oriente, porque ha estado sirviendo como misionero en Japón. Su hijo más joven, Ronald, nació en el Hospital Adventista de Tokio. Por favor J. D. Erickson, sea bienvenido a nuestro Congreso de la Asociación General. [Aplauso]

J. D. ERICKSON: Estuve con ustedes por última vez en New Orleans, y me siento como en casa porque pienso en el apoyo que hemos tenido en causa de la Biblia de parte de Neal C. Wilson durante sus 12 años de como presidente de la Asociación General. Nuestra mera es establecer un compañerismo incluso más efectivo, trabajando con ustedes así como con quienes estén interesados en la causa de poner la Biblia en las manos de personas alrededor del mundo en los años que vendrán.

Hay muchas similitudes entre la Sociedad Bíblica Americana y la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Su misión es global, persona a persona. La esencia de la Estrategia Global no es un programa, plan u objetivo. Su esencia es las personas, las personas una por una. Con identificamos plenamente con ese propósito. Una de las cosas por las cuales nos enorgullecemos de estar con las Sociedades Bíblicas es que no importa de qué país provienes, puedo decir que de parte de esta comunidad, siempre estaremos contigo. Si ustedes se introducen en un nuevo lenguaje, una nueva área, estaremos allí con ustedes y antes de ustedes para preparar el camino para que así la Palabra esté disponible. Mientras ustedes hagan que la Palabra esté disponible, estaremos allí para ser sus siervos al producir las Escrituras. Ese es nuestro propósito, que es su estrategia, persona a persona.
Un aspecto destacado para las sociedades bíblicas es China. En Septiembre de 1989 se produjo la Biblia número un millón en la Amity Printing Press; estas biblias serán distribuidas a lo largo y ancho de toda China. Ahora hay un nuevo desafío, la Unión soviética. Anoche era emocionante escuchar y experimentar los maravillosos reportes de lo que está pasando en la URSS. Esto es un nuevo desafío para nosotros. No solo nos regocijamos sino también estamos conscientes de la responsabilidad de que tenemos hacia nuestros hermanos y hermanas en Cristo en la URSS y en Europa Oriental. Hay un hambre sin precedente por la Palabra de Dios en Rusia, y en todas las repúblicas de la URSS, así como en los países de Europa Oriental. Hay un desafío sin precedente ante nosotros de ir a cada persona con la Palabra de Dios.

Les presento un desafío enorme. ¿Hay alguna razón por la cual todos y cada uno de los adventistas del séptimo día no puedan proveer al menos una biblia para una persona en esa parte del mundo? ¿Hay alguna razón por la cual no pueda ser hecho? ¿Hay alguna razón por la cual deberíamos sentarnos y dejar que alguien más lo haga? Ustedes saben que el evangelismo mediante la literatura es una de las esencias de su ministerio. La Palabra puede hablar a las personas incluso después de que ustedes hayan tenido contacto personal, ellas pueden leer la Palabra de Dios después de que ustedes se vayan.

D. F. GILBERT: J. D. Erickson, usted nos ha dado como iglesia un desafío tan tremendo. Y estamos complacidos como iglesia de participar con ustedes. Anticipo que ustedes recibirán muchas contribuciones mediante miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y mediante las oficinas de la Asociación General. Hoy tengo la donación anual que le hacemos a la Sociedad Bíblica Americana. Este cheque, por la suma de $75.000. Me gustaría dárselo. Dios le bendiga y gracias.

R. J. KLOOSTERHUIS: Le hemos pedido a Neal C. Wilson, nuestro ex presidente de la Asociación General, que haga una declaración acerca del trasfondo de ese ítem que están ante nosotros, la ordenación de la mujer.

NEAL C. WILSON: Ayer a la tarde hubo varios indicios de que muchas personas no conocían la duración de tiempo que este asunto particular ha estado ante la iglesia, ni el proceso usado para llegar a este punto. Por pedido del cuerpo mundial, ha habido tres diferentes comisiones que han estudiado este tema. Este asunto fue discutido de manera tangencial en el congreso de la Asociación General de 1975 en Viena, pero no ganó impulso en esa ocasión. Durante los años siguientes varios Concilios Anuales discutieron el asunto de mujeres sirviendo como ancianas ordenadas de iglesias locales. En ese tiempo en Norteamérica los pastores licenciados de la iglesia tenían permitido realizar esencialmente las mismas funciones de un pastor ordenado. La palabra esencialmente es un calificador. Había algunas cosas que un pastor licenciado no podía hacer y que solo un pastor ordenado podía. Esa acción ha permanecido en efecto hasta el presente.

Más tarde hubieron fuertes sentimientos, y algunos de nosotros estuvieron de acuerdo de que las mujeres deben ser capaces de realizar las mismas funciones pastorales que un hombre, que ellas deben ser iguales al servir a la iglesia en un rol ministerial. En ese tiempo, la ordenación como ancianas de iglesias locales parecía ser el camino a seguir.

Pero mientras nos aproximábamos al congreso de la Asociación General de 1985, hubo nuevos pedidos para que las mujeres reciban el privilegio de ser ordenadas al ministerio evangélico. Así que llamamos a una comisión de alrededor de 80 individuos de todas las divisiones de la iglesia mundial. Hubo personas seleccionadas para representar la exégesis bíblica, teología, historia eclesiástica, y otras áreas, como conocimiento en los escritos de Ellen White. Líderes mujeres también estuvieron involucradas.

Hace cinco años el reporte fue presentado, y fue registrado en las actas de la Asociación General. Allí se indica que no estamos preparados para avanzar con la ordenación, pero el congreso de la Asociación General de 1985 solicitó que continuemos estudiando el asunto de la ordenación de la mujer al ministerio evangélico, y que reportemos al Concilio Anual de 1989 en una manera clara y específica.
La mayoría ha sentido que este asunto debía ser resuelto, y no debía ser mantenido abierto para siempre. Así que en 1988 se reunió otra comisión, compuesta por aproximadamente 80 personas. Pasamos cuatro días juntos. Pero aún hubo una falta de especifidad, así que otra reunió se programó para mediados de 1989. Esa comisión se reunió por seis días. Se pasó cada momento intentando buscar las mejores respuestas, con presentación de documentos.

Es importante que ustedes sepan que en la actualidad tenemos alrededor de 50 documentos académicos que han preparados sobre este tema particular en diferentes partes del mundo. Estos documentos son muy reveladores, muy útiles, y muy bien preparados, y personalmente apreció profundamente el tiempo y los esfuerzos que nuestros eruditos han puesto para presentarnos documentos de este tipo.
Lo que tienen ante ustedes es el resultado de intenso estudio por tres diferentes comisiones. En la comisión de 1989, el 25 por ciento eran mujeres, y alrededor del 25 por ciento eran eruditos, exégetas bíblicos e historiadores eclesiásticos, y el espíritu era excelente. Puedo decirles que ayer, mientras escuchaba cuidadosamente, hubo ni un solo pensamiento o idea que no haya sido cuidadosamente discutida y analizada en muchas ocasiones por estas comisiones. No creemos que haya alguna nueva información disponible. Así que lo que ustedes están escuchando es una repetición de los ítems que las comisiones ya han estudiado en varias ocasiones.

Han habido varias declaraciones incorrectas que he pensado que debemos corregir. Por ejemplo, se ha declarado que la Iglesia Adventista del Séptimo Día fue fundada por Ellen G. White. Esa no es una declaración correcta. También se ha declarado ayer que la preponderancia de eruditos bíblicos favorece la ordenación. Muchos eruditos bíblicos no han sido encuestados. Y no creemos que solo los eruditos decidan asuntos como este. Hay increíbles recursos en esta iglesia, y debemos estar agradecidos porque el Señor nos ha dado individuos así, pero la iglesia como un todo, es la que decide en asuntos como estos, no solo este grupo.

La tercera declaración desafortunada fue que ya se han ordenado mujeres en Norteamérica. Ahora, es verdad que hay alrededor de 1.100 mujeres que han sido ordenadas como ancianas de iglesias locales a lo largo y ancho de Norteamérica. Pero la inferencia es que han sido ordenadas al ministerio evangélico. Los líderes en Norteamérica han sido cuidadosos de avanzar en armonía con toda la iglesia, y no han avanzado hasta el punto de ordenar mujeres al ministerio evangélico.

Ahora, solo quiera dar una palabra sobre la ordenación. ¿Cuál es el significado de imponer las manos? ¿De dónde viene esa práctica en particular? ¿Es bíblica? ¿Es algo que fue iniciado por nuestro Señor? ¿Fue iniciado por la iglesia Cristiana primitiva? ¿De dónde surgió realmente?

Ha habido mucho debate sobre la cuestión de si le añadimos demasiada importancia a la ordenación. La palabra ordenación ni siquiera aparece en la Biblia. Una palabra más apropiada sería nombrado, en vez de ordenado. Hemos adoptado término que pueden tener un significado o inflexión ligeramente diferente en diferentes idiomas.

Las comisiones han sentido que la carga de prueba para cambiar lo que la iglesia ha estado haciendo (y lo que parece haber sido el modelo a lo largo de la Escritura) debe estar en la parte que pide un cambio. Este documento ha estado ante el Concilio Anual, ante varios comités, y ante el congreso de la Asociación General. Las comisiones han sentido que la prueba no era suficientemente fuerte para hacer un cambio en la ordenación de la mujer al ministerio evangélico. ¿Acaso el asunto de unidad e igualdad significan similaridad? ¿Acaso Gálatas 3:28 tiene algún peso en la ordenación de la mujer al ministerio evangélico? Aunque todos aquellos mencionados en ese texto tienen el mismo valor, ellos ciertamente tiene diferentes roles para desempeñar. La discriminación ha sido sugerida. ¿Acaso nuestro Señor y Salvador Jesucristo, que fue la persona más revolucionaria al cambiar del pasado al presente, fue inmoral o discriminatoria debido a que los 12 discípulos fueron todos varones? Si decimos que las mujeres deben ser ordenadas al ministerio evangélico o la iglesia será culpable de una acción inmoral o discriminatoria, entonces el mismo cargo debe ser colocado sobre nuestro Señor y Salvador al escoger los apóstoles.

La cuestión de la primacía, la autoridad del hogar, ¿tiene algo que ver con la autoridad en la iglesia? Toda el área de la autoridad bíblica es uno grande. Otro punto en esa área particular es los escritos de Pablo. ¿Son estos escritos reflejos de la lógica rabínica? Si es así ¿Cuán buenos son? ¿Son las escrituras ambiguas sobre este asunto? Ellas han sido canalizadas en nuestro pensamiento. Todo el argumento de silencio ha sido cuidadosamente analizado. Algunos traen el asunto de la esclavitud. La sugerencia es que ha sido como hemos abandonado la esclavitud, que ha sido respaldada incluso por muchos cuerpos cristianos en Norteamérica y en otros lugares del mundo, también debemos ser lo suficientemente valientes para abandonar este asunto de evitar que las mujeres sean ordenadas al ministerio evangélico. Le hemos pedido a un individuo el cual sentimos que entendía este asunto extremadamente bien, E. E. Cleveland, para hacer un estudio sobre esto. Se concluyó que la Biblia y Ellen White no dejan incertidumbres sobre el tema de la esclavitud, ellos estuvieron en contra de esa práctica. Pero no dicen nada acerca de la ordenación.

Una de las áreas más difíciles con las que hemos luchado concernientes al asunto de la ordenación es el rol del Espíritu Santo, el llamado, el impacto del Espíritu Santo al dirigir una vida en particular. La preocupación ha sido que no deberíamos apagar al Espíritu Santo.

Se ha hecho un pedido para autorizar que cada división decida sobre este asunto. Esta área ha sido cuidadosamente analizada, y pueden ver en el reporte que ha sido específicamente mencionada. En este punto, esta iglesia ha considerado que la ordenación es algo que debería ser universal en la Iglesia Adventista del Séptimo Día. No deberíamos fragmentar la iglesia. La unidad de la iglesia es extremadamente importante. Las comisiones han sentido que avanzar en este punto y decir que cada división puede hacer lo que decida hacer, llevará esta iglesia al pluralismo. Cualquiera que inicie pluralismo en esta iglesia ciertamente está yendo en la dirección contraria. Las comisiones sintieron que una de las fuentes más grandes que tenemos de mantener a esta iglesia mundial junta, es mediante nuestros ministros y pastores ordenados. Esta es una de sus funciones principales.

También estamos ante el gran peligro del congregacionalismo. Muchos de nosotros estamos muy preocupados, Wilson incluido, que el peligro del congregacionalismo se está desarrollando en la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Y de esta manera, debido a la falta de una clara guía bíblica, y una clara guía del Espíritu de Profecía, las comisiones han traído ante ustedes la recomendación que tienen ante ustedes hoy. Confio que el Señor continuará guiándonos en esta mañana.

R. PONCE: Sr. Presidente, creo que todos hemos formado nuestra decisión; por lo tanto, me gustaría proponer un voto. Pido por la pregunta anterior.

R. J. KLOOSTERHUIS: Él está pidiendo por la pregunta anterior. Muy bien, me gustaría reconocer esa moción. ¿Hay apoyo? Lo hay. Ahora, en este caso se requiere que se la secunde, lo cual se ha hecho. No puede ser debatida. No puede ser enmendada. Y requiere el voto de dos tercios de los delegados presentes. Por lo tanto, me gustaría pedir que se vote.

Creo que es importante que sepamos exactamente el resultado de la votación en este caso. Permítanme repetir la moción que está ante nosotros. [La moción de aceptar el reporte y las recomendaciones de la Comisión del Rol de la Mujer tal como fue recomendado por el Concilio Anual de 1989 (incluyendo la recomendación de no ordenar mujeres al ministerio evangélico) fue repetida, y se realizó una votación]
El número de los que votaron a favor de la moción ante ustedes es de 1.173. El total de aquellos en contra es de 377. La presidencia declara que la moción ha sido aceptada.

Ahora continuaremos con otro ítem en la agenda. Me gustaría invitar a K. J. Mittleider para que venga adelante y haga una declaración acerca de este ítem.”

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Votación

Antes de la votación quien presidía el congreso les solicitó a todos los delegados y visitantes que oren individualmente o en grupos por la dirección del Espíritu Santo. Luego se les pidió a los delegados que voten alzando las manos. Al contar las manos se llegó al siguiente resultado:

A favor de la recomendación: 1173

En contra de la recomendación: 377

“VOTADO, Aceptar el siguiente reporte y recomendaciones de la Comisión sobre el Rol de la Mujer, tal como fue recomendado por el Concilio Anual de 1989.

Los presidentes de las divisiones mundiales de la Asociación General reportaron a la Comisión sobre la situación en sus campos con respecto de la ordenación de mujeres al ministerio evangélico. En varias divisiones hay poca o ninguna aceptación de mujeres en los roles de pastores, ordenados o no. En otras divisiones algunas uniones aceptarían a mujeres como pastoras, pero las indicaciones son que la mayoría de las uniones no le parece aceptable. Sin embargo, en la División Norteamérica parece haber un apoyo amplio para la ordenación de la mujer.

Los presidentes de las divisiones también reportaron que basados en extensos debates, comités, comisiones, estudios, etc. existe la posibilidad que aprobar la ordenación de la mujer resultaría en desunión, disensión e incluso en cisma. Debido a ello los presidentes llegaron a estas dos conclusiones:

  1. Una decisión de ordenar mujeres como pastoras no sería bienvenida o encontrada con aprobación en la mayoría de la iglesia mundial.
  2. Las provisiones del Manual de Iglesia y los Reglamentos Eclesiásticos-Administrativos de la Asociación General, las cuales solo permiten la ordenación al ministerio evangélico sobre una base mundial, tienen un amplio apoyo por parte de las divisiones.

La Asociación General y los directivos de las divisiones presentes en la Comisión están de acuerdo con las conclusiones de los presidentes.

“La Comisión, habiendo escuchado los argumentos a favor y en contra de la ordenación de la mujer; habiendo sentido las necesidades y preocupaciones del campo mundial; habiendo cuidadosamente considerado lo que probablemente es lo mejor y menos disruptivo para la iglesia mundial en este momento; reconociendo la importancia de nuestra misión escatológica, el testimonio y la imagen de nuestra familia espiritual, y la necesidad por unicidad y unidad de la iglesia; reporta al Concilio Anual de la Asociación General de 1989 los siguientes resultados de sus deliberaciones:

  1. Mientras que la comisión no llegó a un consenso sobre si las Escrituras y los escritos de Elena de White explícitamente apoyan o rechazan la ordenación de la mujer al ministerio pastoral, concluye unánimemente que estas fuentes afirman un ministerio significativo, amplio y continuo para las mujeres, el cual está siendo expresado y será evidenciado en los variados y crecientes dones de acuerdo al llenado del Espíritu Santo.
  2.  Además, en vista de la extensa falta de apoyo para la ordenación de la mujer al ministerio evangélico en la iglesia mundial y en vista del posible riesgo de desunión, disensión y distracción de la misión de la iglesia, no aprobamos la autorización para que las mujeres sean ordenadas al ministerio evangélico”

Fuentes

Actas del Congreso de la Asociación General de 1990 (ver páginas 33 al 35 de este PDF)

Adventist Review, 5 de Julio de 1990 (ver páginas 15 al 22 de este PDF)

Adventist Review, 13 de Julio de 1990 (ver páginas 8 a 13 de este PDF)