Reimar Vetne – Lucas-Hechos y el asunto de la ordenación en la Iglesia Adventista del Séptimo Día

“Lucas-Hechos y el asunto de la ordenación en la Iglesia Adventista del Séptimo Día”

Por Reimar Vetne, Ph.D.

Universidad de Montemorelos, México

Vetne@um.edu.mx

Introducción

La Iglesia Adventista del Séptimo Día es actualmente involucrada en un estudio global de nuestra teología de la ordenación. Dado que la mayoría de las Biblia no usan la palabra “ordenar” u “ordenación” estamos lidiando con un asunto que no está explícitamente discutido en el material bíblico.

Nosotros así tenemos que trabajar hacia atrás de la actual práctica adventista de ordenación, aislando los elementos más significativos y las funciones en nuestra práctica actual y evaluando a aquellos elementos bajo la luz de la Escritura.

En el Nuevo Testamento las personas fueron en varias ocasiones establecidos a puestos de liderazgo y otras formas de ministerio, algunas veces con la imposición de manos. La actual práctica adventista de ordenación, sin embargo, no es completamente idéntica o correspondiente con estos casos bíblicos. Nosotros nombramos personas al ministerio en muchas ocasiones en las cuales no designamos un “evento de ordenación”. Por ejemplo, los eventos de nombrar un superintendente de la Escuela Sabática en una iglesia local, elegir o contratar personal en una asociación u unión, o enviar misioneros de una parte del mundo a otra no son –incluso si se hace un oración comunal de bendición con la imposición de manos- consideradas una “ordenación”.

Cuando estaba predicando en una reunión en el campo en Noruega en 2011, un mes antes de mudarme a México para empezar a enseñar en Montemorelos, los líderes eclesiásticos noruegos y los miembros espontáneamente se reunieron a mí alrededor e impusieron sus manos sobre mí y oraron para mi protección y bendición. Eso no fue llamado una “ordenación” Así que ¿Cuáles son exactamente los elementos distintivos que marcan un nombramiento al ministerio con la imposición de manos como una “ordenación” en la iglesia?

Primero que todo, el rito visible roma lugar en una atmósfera solemne y espiritual con los líderes de la iglesia imponiendo sus manos y orando por el ordenado.

Segundo, está limitado en nuestra iglesia para el nombramiento de un muy pequeño número de puestos: el ministerio de diáconos en iglesias locales, ancianos de iglesias locales y pastores de tiempo completo. La mayoría de nuestros miembros sirven al Señor y a nuestra Iglesia en funciones fuera de están categorías, y así ellos no están ordenados cuando empiezan a servir.

Tercero, mientras que la ordenación al ministerio como diáconos y ancianos toma lugar al principio de su servicio, la ordenación al ministerio pastoral no toma lugar al principio de su servicio, la ordenación al ministerio pastoral no toma lugar sino hasta varios años más tarde. En la iglesia adventista la ordenación al ministerio pastoral así funciona como reconocimiento de un trabajo “bien hecho hasta ahora” y la promoción a un rango profesional más alto. Moviéndose de no-ordenado (licencia ministerial) a ordenado (credencial ministerial) no es diferente a la promoción de profesores universitarios del nivel de profesor asociado a profesor titular.

Cuarto, mientras que la ordenación para el servicio como un diácono o anciano es neutral para el género en la Iglesia Adventista, la ordenación al ministerio pastoral está reservada solo para los pastores varones. Nuestras pastoras mujeres no son ordenadas.

Estas son probablemente entre los cuatro aspectos más importantes de la ordenación en la iglesia Adventista del Séptimo Día, distinguiendo los nombramientos de ordenación y no-ordenación. Es conducido con la imposición de manos, limitado a unos pocos ministerios selectos, funcionan como promociones a un rango superior y algunas ordenaciones son universales para el género, mientras que otras son exclusivas según el género.

Este corto documento examinará si el material en Lucas y Hechos puede arrojar más luz sobre la utilidad y validez de estos elementos de nuestra práctica actual de ordenación.

Imposición de Manos en Lucas-Hechos

Así que ¿Cuáles son los contextos de la imposición de manos en Lucas y Hechos? ¿A quiénes se les impusieron las manos, y en que situaciones?

En el evangelio de Lucas Jesús les impuso las manos a las personas como parte de un evento de curación (Luc. 4:40; 13:13. En Hechos la imposición de manos toma lugar como parte de una sanación (Hechos 9:12, 17; 28:8), como parte del rito bautismal donde nuevos cristianos recibían el Espíritu Santo (8:17-19; 19:6) [1] y como parte de una dedicación para un nuevo ministerio (6:6; 13:3). Los últimos dos pasajes son interesantes para nuestro propósito de tratar con la ordenación.

Hechos 6:6 Nombramiento de los Siete.

Los doce apóstoles decidieron enfocarse en la enseñanza y la predicación de la Palabra de Dios y dejar de pasar el tiempo “sirviendo mesas” (διακονεῖν τραπέζαις, v. 2) [2]. Esto se refiere a realmente servir mesas [3], al manejo financiero y práctico del programa de caridad de la iglesia [4], o ambos [5]. Un grupo de siete fue nombrado para tomar esta tarea de los Doce. Dado que la ocasión para el nombramiento fue una queja de que las viudas helenísticas recibían meno ayudad que las viudas judías (v. 1) es más probable que la tarea de los Siete tuviera que ver con el justo manejo del programa de caridad y no solo con cocinar literalmente y el servir de mesas.

Después de la selección de los Siete algunos [6] oraron e impusieron sus manos sobre los Siete.

“Los presentaron a los apóstoles, quienes oraron y les impusieron las manos.” (Hechos 6:6)

Los Siete, escogidos de la minoría de helenos, estaban investidos con autoridad para decidir sobre un programa más justo de distribución de recursos [7]. Este nombramiento de los Siete es una historia de una transferencia de autoridad. Si la imposición de manos en sí misma fue una expresión de tal transferencia [8] o si fue solo una petición a Dios por una bendición sobre el nuevo equipo de liderazgo (similar a la imposición de manos sobre nuevos conversos en su bautismo) no es posible resolver del texto.

Nosotros tampoco sabemos del texto si la imposición de manos de los siete fue un procedimiento aislado realizado solo una vez (y que no estaba pensado para ser repetido después), si fue pensado como un modelo sobre qué hacer para un grupo único (que nosotros siempre debemos imponer las manos al nombrar obreros de caridad o si es una lección general de la vida espiritual de la iglesia (siempre reunirnos alrededor y orar por los nuevos líderes y nuevos equipos).

Hechos 13:3 Bernabé y Saulo enviados a su primer viaje misionero.

En Hechos capítulo 13 encontramos la historia del Espíritu Santo diciéndole a la iglesia que envíe a Bernabé y Saulo al extranjero como misioneros evangelísticos (v. 2). Por este tiempo los dos habían estado trabajando por muchos años como predicadores y líderes en Antioquía en Siria, una ciudad que servía como un importante centro para el movimiento cristiano.

Antes de enviarlos a su viaje la iglesia en Antioquía “después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron” (v. 3)

Dado que Saulo había estado predicando el mensaje acerca de Jesús desde su conversión en Hechos 9 y hasta ahora, por al menos 10 años [9], la imposición de manos no fue un nombramiento para ser pastores o predicadores. La imposición de manos en Hechos 13:3 estaba específicamente relacionada a su próximo viaje misionero a nuevos territorios [10]. Concerniente a la misma ceremonia de nombramiento, es digno de notar que la imposición de manos tomó lugar en conexión con ayunar (νηστεύσαντες)  y orar.

Como en Hechos 6 no es claro quien literalmente les pone las manos a los nombrados. No hay nada aquí acerca de líderes o apóstoles estando a cargo de la oración, así como el pasaje es escrito como si pareciera que se trata de un evento comunal donde toda la congregación toma parte.

De relevancia para nuestra práctica de ordenación hoy, notamos que una vez más (justo como con los Siete en Hechos 6) la imposición de manos toma lugar en el comienzo de una nueva forma de ministerio. Fue una iniciación y aprobación de la iglesia al comienzo de su nuevo ministerio, no como parte de una evaluación del resultado del éxito de un ministerio de varios años en el servicio. Notamos que fue concerniente al trabajo misionero para llevar el evangelio al extranjero, no concerniente al trabajo pastoral “doméstico”. Y observamos que el ayuno estuvo junto con la imposición de manos.

Aparentemente, esta historia no ha sido vista por la Iglesia Adventista como un modelo detallado a seguir para nuestros “servicio de ordenación”. Nosotros ordenamos pastores como parte de una evaluación y un proceso de confirmación después de un par de años de servicio pastoral. Nosotros ordenamos pastores que sirven en sus países nativos, no solo aquellos enviados para predicar y enseñar a territorios extranjeras.

Y nosotros no mandamos ayudar como parte de nuestros eventos de ordenación – ni para la congregación, ni para nuestros líderes que “ordenan”, o para los “ordenados”. La Iglesia Adventista ha probablemente leído la historia en Hechos 13 como un ejemplo de un ritual de imposición de manos, y luego adaptado los “quienes”, “cuando” y “como” para satisfacer mejor nuestra necesidades eclesiásticas.

Eventos sin la imposición de manos

Los dos pasajes anteriores son las únicas instancias en Lucas-Hechos donde alguna forma de nombramiento de líderes es combinada con la imposición de manos. Quizás más que estos dos nombramientos involucraron una sesión de imposición de manos, pero por algún motivo Lucas no lo mencionó.

No hay mención de que Jesús les impusiera las manos a los Doce discípulos:

“Al llegar la mañana, llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los que nombró apóstoles” (Lucas 6:13) [11]

Judas fue reemplazado por Matías como un miembro de los Doce sin ninguna mención de la imposición de manos (Hechos 1:26). Durante su primer viaje misionero Pablo y Bernabé establecieron ancianos a lo largo y ancho de Asia Menor sin ninguna descripción de imponerles las manos.

“En cada iglesia nombraron ancianos y, con oración y ayuno, los encomendaron al Señor, en quien habían creído.” (Hechos 14:23)

Implicaciones para nosotros

No hay mandatos seguros para los lectores para imponer las manos y orar por personas en Lucas o Hechos. Lo que tenemos son dos historias donde la imposición de manos sucedió en un contexto de nombramiento para el servicio. No sabemos si estos estaban pensados como ejemplos universales para ser seguidos hoy. Si lo fueron, pudieron ser un llamado general para a menudo reunirnos alrededor y orar por las personas nombradas para nuevas tareas en la iglesia, o pudieron ser un llamado para imponer las manos solo en tipos específicos de líderes en la iglesia.

Mi creencia personal es que las historias en Hechos no estaban pensadas como una lista exhaustiva de a cuales tipos de líderes deberíamos imponerles las manos. Creo que solo ilustran la necesidad de una espiritualidad vibrante en nuestras comunidades donde a menudo nos reunimos y oramos por bendiciones sobre las personas con tareas importantes. Pero si se supone que tenemos que leer estas historias como mandatos para los cuales grupos exactos de líderes deben recibir la imposición de manos de nosotros, entonces es digno de destacar que ni a Jesús ni a los doce discípulos ni a los ancianos eclesiásticos se les impusieron las manos en Lucas-Hechos. Los dos grupos que fueron nombrados con la imposición de manos son los Siete que estaban a cargo de la obra caritativa en Jerusalén, y los dos predicadores antes de que se embarcaran a su viaje misionero al extranjero. Nosotros ordenamos a tres grupos de personas hoy, pero los dos tipos de líderes nombrados en esta manera en Hechos (obreros caritativos y misioneros al extranjero) no están entre ellos.

Si preferimos continuar usando la palabra “ordenación” para nuestras sesiones de imponer las manos en nuevos oficiales nombrados en la iglesia, entonces deberíamos considerar expandir nuestra práctica para otros ministerios y posiciones que aquellas de la actualidad diáconos, ancianos y pastores. El grupo de siete en Hechos se le fue dado la responsabilidad financiera y práctica para el programa de caridad de la iglesia. Muchos de nuestros obreros de ADRA tienen las mismas responsabilidades de estos Siete.

Algo de la responsabilidad financiera de tesoreros en iglesias locales y asociaciones –asignando dinero justamente de acuerdo a estas necesidades- no es diferente tampoco a la de los Siete. Tradicionalmente no le hemos impuesto las manos ni orado por estos grupos.

Una jerarquía formas de rangos.

Volvámonos a los aspectos de nuestra práctica de ordenar pastores que involucra una jerarquía de rangos. Déjenme explicar lo que veo tomando lugar en nuestra práctica actual. Un sistema de rangos no es inherentemente bueno o malo. Primero que todo, algunas diferencias en rangos es debido a una diferencia en nuestra naturaleza.

Dios está encima de ángeles y humanos, y un humano adulto está encima de un niño.

Segundo, algunas diferencias de rango es debido a diferentes funciones laborales. De un líder a cargo de la iglesia de Dios es una gran área (como un presidente de unión o asociación) puede decirse que esta jerárquicamente encima de alguien a cargo de unas pocas iglesias (un pastor u anciano). Necesitamos líderes que estén coordinando y equipando la iglesia en forma centralizada, así que una estructura organizacional implicando alguna jerarquía es inevitable y útil, en tanto recordemos que se supone que alguien “superior” en la jerarquía eclesiástica nunca debe abusar del poder para conseguir sus propios deseos egoístas, así como nuestro Señor no vino para ser servido, sino para servir.

Un tercer tipo de rango es más artificial en naturaleza, títulos de rango basados en el mérito y los logros. En situaciones académicas les damos a los estudiantes diferentes notas (del 10 al 1) y a los títulos diferentes títulos (como Profesor Asistente, Profesor Asociado, etc.).

Dado que escuelas y universidades operan dentro de ambientes nacionales y seculares donde esto es común, no tenemos elección sino de usar lo mismo si queremos ofrecer grados acreditados y aceptados. Sin embargo, tenemos libertad para diseñar como operamos dentro de la estructura eclesiástica misma, así que una cuestión pertinente es si queremos recompensar diferentes rangos a los pastores de nuestra iglesia.

Nuestra práctica actual de distinguir entre licencias ministeriales (no ordenados) y credenciales ministeriales (ordenados) funciona como una promoción de carrera profesional. ¿Cuál es el propósito de este sistema de rangos? ¿Es el de inspirar a los pastores no ordenados a trabajar más duro de lo que harían sin la posibilidad de promoción a un rango superior? ¿Es el d dar a los recién ordenados nuevas energías para trabajar aún más duro después de recibir el reconocimiento? ¿Queremos que sea una línea directiva para los miembros, invitándolos a confiar en la enseñanza de los pastores examinados y ordenados más que los no ordenados?  Cualesquiera sean nuestras buenas razones para tener un sistema de acreditación pastoral de dos grados (y las razones puede ser bastante diferentes de lo había imaginado), tenemos que pesar los posibles efectos negativos.

Lo peligroso es que la motivación para el servicio se vuelve menos pura e ideal. Puede fomentar un deseo de “complacer a la hermanos” que tienen el camino a la promoción de credenciales en maneras que no son saludables; el deseo de complacer a los hombres y recibir honor y reconocimiento y no solo el deseo de servir al Señor y a su Iglesia.

En Lucas la motivación de nuestro Señor era dejar el estatus y el honor a un lado y enfocarse en servir. Jesús voluntariamente eligió el camino de la degradación, del Ser Supremo del universo a al de un ser humano rechazado. Su única motivación era servir, no recibir honor.

En Lucas Jesús repetidamente advirtió contra el amor por el honor y el reconocimiento humano (“Al notar cómo los invitados escogían los lugares de honor en la mesa, les contó esta parábola” (Lucas 13:7-11)

El amor al dinero, el sistema humano supremo de reconocimiento y condecoración, no debería motivar nuestras acciones.

“Ningún sirviente puede servir a dos patrones. Menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a la vez a Dios y a las riquezas.” (Lucas 16:13)

Se nos advierte contra desear “ser grandes” en maneras que el mundo considera la grandeza:

“Tuvieron además un altercado sobre cuál de ellos sería el más importante.

Jesús les dijo: —Los reyes de las naciones oprimen a sus súbditos, y los que ejercen autoridad sobre ellos se llaman a sí mismos benefactores.

No sea así entre ustedes. Al contrario, el mayor debe comportarse como el menor, y el que manda como el que sirve.

Porque, ¿quién es más importante, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No lo es el que está sentado a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre ustedes como uno que sirve.” (Lucas 22:24-27)

Este dicho trata con el abuso del poder por motivos egoístas (“los reyes de las naciones oprimen a sus súbditos”), algo que todos nosotros en posiciones de liderazgo en la iglesia debemos constantemente reflexionar. Pero trata también con el deseo por el reconocimiento humano y la grandeza. Jesús nos amonestó a enfocarnos únicamente en servir a otros bien, dado que esa fue la propia motivación suprema de Jesús [12].

No creo que nuestro sistema de dos grados sea demasiado problemática para la espiritualidad de la mayoría de los pastores y administradores de las asociaciones, pero quiero que al menos recordemos que cualquier sistema humano de reconocimiento debe ser manejado con cuidado. El Reino de Dios opera primariamente sobre otros valores que aquellos del rango y el honor.

El género de los líderes eclesiásticos

Finalmente llegamos al asunto del género de los líderes eclesiásticos. Numéricamente, la gran mayoría de líderes en la iglesia primitiva (como en la mayoría de lugares hoy en día) eran varones. Pero ¿Tiene Dios un lugar para las mujeres en el liderazgo eclesiástico? ¿Hay algo en Lucas o Hechos que pueda ayudarnos a decidir si el liderazgo debería estar reservado para un género o si está abierto para ambos?

Testificación y proclamación. En Lucas 24:1-9 las primeras en saber y proclamar acerca de la resurrección de Jesús de entre los muertos son mujeres [13].

Profetizar. En Joel 2:28-29 el derramamiento futuro del Espíritu y el don de profecía es prometido a ambos géneros: “

“Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán… En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre los siervos y las siervas.” En el día del Pentecostés en Hechos 2 Pedro cita esta profecía y declara que ha sido cumplida en su día (Hechos 2:17-18).

Dios quería usar a ambos géneros en su comunicación con la humanidad. En Hechos 21:8-9 encontramos un ejemplo de cuatro mujeres habiendo sido llamadas por Dios al ministerio profético.

“Al día siguiente salimos y llegamos a Cesarea, y nos hospedamos en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete; éste tenía cuatro hijas solteras que profetizaban.”

Facilitación. En Lucas 8:3 dos prominentes e influyentes mujeres siguieron a Jesús y a los discípulos y los ayudaron práctica y financieramente:

“Juana, esposa de Cuza, el administrador de Herodes; Susana y muchas más que los ayudaban con sus propios recursos (διηκόνουν αὐτοῖς ἐκ τῶν ὑπαρχόντων αὐταῖς) [14].”

En Hechos 12:12 María, la madre de Juan arcos, es la patrona de una casa-iglesia [15]. Durante tiempos políticamente peligrosos para la incipiente iglesia en Judea, esta mujer tomó un gran riesgo al abrir su casa y facilitar las reuniones.

Corrigiendo y equipando. En Hechos 18:25-26 Priscila corrigió con autoridad las enseñanzas de Apolos y lo equipó para un ministerio evangelístico más fuerte [16]. (En 1 Co. 16:9 Priscila y Aquila son patronos de una reunión de iglesia en su hogar, y en Romanos 16:3 son llamados “compañeros de trabajo [συνεργός]” del apóstol Pablo.

Para resumir esta sección, no hay nada en Lucas o Hechos que sugiera que las mujeres no puedan ocupar posiciones importantes de enseñanza y liderazgo en la iglesia. Nuestra práctica actual de nombrar y ordenar ancianas mujeres, e incluso nombrar mujeres pastoras pero no ordenarlas, es debido a un desacuerdo entre nosotros sobre si Dios quipa y usa mujeres para el liderazgo.

Si Dios no lo hace, deberíamos dejar de invitar mujeres a servir como ancianas y pastoras. Si Dios si llama a mujeres para el liderazgo, entonces no hay razón para tratar a las mujeres diferentemente en la práctica de la ordenación.

En cuanto al testimonio de Lucas y Hechos, Dios parece usar a ambos géneros como profetas, maestros y líderes en su iglesia. Creo que Dios quiero hacer lo mismo hoy.

Conclusión

La práctica actual de ordenación en la Iglesia Adventista del Séptimo Día no está modelada directamente en Lucas o Hechos. La palabra ordenación no es usada en estos dos libros. Más significativamente, la imposición de manos en conexión con el nombramiento de líderes fue hecha sobre líderes un poco diferentes a los nuestros (en Hechos a obreros caritativos y misioneros al extranjero, no a diáconos ancianos o pastores en iglesias locales), tomo lugar en el mismo comienzo del nuevo ministerio (no uno pocos años después como una evaluación del ministerio), y fue acompañado con ayuno (que nosotros no practicamos)

Hemos visto que nuestro rango de dos grados de acreditación ministerio (licencias para no-ordenados versus credenciales para no ordenados) es una invención moderna no encontrada en nuestro material bíblico. El reconocimiento humano y la grandeza no deberían ser una motivación para los discípulos cristianos y los líderes, así que todas las estructuras eclesiásticas deberían ser cuidadosas en no investirle mucha importancia al rango y al honor.

Esperanzadoramente, la mayoría de nuestros pastores manejan este asunto bien.

Respecto al género de maestros y líderes no hay nada en Lucas o Hechos que sugiere que Dios no quiere usar completamente a hombres y mujeres. Mientras que la mayoría de los líderes eran varones, las mujeres si sirvieron en el movimiento cristiano primitivo como patronas, líderes, maestras y profetas.


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Referencias

[1] Es posible que todos los nuevos cristianos estaban orando para que (ellos puedan recibir el Espíritu Santo) con la imposición de manos en conjunto con el bautismo. Esto puede ser a lo que Heb. 6:1-2 se refiere.

[2] “servir” es únicamente usado en su forma verbal aquí. El sustantivo “diáconos” (διάκονος) acerca del grupo de los siete no aparece. “Es digno de notar que Lucas no se defiere a los Siete como diáconos; su tarea no tenía un nombre formal” I. Howard Marshall, Acts (Tyndale NT Commentaries 5; Leicester, England: InterVarsity, 1980), 126.

[3] C. K. Barrett, A Critical and Exegetical Commentary on the Acts of the Apostles (International Critical Commentary; Edinburgh: T&T Clark, 1994), 311.

[4] F. F. Bruce, The Book of the Acts (New International Commentary on the NT; Grand Rapids: Eerdmans, 1988), 120.

[5] John B. Polhill, Acts (New American Commentary; Nashville: Broadman & Holman, 1995), 180.

[6] “No es tan claro como en la NVI se dice sobre quien oró y le impuso las manos sobre ellos. Si hay los acuerdos gramaticales del griego son de alguna ayuda, entonces fue hecho por toda la Iglesia actuando “en presencia de los apóstoles” David J. Williams, Acts (New International Biblical Commentary 5; Peabody, Mass.: Hendrickson, 1990), 123.

[7] “Aquellos con poder político generalmente reprimen a las minorías que se quejan; aquí los apóstoles le entregan todo el sistema a la minoría ofendida. Esto puede así ser la primera instancia registrada de lo que nosotros podemos llamar una “acción afirmatica” Craig S. Keener, The IVP Bible Background Commentary: New Testament (Downers Grove, Ill.: InterVarsity, 1993), 338.

[8] Como los eruditos católicos romanos usualmente afirman “imponer las manos sobre ellos: el gesto simbolizaba la tranferencia de poder” Luke Timothy Johnson, The Acts of the Apostles (Sacra Pagina 5; Collegeville: Liturgical, 1992), 107.

[9] El comentario bíblico adventista del séptimo día data la conversión de Saulo en el 35 d.C. y el comienzo de su primer viaje misionero en el 45 d.C. Francis D. Nichol, ed. (Washington, DC: Review & Herald, 1956), 6:101-2. F. F. Bruce data la conversion en el 33 d.C. y el primer viaje misionero en el 47 d.C. Bruce, Paul: Apostle of the Free Spirit (Carlisle, UK: Paternoster, 1980), 475. Así Pablo parece haber tenido al menos una década de experiencia predicando antes de aceptar el llamado a viajar al extranjero.

[10] “La partida de los misioneros fue precedida por una nueva sesión de oración y ayuno, esta vez sin ninguna duda un período de intercesión para su obra futura… un acto de bendición en el cual la iglesia se asoció con ellos y los encomendó a la gracia de Dios (14:26), y no una ordenación a una vida entera de servicio, mucho menos un nombramiento al apostolado” Howard Marshall, Acts, 216.

“Lucas no retrata este evento como una ordenación de algún tipo de puesto eclesiástico, y ciertamente nada es dicho aquí acerca de los dos siendo ordenados como apóstoles en esta situación. Ambos hombres ya eran maestros y profetas en la congregación y así también ya eran líderes proclamadores. Ellos simplemente fueron apartados para una tarea misionera específica, y la imposición de manos indica el reconocimiento y el respaldo por estos líderes eclesiásticos del llamado de Dios en este asunto” Ben Witherington, The Acts of the Apostles: A Socio-Rhetorical Commentary (Grand Rapids: Eerdmans, 1998), 394-5.

[11] Pero ver Ellen G. White, El Deseado de todas las gentes, 262.

[12] Pocos han resumido esta declaración de Jesús mejor que Richard Hays:

“Los continuos intentos de los discípulos de pelear por posición en la ley del más fuerte ([Marcos] 9:33-34, 10:35-37) muestra que ellos aún no había tomado la naturaleza del reino de Dios o de su propio llamado. Aquellos que son llamados a la comunidad de los discípulos de Jesús deben ser sirvientes, y el patrón para este servicio es definitivamente mostrado por Jesús, que vino a entregar su propia vida por la causa de otros… Ser un seguidor de Jesús es compartir su vocación de servició sufrido, renunciando al deseo mundanal por poder. Entre los “gentiles”, la dominación y la enfatización propia son la regla, pero en la nueva comunidad de seguidores de Jesús, es otra lógica la que se aplica” Richard B. Hays, The Moral Vision of the New Testament: A Contemporary Introduction to New Testament Ethics (San Francisco: Harper, 1996), 82.

[13] “La falta apostólica de creencia en el reporte en 24:11 muestra que las mujeres estaban muy delante de los discípulos” Darrell L. Bock, Luke: Volume 2: 9:51–24:53 (Baker Exegetical Commentary on the NT; Grand Rapids:Baker, 1996), 1896.

[14] 15 “∆ιακονέω (proveer) es una expresión para varios servicios que tanto en Lucas como en la literatura cristiana primitiva, en el caso de mujeres usualmente hospitalidad y liderazgo de la casa (como con la suegra de Pedro en 4:39)… Estas mujeres era responsables de proveer a la comunidad de Jesús y usaron sus propios recursos para hacerlo” François Bovon and Helmut Koester, Luke 1: A Commentary on the Gospel of Luke 1:1–9:50 (Hermeneia;Minneapolis: Fortress, 2002), 301.

[15] Dado que Pedro sabía a donde ir después de ser liberado de prisión, el grupo debía haber tenido un lugar regular de reunión (Barrett, Acts, 584). Quizás Pedro pertenecía el mismo a esta casa-iglesia (Bruce, Acts, 238).

[16] Dado que Apolos tenía un entendimiento defectuoso del bautismo, sabiendo únicamente del bautismo de Juan y no del bautismo de Jesús (Hechos 18:25) los eruditos han debatido extensamente si el debería incluso ser categorizado como un cristiano a ese tiempo. La mayoría de los eruditos piensan que debería. Para un resumen de la discusión ver Witherington, The Acts of the Apostles, 564-66. En cualquier caso, Apolos se benefició grandemente de la corrección privada y la tutoría de Priscila y Aquila.

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