La Teología del Miedo

En el año 2004, en las elecciones presidenciales de los EEUU, las encuestas daban resultados muy reñidos entre John Kerry, el candidato demócrata, y George Bush, el por ese entonces presidente republicano que buscaba la reelección. Cuatro días antes de las elecciones la prensa árabe publicó un video de Osama Bin Laden amenazando la seguridad de Norteamérica. Inmediatamente después Bush ganó 6 puntos en las encuestas. El día de la elección George Bush consiguió ser reelecto.

Muchos analistas políticos declararon que el video de Bin Laden motivó a los ciudadanos norteamericanos a votar a Bush, incluso el Subdirector de la CIA declaró: “Bin Laden ciertamente le hizo un gran favor hoy al Presidente” [1], refiriéndose al video.

La historia nos demuestra que la gente muchas veces toma decisiones por miedo. El deseo de evitar que suceda un mal hace que la gente elija a aquellos que pueden protegerlos. El deseo de seguridad, y el miedo al peligro, son un gran motivador. Los líderes lo saben, incluso los religiosos.

Ya en el tiempo de Jesús el miedo fue utilizado por motivos religiosos. Caifas, el sumo sacerdote, deseaba convencer al Sanedrín de matar a Cristo. Y su mejor argumento fue el miedo:

“Entonces los jefes de los sacerdotes y los fariseos convocaron a una reunión del Consejo. —¿Qué vamos a hacer? —dijeron—. Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas.

Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en él, y vendrán los romanos y acabarán con nuestro lugar sagrado, e incluso con nuestra nación.

Uno de ellos, llamado Caifás, que ese año era el sumo sacerdote, les dijo: —¡Ustedes no saben nada en absoluto! No entienden que les conviene más que muera un solo hombre por el pueblo, y no que perezca toda la nación.

Así que desde ese día convinieron en quitarle la vida.” (Jn. 11:47-50, 53)

El argumento de  Caifás era simple. Era mejor que muriera un solo hombre (es decir Jesús) y no que por culpa de solo este hombre hubiera una rebelión y lo romanos castiguen a toda la nación judía.

Sin embargo, hay algo interesante en esta situación. Los fariseos y miembros del sanedrín no negaron que los milagros fueran reales, no acusaron a Jesús de ser un falso mesías. Ellos sabían muy bien que Jesús hacía “muchas señales milagrosas” (v. 47) y no tenían argumentos para negar el poder de Cristo. El motivo por el cual acordaron en matar a Jesús no fue porque él hiciera falsos milagros, sino por miedo de que con su poder termine provocando una rebelión.

Hoy en día también hay personas que, al igual que Caifás, utilizan el miedo como un argumento para convencer a otros, especialmente en el tema de la Ordenación de la Mujer. La mayoría de los oponentes de la OM, como Esteban Bohr, Larry Kirkpatrick, Doug Batchelor, etc, suelen declarar que apoyar la Ordenación de la Mujer llevará a que la Iglesia Adventista a aceptar la homosexualidad y el método histórico-crítico para estudiar las Escrituras. De modo que la OM se convierte en la puerta que hará que la Iglesia caiga en la apostasía y que sea invadida por la satánica cultura moderna ¡Esto suena aterrador!

Creo que ningún adventista sincero quiere que nuestra Iglesia deje de aceptar la Biblia como nuestra regla de Fe y la infalible Palabra de Dios, ni que la homosexualidad sea aceptada y promovida. Así es como muchos adventistas sinceros caen en la trampa de rechazar la OM solo por miedo.

Pero seamos sinceros ¿Cuánta verdad hay en este argumento del miedo?

Para empezar, vimos que Caifás no podía negar que Jesús hiciera milagro. Hasta cierto punto él creía que Jesús realmente era un hacedor de milagros y no tenía argumentos para probar lo contrario, así lo que único que podía hacer era utilizar el miedo para convencer a la gente de rechazar a Cristo.

Indudablemente cuando alguien usa este argumento de miedo lo que en realidad está haciendo es demostrar que no tiene argumento bíblicos o inspirados para probar su postura. Y debido a que no tiene evidencia bíblica, no le queda otra que asustar a la gente para que apoyen su posición.

Pero vayamos a la realidad ¿Qué chances hay de que nuestra amada Iglesia Adventista realmente acepte la homosexualidad o el método histórico-crítico?

Veamos un punto a la vez:

En el Concilio de la Asociación General (GC por sus siglas en inglés) del año 2010 se decidió actualizar el Manual de Iglesia. Un delegado de la División Trans-Europea, que apoyaba la homosexulidad, sugirió cambiar la definición de matrimonio que poseía el Manual de Iglesia por este:

“El matrimonio es una relación monógama y amorosa entre dos adultos mutuamente consensuada”, y de paso eliminar la definición anterior que hablaba de una “relación heterosexual” [2].

El rechazo fue masivo y pronto hubo una cola de personas esperando su turno para hablar en contra. Esta sugerencia terminó siendo rechazada por “una amplia mayoría”.

Lo cierto es que la Iglesia Mundial ha rechazado cada intento de legitimar la homosexualidad. La IASD declara que Dios ama a todas las personas, incluyendo a los homosexuales. Pero su plan para la humanidad consiste en un matrimonio entre dos personas heterosexuales.

Sobre el método histórico-crítico, primero que nada hay que aclarar de qué estamos hablando. La mayoría de las personas que se oponen este método ni siquiera saben a qué se refiere.

Existen diferentes métodos para estudiar la Biblia. Con “método” nos referimos a los procesos y procedimientos que se realizan para analizar un texto. El método histórico-crítico hace énfasis en analizar el contexto cultural e histórico en que cada obra fue compuesta (esto incluye el lugar, tiempo, tradición, antecedentes, forma literaria, idioma original, etc.). Generalmente quienes utilizan este análisis rechazan la inspiración divina y consideran que la Biblia es una obra puramente humana.

La IASD ha utilizado generalmente el método histórico-gramatical, que se enfoca más en analizar el texto y buscar que es lo que cada autor inspirado escribió. Para ello se hace uso de la hermenéutica y la exégesis.

Lo cierto es que, si bien algunos eruditos adventistas utilizan el método histórico crítico, la IASD ha rechazado este método consistentemente. El actual presidente de la IASD, el Pr. Ted Wilson declaró que el método histórico-crítico es “uno de los más grandes ataques contra la Biblia, la creación, el entendimiento profético, el mensaje del santuario y muchas otras creencias bíblicas adventistas del séptimo día”, y que utiliza “acercamientos no bíblicos” y por eso constituye “un enemigo mortal de nuestra teología y misión” [3].

La mayor parte de la erudición adventista rechaza el método histórico-crítico, incluso la Sociedad Teológica Adventista (ATS por sus siglas en inglés), que es la asociación más grande que reúne a teólogos adventista,  tiene como requisito de admisión rechazar el método histórico-crítico [4].

A pesar que el mundo académico adventista ha rechazado este método, si ha incorporado el análisis del contexto histórico y cultural como una herramienta útil para entender mejor el mensaje bíblico.

Conclusión

Seamos sincero, la posibilidad que se acepte la homosexualidad o el método histórico crítico son remotas. Cualquiera que desee asustarlos con este argumento es una persona que no tiene argumentos bíblicos. Porque el miedo evita que la gente investigue. El temor no te permite estudiar y pensar. Nadie que este atemorizado intentara buscar la verdad. Recuerda: nadie que tenga argumentos confiables, verdaderos y convincentes va a intentar usar el miedo para convencer a las personas. Recordemos que el argumento del miedo le funcionó a Caifás una vez, y la gente rechazó a Cristo. No dejemos que funcione de nuevo.


Referencias

[1] Ron Suskind, One Percent Doctrine (New York: Simon & Schuster Paperbacks, 2006), 336

[2] http://archives.adventistreview.org/issue.php?issue=2010-1525&page=2

[3] http://www.adventistreview.org/affirming-creation/god’s-authoritative-voice

[4] El artículo III, sec 1 de la constitución de la ATS.

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