Pastora Tara VinCross – El Ministerio es un Ministerio

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El Ministerio es un Ministerio

Los adventistas del séptimo día en el mundo estarán observando cuidadosamente las deliberaciones de la Asociación General en San Antonio, Texas, este verano, donde a los delegados se les hará la pregunta de si permitir o no que las uniones de la iglesia mundial decidan acerca de la ordenación de la mujer. Este artículo no trata este tema, sino el de la experiencia floreciente de las pastoras que sirven a congregaciones adventistas en Norteamérica, una práctica totalmente en armonía con las políticas votadas por la iglesia y con acciones previamente tomadas durante las sesiones de la Asociación General.

Cambio de Perspectiva acerca de las Pastoras

Imagina que tú y tu iglesia están esperando ansiosamente a que el administrador de tu asociación anuncie el nombre de tu nuevo pastor. Ahora imagina que ese nombre se anuncia y de repente te das cuenta que tu nuevo pastor es una mujer. Cuál es tu reacción? Qué piensas? Qué sientes?

Este escenario tuvo lugar en Chestnut Hill, suburbio de Filadelfia en 2008 mientas la Asociación de Pensilvania anunciaba que recomendaba a Tara Vin-Cross como pastora. Aunque algunos aceptaban la idea de una pastora, otros tenían dudas.

Lisa Arosarena recuerda “No me gustaba la idea, y no quería estar aquí si eso era lo que iba a pasar.”

June Davis rememora “Cuando el presidente de la asociación recomendó que tuviéramos una pastora, creo que todos estábamos bastante aturdidos y no necesariamente acostumbrados a la idea. Teníamos miedo. No pensábamos que ella podría asumir el tipo de liderazgo que nuestra iglesia necesitaba.”

Jesse Spencer reflexiona “Me crié con el concepto de que el pastor es un hombre. Estaba muy enojado.”

Graziella Mann recuerda “Pensé, rotundamente no. No estaba muy contenta acerca de la perspectiva de tener otra guerra en la iglesia. Así que dije que no.”

El Miedo se Transforma en Gozo

     La mayoría de los adventistas de Norteamérica no han sido servidos por una pastora. Actualmente hay un poco mas de 100 pastoras de alrededor de 3500 pastores de la congregación. Para muchos, la idea de tener a una pastora es nueva y no ha sido procesada por medio de la experiencia. Como Lisa, el miedo a lo desconocido y la posibilidad de cambio son incómodos. Como Jesse, el concepto de una mujer en un rol que tradicionalmente ha sido masculino trae dudas respecto a lo adecuado del rol. Algunos pueden identificarse con June, quien está comprometida con la denominación adventista y está preocupada respecto a las preguntas que tener una pastora crea en relación a las normas, las prácticas y las enseñanzas bíblicas. Y para Graziella, quien es una apasionada por la misión de la iglesia, la posibilidad de conflictos innecesarios amenaza con poner la energía de la congregación fuera de foco.[1]

Muchos pueden empatizar con los miembros de Chestnut Hill debido a sus propias reservas y ansiedad respecto a ser servidos por una pastora. Pero así y todo ellos, a través del estudio sincero acompañado por la oración, están descubriendo respuestas que transforman sus temores en apoyo gozoso.

Si Hubieran 20 Donde Ahora Hay 1

Aunque la práctica de tener mujeres pastoras sea nueva para la mayoría de los miembros, no es nueva para la denominación adventista, de acuerdo al historiador Stan Hickerson. Cuando la denominación, que se estaba expandiendo rápidamente, tuvo una escasez crítica de trabadores durante la década de 1870, Elena de White hizo una apelación en la revista Adventist Review and Sabbath Herald por más mujeres predicadoras en 1879. “Si hubiesen veinte mujeres que hiciesen del trabajo misionero su trabajo más preciado donde ahora hay una, veríamos a muchos más convertirse a la verdad. La influencia suave y refinadora de las mujeres cristianas se necesita en la gran obra de predicar la verdad.”[2]

“Se tomó en serio este artículo”, dice Hickerson. “Ese verano las asociaciones del medio oeste empezaron a dar licencias para el ministerio a muchas mujeres. La Asociación de Minnesota otorgó licencias a cuatro mujeres sólo en un año.”[3] Pronto hubo una pastora por cada 5000 miembros, un nivel nunca alcanzado desde entonces.

El número de pastoras comenzó a declinar durante la Gran Depresión de la década de 1930 y no volvió a resurgir hasta la última parte del siglo XX y principios del siglo XXI, cuando hubo mujeres sirviendo en todas las posiciones del pastorado, inclusive como pastoras principales de grandes congregaciones adventistas. Aun así, la proporción de pastoras es de una pastora por cada 10000 miembros en la División Norteamericana, lo que constituye sólo la mitad de las pastoras que hubo en las primeras décadas de la iglesia adventista.

Oposición Desde Afuera de la Denominación

Hubo objeciones a que las mujeres hablasen en la iglesia en los primeros días de la fe adventista, no desde adentro, sino de aquellos que se oponían a esta nueva denominación. “Los pioneros adventistas siempre han apoyado a las mujeres en el ministerio; todo tipo de ministerio, incluyendo el evangelismo, la predicación, la dirección de ministerios, el ministerio del colportaje, no importa lo que sea, los adventistas estaban a favor de las mujeres en el ministerio”, dice Denis Fortin, profesor del Seminario Teológico de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. [4]

Los oponentes del adventismo veían en esta práctica una violación a su compresión de las Escrituras, específicamente a la idea de que ciertos textos sólo permiten que los hombres sean líderes espirituales. Los pioneros enfrentaban este argumento explicando que estos textos eran específicos a una cultura y no aplicables universalmente.

Fortin cuenta la historia de una nota que circuló entre los asistentes a una reunión en una carpa en el norte de California en la que Elena de White estaba hablando, en marzo de 1880. La nota preguntaba por qué una mujer estaba hablando cuando la Biblia dice que las mujeres no deben hablar en la iglesia. La nota finalmente llegó a la plataforma, donde Stephen Haskell respondió la pregunta y “expresó el significado de las palabras del apóstol.” Al día siguiente, Elena de White reflexionó acerca del incidente en una carta a su esposo James. En la carta ella afirmó la interpretación del texto de Haskell.[5]

El punto de vista de Haskell es una interpretación usual actualmente, como se percibe en el artículo del Instituto de Investigación Bíblica (Biblical Research Institute) de la Asociación General respecto a 1 Corintios 14:34, donde Pablo escribió “vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice.” (RV 1960).

Ángel Rodríguez escribe: “No deberíamos interpretar la declaración de Pablo  como la afirmación de que se prohíbe que las mujeres hablen en la iglesia permanentemente. La razón por la que Pablo dio su consejo es que tal conducta es inadecuada para las mujeres cristianas en la iglesia. La iglesia no es el lugar para que una persona -hombre o mujer- incurra en controversias verbales con aquellos que están a cargo de instruir a la congregación.”[6]

Mujeres Líderes en la Biblia                      

     Aunque el rol de liderazgo de los pastores adventistas del siglo XXI no tiene un equivalente exacto en las Escrituras, hay muchos ejemplos de mujeres de gran influencia en la Biblia. Desde Sara, María, y Ester hasta María Magdalena y la mujer samaritana en el pozo, las Escrituras están llenas de ejemplos de mujeres fuertes ejerciendo roles significativos de liderazgo dentro y fuera del templo y de la iglesia.

JoAnn Davidson, profesora de teología sistemática en el Seminario Adventista de Teología, tiene dos favoritas:

“La historia de Jueces cuenta que el pueblo de Israel continuaba alejándose de Dios y entonces clamaron a Dios por su liberación y Dios envió a una jueza, Débora. Y ella, de todos los jueces en el libro, es la única que no cayó en apostasía.”

En el Nuevo Testamento, Davidson resalta a Febe. “Se la traduce como ‘la sierva del Señor’, cuando en griego la palabra real es diaconisa, igual que Esteban y Felipe. Ella es una diaconisa. Los diáconos bautizaban y predicaban. Ella tenía todas las funciones de liderazgo, lo que incluía  la predicación, era una persona muy capaz que Pablo recomienda mucho.”[7]

Las Distinciones de Género Dadas por Dios

     Algunos tal vez temen que el incluir a las mujeres al pastorado desdibuje las distinciones de género. Richard Davidson, profesor de interpretación del Antiguo Testamento, lo ve de una manera totalmente diferente. En lugar de desdibujar las líneas que separan a los géneros, el utilizar a pastores y pastoras en realidad brinda las características únicas que cada género aporta. Davidson cree que sólo los dos géneros reflejan totalmente la imagen de Dios.

Él señala que la palabra hebrea “Adam” no significa hombre: significa humano. Dios creó a la humanidad en su propia imagen, hombre y mujer. “Si vamos a tener pastores/líderes que representen a Dios como portadores de su imagen, me parece que la única opción adecuada sería que tengamos a la imagen completa de Dios representada, y esa imagen incluye a hombres y mujeres.”[8]

Tal vez era esto lo que Elena de White tenía en mente cuando resaltó las características únicas que las mujeres pueden brindar al ministerio del pastorado: “Se necesita la influencia refinadora y suavizadora de las mujeres cristianas en la gran obra de predicar la verdad.”[9]

Pastores como Walt Williams y Stan Patterson han experimentado el efecto del ministerio femenino por sí mismos. Williams aprecia la perspectiva única que las mujeres aportan a la predicación. “Cuando tengo el privilegio de escuchar el sermón de una mujer, escucho perspectivas diferentes acerca de la naturaleza de Dios; de cómo una mujer oye el mensaje de las Escrituras desde su contexto.”[10]

Stan Patterson descubrió “que tener a una pastora como parte del equipo respondió muchas de las frustraciones que enfrenté como pastor trabajando solo. Ella pudo hacer cosas que yo simplemente no podía hacer.”[11]

Hyveth Williams, profesora de homilética del Seminario Adventista del Séptimo Día de la Universidad de Andrews, cree que las congregaciones se beneficiarían al contratar pastoras. “Muchas veces las mujeres tenemos más éxito al lidiar con los conflictos de egos que ocurren en las congregaciones. Las mujeres solemos escuchar y evaluar las cosas y evitar la trampa del “Yo estoy a cargo”. Nosotras abrazamos a las personas y decimos “Estamos juntos en esto.”[12]

Y San Antonio?

Algunos pueden plantearse si la pregunta que se hará en la sesión de la Asociación General en este año (2015) acerca de si se permitirá que las divisiones sean libres de elegir ordenar mujeres afectará el rol de las pastoras de la División Norteamericana. Kyoshin Ahn, secretario asociado de la División Norteamericana dice “No lo hará y no debería hacerlo. Sea cual fuere el resultado, la Iglesia Adventista en Norteamérica continuará experimentando el crecimiento del número de mujeres que están profundamente convencidas de haber recibido un llamado de Dios para trabajar en el ministerio del evangelio y para ser una bendición para muchos.” Él señala que las normas de la Asociación General vigentes en la actualidad  no discriminan por género a los candidatos al pastorado.[13]

 Chestnut Hill Cinco Años Después

     Muchos cambios ocurrieron en la vida de los líderes de Chestnut Hill desde que llegó su nueva pastora. Jesse Spencer se enojó cuando supo que tal vez tuvieran una pastora. “Pero cuando empecé a leer y me guió el Espíritu Santo, sentí que lo que estaba sintiendo no era correcto.” Jesse ha sido bendecido por las predicaciones de Tara VinCross, y por la manera que ella ha utilizado para desarrollar su liderazgo.

Los sentimientos de Lisa Arosarena cambiaron cuando ella siguió el consejo del Gamaliel en el Nuevo Testamento: “Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios. (Hechos 5:38,39). Lisa abrió su corazón y el amor de Cristo manifestado en la vida de VinCross así como su amor por las almas fueron lo que la llevaron a creer que “Dios la ha capacitado para ser la líder aquí.”

Los temores de June se acallaron luego de que ella pudo ver la hermosa personalidad de la pastora VinCross. “A menudo hablamos de que tiene una relación personal con Jesús y esta relación penetra nuestra congregación y se refleja en todos nosotros.”

Escrito por Dave Gemmell, director asociado de la Asociación Ministerial de la División Norteamericana.

Traducción de Karina Bresla.


 

Referencias 

[1] Documental acerca de Chestnut Hill: https://vimeo.com/59571048.

[2] Elena de White en Review and Herald, 2 de enero de 1879. Esta cita fue tomada de una serie de artículos de tres partes titulada “Address and Appeal, Setting Forth the Importance of Missionary Workers” (Discurso y Apelación, Exposición acerca de la Importancia de los Trabajadores Misioneros”, 12 de diciembre de 1878; 19 de diciembre de 1878; 2 de enero de 1879.

[3]  Stan Hickerson, video entrevista, 24 de septiembre de 2011, https: vimeo.com/54522581.

[4] Denis Fortin, video entrevista, 24 de septiembre de 2011, https: vimeo.com/113495784.

[5] Elena de White, Ellen G. White Manuscript Releases (Manuscritos Liberados de Elena de White) (Silver Spring, MD.: Ellen White Estate, 1990) Vol. 10, p.70

[6] https: adventistbiblicalresearch.org/materials/bible-nt-texts/1-corinthians-1434-35.

[7] JoAnn Davidson, video entrevista, 24 de septiembre de 2011, https://vimeo.com/54521653.

[8] Richard Davidson, video entrevista, 24 de septiembre de 2011, https://vimeo.com/54522107

[9] Elena de White en Review and Herald, 2 de enero de 1879.

[10] Walton Williams, video entrevista, 24 de septiembre de 2011, https://vimeo.com/54366002.

[11] Stan Patterson, video entrevista, 24 de septiembre de 2011, https://vimeo.com/54376986.

[12] Hyveth Williams, video entrevista, 24 de septiembre de 2011, https://vimeo.com/54287288.

[13] General Conference Working Policy (Normas Vigentes de la Asociación General), BA 60 10.

One thought on “Pastora Tara VinCross – El Ministerio es un Ministerio

  1. No soy pastora, pero sí hago evangelismo con frecuencia. Es el llamado que Dios me ha hecho. El mes pasado fui invitada a una pequeña congregación rural, Consolación del Sur, de la provincia Pinar del Río al Occidente de Cuba. Un grupo de pastores de Estados Unidos habían organizado una campaña en la zona y el que debía predicar en esa iglesia sufrió un accidente y no pudo venir. El tema eran las profecías bíblicas. El pastor buscó a varios evangelistas, pero todos tenían otros compromisos. Varios pastores le hablaron de mí, así que él me cuenta que finalmente dijo, tiene que ser ella y se decidió a llamarme. Después de haberle confirmado que podría predicar esa semana, el pastor le anunció a la iglesia “ya tenemos evangelista” y como él mismo me explica luego, lo dijo de esa manera, para no dejar traslucir ninguna marca de género, me cuenta “no quería que se pusieran a pensar ah, es una mujer”. Para gloria de Dios, la iglesia estuvo todas las noches. Tuvimos bautizos y quedaron muchos interesados. El Espíritu obró, no solo en los inconversos, sino en los propios creyentes. Según tengo entendido, lo mismo ocurrió en las demás iglesias, donde estban predicando hombres.

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