Junia, una apóstol mujer
Resolviendo los asuntos interpretativos de Romanos 16:7
Por Dennis J. Preato
Saluden a Andrónico y a Junia, mis parientes y compañeros de cárcel, destacados entre los apóstoles y convertidos a Cristo antes que yo.
Introducción
El propósito de este artículo es resolver dos grandes problemas interpretativos en Romanos 16:7. El primero se trata de resolver el género de la persona llamada Iounian. ¿Fue esta persona una mujer? La palabra griega Iounian ha sido traducida como “Junías” (masculino) y como Junia” (femenino). El segundo problema trata con el significado de la frase episemoi en tois apostolois. Andrónico y Junia fuera o “muy estimados por los primeros líderes eclesiásticos (apóstoles) o ellos mismos eran considerados apóstoles[1]. La resolución de estos asuntos interpretativos puede tener importantes implicaciones sobre como la iglesia debe llevar a cabo su continuo mandato. Analizar Romanos 16 contribuirá a una mejor comprensión de que tanto hombres como mujeres son participantes en todas las áreas en la iglesia. Ellos fueron ministros, diáconos, líderes e incluso apóstoles.
Los Dos Puntos de Vista: Varón o Mujer
Parte del problema interpretativo es que la palabra Iounian, traducida como Junia(s) aparece solo una vez en el Nuevo Testamento en Griego (NTG) t aparece en caso acusativo con un cierto acento. El uso o la ausencia de tal acento es un factor significativo que explica las variaciones textuales que aparecen en el NTG. Los manuscritos griegos más antiguos y confiables no contienen acentos ni signos de puntuación. Adicionalmente, el NTG incluye apoyo temprano para un nombre femenino Ioulian, traducido como “Junia”. De acuerdo con Douglas Moo, el problema con identificar a esta persona “surge del hecho de que la forma griega usada aquí, Iounian, dependiendo de cómo se acentúe, podría referirse a (1) un hombre con el nombre “Junianus”, encontrado aquí en su forma contraída “Junias” o a (2) una mujer con el nombre de Junia”[2]. El uso de esos acentos no apareció sino hasta el siglo IX y X.
Adicionalmente, hay una limitada información externa que específicamente discuta el género de la persona a la que Pablo se estaba refiriendo como Iounian. ¿A qué se debe esto? Probablemente debido a que este asunto no le preocupaba a aquellos que vivían en el tiempo de Pablo. La comunidad cristiana primitiva del siglo uno ciertamente hubiera conocido el género de la persona en cuestión. Por lo tanto, un análisis cuidadoso de la evidencia ofrecida por los manuscritos, escritos de líderes cristianos y la investigación académica arrojará más luz para resolver estos asuntos.
Evidencia para un nombre masculino: Manuscritos
Las Biblias y los comentadores generalmente utilizan Nuevo Testamentos en Griego en su traducción e interpretación. Tanto los Nuevo Testamentos en Griego de la UBS4 y la NA27 muestran a Iounian con un acento circunflejo sobre el alfa, lo cual apunta a “Junias” que es la forma contraída de Junianus, un nombre masculino[3]. El apoyo para “Junias” es atestiguado por B2, D2, Yvid, 33 y un cierta cantidad de minúsculos fechados entre los siglos IX y XIV. Crisóstomo es también mencionado como apoyo para esta postura como leccionario.
Debate. Si existe un poco de evidencia externa para apoyar una lectura de “Junias”. Sin embargo, este apoyo no está entre los testimonios más antiguos disponibles. La mayoría del apoyo para Junias viene de números manuscritos minúsculos de principalmente los siglo XIII y XIV. Estos minúsculos tardíos contienen acentos reflejando la interpretación del copista de que Iounian era un nombre masculino[4]. El minúsculo 33 es listado como apoyo para Junias. Sin embargo, de acuerdo a Douglas Moo, este minúsculo del siglo IX en realidad representa una importante excepción a la forma contraída y apoya la forma femenina antes que la masculina[5]. De acuerdo a muchos eruditos, incluyendo Bernadette Brooten, Peter Lampe, Leonard Swidler, Bruce Metzger y Dianne McDonnel, el nombre masculino “Junias” no es atestiguada en escritos antiguos[6]. Adicionalmente, el NTG USB4 puede haber listado a Crisóstomo incorrectamente como apoyo para un “Junias” masculino. De acuerdo a John Piper y muchos otros, Crisóstomo en realidad es un testimonio para una Junia femenina y no un Junias masculino[7].
Evaluación. El citado apoyo de manuscritos y leccionarios provee poca justificación para apoyar una lectura
Evidencia para un nombre masculino: Líderes eclesiásticos y escritos.
John Piper y Wayne Grudem declaran que Epifanio (315-403) escribió un Índice de Discípulos, en el cual escribe: “Iounias, de quien Pablo hace mención, se convirtió en obispo de Apameia de Siria”. De acuerdo a ellos, Epifanio escribió “de quien” como un pronombre masculino relativo por lo tanto indicando aquí que él pensaba que Iounias era un hombre[8]. Pipim y Grudem también presentaron los resultados de su búsqueda computarizada de antiguos escritos griegos buscando el nombre “Junia”. Basados en sus descubrimientos, ellos concluyeron que “nadie debe declarar que Junia era un nombre griego común en el mundo griego, dado que solo hay tres ejemplos conocidos en toda la literatura griega antigua”[9].
Debate. Douglas Moo habla sobre Epifanio y cuestiona la confiabilidad de la evidencia pues en el mismo pasaje Epifanio piensa que “Prisca” (Priscila) era un hombre[10]. Este padre de la iglesia también escribió que creía que “el sexo femenino es fácilmente seducido, débil y sin mucho entendimiento. El Diablo busca vomitar este desorden a través de mujeres… Nosotros queremos aplicar el razonamiento masculino y destruir la insensatez de estas mujeres” (Epiphanius, Adversus Collyridianos, Migne, Patrologia Graeca, Volumen 42, Columna 740 f)[11].
La búsqueda computarizada de Piper y Grudem no es conclusiva respecto a su declaración de que “Junia” no era un nombre común en escritos antiguos. Muchos eruditos, incluyendo a Brooten, Lampe, Metzger, Moo, McDonnell y Osburn declaran otra cosa, que “Junia” si era un nombre común. Sin embargo, la significancia real de la búsqueda de Piper y Grudem es el hecho de que ellos no pudieron citar ningún ejemplo de un varón llamado “Junias”. James Walters declara: “Los investigadores no han sido capaces de localizar ni siquiera un solo ejemplo del nombre masculino Junias en la literatura o inscripciones antiguas, ni en Latín ni en Griego”[12].
Evaluación. La observación hecha por Moo y las declaraciones misóginas de Epifanio acerca de las mujeres arrojan fuertes dudas acerca de la propiedad de su persona al proveer cualquier evidencia objetiva en apoyo a la lectura masculina. Sus creencias acerca de las mujeres ciertamente han predispuesto su pensamiento y sus escritos. Por lo tanto, no podemos concluir que este padre de la iglesia es un testigo creíble y objetivo. La búsqueda computarizada realizada por Piper y Grudem no ofrece evidencia de una lectura masculina.
Evidencia para un nombre femenino: Manuscritos primitivos.
De acuerdo a Douglas Moo, Los Nuevo Testamentos en griego del UBS4 y del NA27 citan “Junia” como una variante textual[13]. Esta variante textual es atestiguada por los Códices Sinaiticus (a), A, B*, C, D*, F, G, P. El NTG también cita a “Julia” como una variante textual. Apoyo para este nombre femenino es evidenciado por P46, 6, itar, b, vgmss, copbo, eth, y el Padre de la Iglesia Jerónimo.
De acuerdo a muchos eruditos, Junia era un nombre común que aparece en inscripciones y en la literatura griega y latina. Brooten declara: “el nombre femenino latino Junia aparece más de 250 veces solo en inscripciones de la antiguo Roma”[14]. Peter Lampe también ha descubierto más de 250 ejemplos del nombre femenino “Junia”[15]. Bruce Metzer, editor del NTG, del mismo modo está de acuerdo de que Junia está bien atestiguada en la literatura antigua.
Debate. El apoyo para el nombre femenino Julia es evidenciado por P46, un manuscrito antiguo datado alrededor de 200 d.C. Este papiro represente el testimonio más antiguo y más confiable en apoyo a Julia. El cóptico del siglo III, la Vulgata de siglo IV, y las versiones en latín del sigo V proveen apoyo adicional para este nombre femenino. Estos manuscritos tempranos claramente apoyan a una mujer llamada “Julia”. Junia, la otra variante textual, es apoyada por los manuscritos más antiguos disponibles. El Codex Sinaítico data del siglo IV y es la copia completa más temprana del Nuevo Testamento Griego[16]. Los códices A, B, C, y D datan de los siglos IV y V y representan un amplio espectro de “tipos textuales”. Estos testigos tempranos, por sí mismos, no revelan claramente como el Iounian sin acento debería ser traducido. Pero la evidencia acumulada provista por otros manuscritos antiguos, la existencia de “Junia” como un nombre común en tiempos antiguos, y la falta de evidencia para “Junias” no puede ser ignorada. No es irrazonable declara, tal como Moo lo hace, que estos testigos tempranos son testimonios para “Junia”.
Evaluación. La calidad y la edad de los manuscritos de arriba proveen un apoyo fuerte para un nombre femenino ya se “Julia” o “Junia”. La investigación de muchos diferentes eruditos claramente apoya que el nombre femenino “Junia” aparece frecuentemente en escritos antiguos.
Evidencias para un nombre femenino
Al comentar Romanos 16:7, Juan Crisóstomo (347-407) declara:
“Saluden a Andrónico y Junia… que son destacados entre los apóstoles. ¡Ser un apóstol es algo grandioso! ¡Pero ser destacado entre los apóstoles, solo piensen en que alabanza más maravillosa es eso! Ellos estaban destacándose debido a sus obras y virtuosas acciones. De hecho, cuán grande debe haber sido la sabiduría de esta mujer para ser considerada digna del título de apóstol”[17].
Crisóstomo no era el único en confirmar que el género de Junia era femenino. Comentadores primitivos como Orígenes de Alejandría (185-253) entendieron que el nombre era femenino[18]. Otros, incluyendo a Jerónimo (340-419), escribieron que Junia era mujer (Liver Interpretationis Hebraicorum Nominum 72,15.). Hatto de Vercelly (924-61), Teofilaco (1050-1108) y Pedro Abelardo (1079-1142)[19].
Debate. La evidencia externa de los escritos de los líderes de la iglesia primitiva testifica que Junia era una mujer apóstol. Eruditos actuales proveen una mayor comprensión. Comentando el género de Junia, Leonard Swiddler declara: “Hasta donde sé, ningún comentador del texto (Romanos 16:7) antes de Aegidus de Roma (1245-1316) tomó el nombre como masculino”[20]. Douglas Moo está de acuerdo con que los comentadores antes del siglo XIX estaban unánimemente a favor de la variante femenina[21]. Stanley Grenz mantiene que “el género de Junia no fue un tema controversial en la era patrística… Orígenes asume que la amiga de Pablo era una mujer… Crisóstomo, que no era un defensor de las mujeres obispos, expresa una elevada consideración por Junia[22]. Ray R. Schulz declara que los Padres de la Iglesia estaban de acuerdo que Junia era una apóstol mujer[23].
Desde los tiempos más tempranos, la actitud de los “padres de la iglesia” hacia las mujeres puede ser descrito en el mejor de los casos como negativo[24]. Orígenes, Crisóstomo y otros no eran la excepción a las actitudes prevalecientes. Pero a pesar de sus actitudes negativas hacia las mujeres, ellos dieron testimonios de que Junia era mujer.
Evaluación. El testimonio de varios líderes de la iglesia hasta el siglo XII provee apoyo convincente de que Iounian era mujer.
Uno de los Apóstoles Vs. Muy estimada
El segundo asunto bajo consideración es si Andrónico y Junia estaban “entre” los apóstoles o simplemente muy estimados “por” los apóstoles. Gramaticalmente, ambos posibilidades son posibles. Es interesante, sin embargo, observar que mientras las traducciones bíblicas están divididas en cómo traducen “Iounian”, la mayoría están unánimes en el significado de “episemoi en tois apostolois”. Por ejemplo, ello “se destacan entre los apóstoles” (LBLA), “destacados entre los apóstoles” (NVI) y “son insignes entre los apóstoles” (RVA). Todas estas versiones de la Biblia traducen “episemoi en tois apostolois” como queriendo decir que ellos eran apóstoles. James Walthers declara que “virtualmente todas” las versiones de la Biblia en inglés interpretan la frase como significando que ellos estaban entre los apóstoles.
Evidencia de que eran apóstoles: Significado natural
Debate: El erudito griego A. T. Robertson declara que la frase “en tois apostolois” naturalmente significa que ellos eran contados entre los apóstoles en el sentido natural de Bernabé, Jacobo el hermano de Cristo, Silas y otros. Pero también puede significar simplemente que ellos eran famosos en el círculo de los apóstoles en un sentido técnico[25]. Moo también concluye que es más natural traducir la frase episemoi en tois apostolois como “estimados entre los apóstoles” y no “estimados por los apóstoles”. Él también declara que los primeros intérpretes argumentarían en contra de que Pablo se refiera a una mujer debido a que ellos tenían dificultad en “imaginar que una mujer pudiera ocupar [un puesto de] tanta autoridad en la iglesia primitiva”[26]. En este sentido, una traducción tal también representaría la más difícil. J. B. Lightfoot concuerda que la única forma natural para traducir “episemoi en tois apostolois” es “considerados como apóstoles”[27]. Cranfield declara que es “virtualmente seguro” que la frase significa “destacados entre los apóstolos”. Walkers, comentando la observación de Cranfield dice: “esta es la manera en que la frase fue entendida por todos los escritores patrísticos y por la mayoría de los comentadores modernos”[28]. Bauer declara que el significado normal de episemoi en tois apostolois como “destacados entre los apóstoles”[29].
Aida Besandon Spencer, ofrece la idea gramatical de que “la preposición griega en la cual es usada aquí siempre tiene la idea de “dentro”[30]. Los manuales griegos indican que en seguido por un dativo normalmente significa “en, sobre o entre”. Por ejemplo, en tois es traducido como “entre aquellos” (1 Corintios 2:6), y en tois ethnesin como “entre los gentiles” (Hechos 15:12; 1 Corintios 5:1; Gálatas 2:2; Colosenses 1:27 y 1 Pedro 2:12). Cuando en tois es seguido por un sustantivo plural referido a un grupo de personas, la palabra en es traducida como “entre”. F. F. Bruce añade que ellos no solo era “bien conocidos por los apóstoles” sino que ellos eran “miembros notables del círculo apostólico”[31]. Liddel-Scott define la palabra griega episemoi como “teniendo una marca sobre”[32]. James A. Witmer, explica que episemoi, literalmente significa “teniendo una marca [sema] sobre ellos”, por lo tanto ellos eran “ilustres, notables o destacados” entre los apóstoles”[33]. Estas definiciones parecen describirlos como que “portaban la marca” de un apóstol.
Evaluación. Numerosos eruditos contemporáneos y pasado, definiciones léxicas, y construcciones gramaticales proveen apoyo conclusivo de que ellos era “considerado como apóstoles”.
Evidencia para una Apóstol Mujer: Obispo de la Iglesia
El obispo de Constantinopla del siglo IV, Juan Crisóstomo, escribió una serie de homilías. Sobre Romanos 16:7 él notó: “Oh cuán grande es la devoción de esta mujer para que sea considerada digna del apelativo de apóstol” The Homiles of St. John Chrysostom, Nicene and Post-Nicene Fathers, Series I, 11:555; Wm B. Eerdmans Publishing Co., 1956)[34]. Crisóstomo alabó a Junia como una apóstol. Él también alabó a otras mujeres. Es significativo reflejar el siguiente comentario en referencias al saludo de Pablo a María e Romanos 16:6:
“¿Cómo es esto? ¡De nuevo una mujer es honrada y proclamada victoriosa! De nuevo los hombres son avergonzados. O más bien, no solo nosotros somos avergonzados, sino que un honor se nos es concedido. Porque recibimos un honor, el de que mujeres así estén entre nosotros, pero nosotros somos avergonzados, en que nosotros los hombres somos dejados tan atrás de ellas… Porque las mujeres de aquellos días eran más enérgicas que los leones” (Migne, Patrologia Graeca, Vol. 51, cols. 668f.)[35]
Debate. Los escritos de Crisóstomo nos proveen un conocimiento importante del ministerio de las mujeres en la iglesia primitiva. Junia era una apóstol y no fue la única mujer honrada de esa manera por la iglesia primitiva. Las declaraciones de Crisóstomo acerca de estas mujeres son particularmente convincentes especialmente a la luz de sus puntos de vistas misóginos hacia las mujeres[36].
Evaluación. Crisóstomo provee evidencia creíble y objetiva de que Junia era una mujer apóstol.
Evidencia para “muy estimados”.
Algunos intérpretes han tomado la frase episemoi en ois apotolois como si significada que ellos eran “tenido en alta estima” por aquellos que eran apóstoles. Joh Piper y Wayne Grudem simplemente dicen que ellos tenidos en alta estima o que ellos eran “notables entre los apóstoles” significando que ellos eran bien conocidos antes de que Pablo fuera convertido. Thomas Schreiner declara que si Junia era una mujer apóstol, entonces se crearía tensión porque “los apóstoles eran los mensajeros de Dios con más autoridad”. Él implica que las mujeres no podían servir a Dios en esta manera. Él declara que Romanos 16:7 no es un texto claro, pero no hace ningún intento para explicar porque él dice eso.
Debate. Piper y Grudem no ofrecen evidencia exegética para apoyar sus opiniones y concluyen “no podemos estar seguros”[37]. Sus comentarios son solo opiniones y no están basados en ninguna evidencia objetiva. Schreiner no provee evidencia objetiva para apoyar su declaración de que Junia(s) era solo muy estimada, más que su propia opinión subjetiva[38]. James Walters declara: “Es muy improbable que Pablo hubiera recomendado este par a los cristianos en Roma al decir que ellos eran “destacados ante los ojos de los apóstoles”. Los comentarios de Pablo acerca de la reputación de uno en Galatas 2:6-9 parecería argumentar en contra de él al intentar reforzar la opinión de los cristianos en Roma sobre esta pareja[39]. Craig Keener arroja serias dudas acerca de una interpretación así diciendo “Dado que ellos estuvieron encarcelados con él, Pablo los conoce lo suficientemente bien como para recomendarlos sin apelar a los otros apóstoles, cuyo juicio él nunca cita en asuntos así, y el griego es leído más naturalmente como diciendo que ellos eran apóstoles”[40].
Evaluación. No hay evidencia exegética disponible que pudiera justificar substancialmente que “muy estimados” es la lectura más probable y natural de este pasaje.
Punto de Vista Preferido
Junia era una mujer apóstol. Este es el punto de vita preferido. La evidencia es autoritativa, convincente, diversa y objetiva. Se ha demostrado que Junia era una mujer basándonos en el testimonio de manuscritos antiguos, declaraciones registradas de varios líderes eclesiásticos hasta el siglo 12, y la investigación realizada por muchos otros eruditos atestiguan que el nombre Junia o Julia existía en tiempos antiguos.
La evidencia por una lectura masculina está basada en manuscritos tardíos sujetos a la interpretaciones de los escribas que pensaban que Iounian era un varón y por la declaración de solo u líder eclesiástico que también estaba equivocado sobre el género correcto de Priscila. Las búsquedas computarizadas no pudieron encontrar ningún ejemplo de que el nombre masculino Junias existía en tiempos antiguos, ni hay evidencia alguna que pruebe que Junias fue alguna vez la forma contraída de un nombre más largo.
Junia y Andrónico eran apóstoles. Numerosos eruditos contemporáneos y pasado, definiciones léxicas, construcciones gramaticales y ejemplos escriturales proveen el apoyo más fuerte de que episemoi en tois apostolois naturalmente significa que ellos eran “destacados entre los apóstoles” tal como Crisóstomo tan elegantemente declara.
Significado de ser Apóstol
Andrónico y Junia eran apóstoles. La única cuestión sin resolver es a qué se refería Pablo por “apóstol”. James Walters ofrece cuatro formas distintas en que “apóstol” era usado en el Nuevo Testamento:
- Los Doce seguidores originales de Jesús
- Personas que habían visto al Señor resucitado y habían sido comisionados por Él (1 Corintios 9:1; 15:1-11)
- Un misionero exitoso al levantar iglesias, trabajar y sufrir por el evangelio (el argumente subyacente de Pablo en 2 Corintios)
- Un emisario o misionero enviado por una iglesia particular para realizar tareas específicas (2 Corintios 8:23 y Filipenses 2:25)[41].
La primera y la cuarta opción pueden ser tachadas porque ellos no estaban entre los Doce, y su apostolado no estaba específicamente asociado con una iglesia o tarea específica. Elegir entre las opciones restantes 2 y 3 es más problemático. Ellos ciertamente podrían haber estado en ambos grupos. Sencillamente no lo sabemos. Ellos podrían haber ministrado juntos como una pareja casada. Un paralelo interesante entonces existiría con Priscila y Aquila, que son mencionados por Pablo en Romanos 16:3-5a. Nosotros si sabemos que Pablo no le asignó roles específicos en su saludo a Andrónico y Junia, ni tampoco la iglesia de hoy debería hacerlo. Ellos eran considerados apóstoles destacados por igual.
Conclusión
Andrónico y Junia eran destacados entre los apóstoles probablemente en virtud de sus sufrimientos apostólicos, el número de años que ellos habían estado en Cristo, su labor, y su humilde servicio por Cristo. Ojalá los ojos de todos en la Iglesia esté abierto para ver la importante verdad e su implicación significativa al permitir a las mujeres ministrar por igual al ser llamadas por Dios. Hacer lo contrario es negar la plena obra redentora de Cristo.
Referencias
[1] Stanley Grenz, Women in the Church: A Biblical Theology of Women in Ministry, (Downers Grove: InterVaristy, 1995), 93
[2] Douglas Moo, The Epistle to the Romans, The New International Commentary on the New Testament, (Grand Rapids: Eerdmans, 1996), 921; James Walters, “Phoebe and Junia(s)-Rom. 16:1-2,7,” in Essays on Women in Earliest Christianity: Volume I, ed. Carroll Osburn (Joplin, Missouri: College Press, 1995), 186
[3] Douglas Moo, The New International Commentary on the New Testament, 922
[4] Ibid.
[5] Ibid.
[6] James Walters, “Phoebe and Junia(s)-Rom. 16:1-2,7” in Essays on Women in Earliest Christianity: Volume I, ed. Carroll D. Osburn (Joplin, Missouri: College Press, 1995), 186
[7] John Piper and Wayne Grudem, “An Overview of Central Concerns: Questions and Answers,” in Recovering Biblical Manhood and Womanhood: A Response to Evangelical Feminism, eds. J. Piper and W. Grudem (Wheaton, IL: Crossway Books, 1991), 80
[8] Ibid., 79
[9] Ibid., 80
[10] Moo, The New International Commentary on the New Testament, 922.
[11] Ronald L. Dart, “The Christian Woman” [artículo online], disponible en http://www.abcog.org/woman.htm; accedido el 9 de Octubre de 2001.
[12] James Walters, “Phoebe and Junia(s),” 186
[13] Moo, The New International Commentary on the New Testament, 922.
[14] Bernadette Brooten, “Junia,” Women in Scripture (2000):109; quoted by Dianne D. McDonnell, “Junia, A Woman Apostle” [on-line article]; available fromhttp://www.churchofgoddfw.com./monthly/junia.html ; accessed 8 February 2002.
[15] James Walters, “Phoebe and Junia(s),” 186
[16] David Alan Black, New Testament Textual Criticism, A Concise Guide, (Grand Rapids: Baker Books, 1994), 19.
[17] Bernadette Brooten, “Junia … Outsanding among the Apostles (Romans 16.7)” [artículo online], disponible en http://www.womenpriests.org/classic/brooten.htm; accecido el 2 de Febrero del 2002.
[18] Ibíd.
[19] Dianne D. McDonnell, “Junia, A Woman Apostle” [artículo online]; disponible en http://www.churchofgoddfw.com/monthly/junia.shtml; accedido el 8 de Febreroo del 2002. Este artículo incluye una discusión de cómo el nombre de Junia llegó a ser conocido como el de un varón durante el reinado papal de Bonifacio VIII.
[20] Ibíd.
[21] Moo, The New International Commentary on the New Testament, 922.
[22] Stanley Grenz, Women in the Church: A Biblical Theology, 95.
[23] Ibíd.
[24] James Walters, “Phoebe and Junia(s),” 186
[25] Archibald Thomas Roberston, Word Pictures in the New Testament, Vol. 4: Epistles of Paul, (Hiawatha, Iowa: Parsons Technology, Inc., 1997), electronic edition.
[26] Moo, The New International Commentary on the New Testament, 923.
[27] Walter Schmithals, The Office of Apostle In the Early Church, trans. John E. Steely, (New York: Abingdon Press, 1969), 62
[28] James Walters, “Phoebe and Junia(s),” 186.
[29] Walter Bauer, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature, 2nd ed., trans. William F. Arndt and F. Wilbur Gingrich (Chicago and London: University of Chicago Press, 1979), 298.
[30] Aida Besancon Spencer, Beyond the Curse, (Nashville: Thomas Nelson, 1985), 104.
[31] F.F. Bruce, Paul: Apostle of the Heart Set Free, (Grand Rapids: Eerdmans, 1981), 298, 388.
[32] Liddel-Scott, An Intermediate Greek-English Lexicon, 7th ed. (Hiawatha, Iowa: Parsons Technology, Inc., 1997), electronic edition.
[33] John A. Witmer, The Bible Knowledge Commentary, An Exposition of the Scriptures by Dallas Seminay Faculty: New Testatment, (Hiawatha, Iowa: Parson Technolgy, Inc., 1997), electronic editon.
[34] Leonard Swidler, Biblical Affirmations of Woman, (Philadelphia: Westminister Press, 1979), 299.
[35] Ibid, 295.
[36] Ibid, 343.
[37] John Piper and Wayne Grudem, “An Overview of Central Concerns: Questions and Answers,” in Recovering Biblical Manhood and Womanhood, 80.
[38] Thomas R. Schreiner, “The Valuable Ministries of Women in the Context of Male Leadership: A survey of Old and New Testament Examples and Teaching,” in Recovering Biblical Manhood and Womanhood: A Response to Evangelical Feminism, eds. John Piper and Wayne Grudem (Wheaton: Crossway, 1991), 221
[39] James Walters, “Phoebe and Junia(s),” 187-188.
[40] Craig S. Keener, Paul, Women and Wives, (Peabody, MA: Hendrickson Publishers, 1992), 242.
[41] James Walters, 188.
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