El Verdadero Liderazgo Cristiano

Uno de los principales argumentos contra la ordenación de la mujer proviene de un versículo escrito por el apóstol Pablo:

“Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.” (1 Tim. 2:12)

Este versículo dice que la mujer no puede “ejercer dominio” sobre el hombre, por lo tanto, no puede tener puestos de autoridad ni liderazgo sobre el varón. Si bien tanto la traducción como la interpretación del texto son motivo de debate, vamos a suponer, solo suponer por un momento que esta lectura literal es correcta. ¿Significa esto que la mujer no puede ser un líder debido a que no le está permitido “ejercer dominio sobre el hombre”?

Definir el liderazgo cristiano como “ejercer dominio” es un enorme error. Toda la Escritura, desde el Génesis hasta el Apocalipsis, nos pone en claro como de ser el líder que ama a Dios. Un ejemplo lo podemos ver en el primer libro de la Biblia:

En el libro de Génesis, en el capítulo 18,  se cuenta la historia de Abraham, que un día de mucho calor vio a tres viajeros que pasaban cerca de su campamento. Sin saber quiénes eran se acercó corriendo a ellos y se inclinó al suelo pasa saludarlos, luego les ofreció comida, bebida y un lugar donde descansar. Abraham no sabía que estos forasteros eran en realidad Dios acompañado por dos de sus ángeles.

Abraham era un hombre rico y poderoso, lideraba un campamento donde se estima viajaban al menos una quinientas personas, la mayor parte de ellos esclavos suyos. Aun así, él tuvo la humildad de ofrecerles hospitalidad a estos viajeros desconocidos y él mismo le sirvió la comida.

Cuando Cristo vino a esta tierra ya no existían líderes como Abraham, incluso sus propios discípulos no creían en este modelo de líder servicial y se peleaban por puestos de honor, autoridad y dominio. Jesús los reprochó por su accionar diciéndoles:

“Jesús los llamó y les dijo: —Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad.

Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor,  y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás; así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.” (Mat. 20:25-28)

Este es el verdadero liderazgo cristiano: el del servicio desinteresado hacia los demás. No se trata de oprimir a los subordinados, ni ejercer autoridad. Se trata de ser el primero en servir al prójimo, en tener la misma actitud que tuvo Cristo. Jesús nunca intento ejercer dominio sobre nadie, nunca impuso su autoridad sobre nadie. Él fue el primero en servir aunque sabía que era el Rey del Universo:

“Sabía Jesús que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio, y que había salido de Dios y a él volvía;  así que se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura.

Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a sus discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.” (Jn. 13:3-5)

Este texto es hermoso y clarificador. Cristo sabía que tenía bajo su dominio “todas las cosas” aun así fue el primero en levantarse de la mesa y hacer el trabajo humillante de un esclavo.

¿Qué clase de cristiano retorcido puede pensar que el liderazgo tiene algo que ver con “ejercer dominio”? ¿Acaso eso es lo que Cristo pensaba sobre el liderazgo? ¿Acaso es eso lo que Cristo hacía para manifestar su autoridad? El liderazgo, el verdadero liderazgo, se manifiesta de una única manera: el servicio desinteresado a los demás.

El líder espiritual debe “ser esclavo de los demás”, tiene que estar siempre dispuesto “para servir”, tal como lo hizo “el Hijo del Hombre”. Por eso es ridículo afirmar que la mujer no puede ser un líder ya que supuestamente no está capacitada para “ejercer dominio”, ya que eso es algo que ningún líder cristiano debería hacer jamás. Por eso es que si hubiera algún versículo que prohibiera que las mujeres sirvan entonces estaría en contra de la OM, porque de eso se trata el liderazgo, el verdadero liderazgo cristiano.