El BRI refuta las interpretaciones equivocadas relacionadas con la Ordenación de la Mujer

El Instituto de Investigación Bíblica (BRI por sus siglas en inglés) de la Asociación General, que es el ente teológico oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha emitido varias declaraciones refutando las interpretaciones equivocadas de la Biblia y los argumentos equivocados que se usan en contra de la ordenación de la mujer.

A continuación se encuentra los argumentos refutados y las respuestas oficiales del BRI con su respectiva fuente:

En 1 Timoteo 3:2 se dice que “el obispo debe ser intachable, esposo de una sola mujer,” dado que solo un hombre puede cumplir con este requisito es claro que Pablo quería decir que el puesto de obispo o anciano solo puede ser ocupado por hombres.

Respuesta del BRI:

“Si Pablo hubiera querido enfatizar que los obispos/ancianos deben ser varones, él simplemente lo hubiera declarado. Él podría haber dicho, “el obispo debe ser intachable, un hombre, moderado, sensato, respetable, hospitalario, capaz de enseñar”. Pero en vez él declaró “El debe ser esposo/hombre de una esposa/mujer”. En esta frase el énfasis está en la palabra “una”. Pablo no dice que los obispos/ancianos deben ser “esposos de una esposa”, lo cual hubiera permitido un énfasis en el término” esposo”, sino que él dice “esposo de una mujer/esposa”.

Esto claramente excluye la posición que expresa que hablo se enfocaba en la masculinidad del obispo/anciano. Él enfatizaba la fidelidad del anciano hacia su esposa, no el hecho de que tiene que ser un hombre. Así como el pasaje sobre el obispo no debería ser leído de una manera literal concluyendo que el obispo debe ser un hombre casado y con al menos dos hijos –creando por lo tanto tensiones con otras partes de la Escritura y declaraciones del propio Pablo, tampoco la frase “esposo de una mujer” debería ser usada para concluir que este texto enseña y manda que los obispos/ancianos deben ser varones. Este no es el asunto. Esta frase discute la relación de un anciano con su esposa al enfatizar que él debe ser completamente dedicado y fiel a su esposa. La misma expresión “esposo de una mujer” aparece de nuevo en 1 Timoteo 3:12, esta vez usada en conexión con diáconos. […] La existencia de mujeres diáconos en la Escritura y más tarde en la historia de la iglesia milita en contra del punto de vista de que la frase “esposo de una mujer” significaría que solo los hombres pueden cumplir la función de diáconos. En realidad, apunta a la fidelidad marital. La misma frase “esposo de una mujer” es usada en conexión con los obispos/ancianos en el mismo contexto de 1 Timoteo 3. Y no puede ser interpretado en forma diferente de la expresión idéntica encontrada en 1 Timoteo 3:12. Dado que en el caso de los diáconos esta expresión no elimina a las diaconisas, en el caso de obispos/ancianos esta frase no puede ser usada para decir que el obispo/anciano tiene que ser un varón. Obviamente, el texto bíblico en 1 Timoteo 3:2 no trata la cuestión de si las mujeres pueden o no servir como ancianas. Esto no parece ser la preocupación de Pablo, y deberíamos evitar leer el texto de esa manera. Aún más, nosotros deberíamos abstenernos de usar 1 Timoteo 3:2 como un mandato divino que se opone al involucramiento de mujeres en posiciones de liderazgo en la iglesia.”

Fuente: https://adventistbiblicalresearch.org/sites/default/files/pdf/husbandof%20one%20wife.pdf

Febe no fue una diaconisa, sino una mujer que servía en la iglesia. Por lo tanto no deberíamos tener diaconisas.

Respuesta Oficial del BRI:

“Es digno de notar que una diaconisa mujer es también mencionada en Romanos 16:1 “Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa (diakonos) de la iglesia de Cencreas”. Algunos intérpretes sugieren que Febe estaba sirviendo en un sentido general, como la familia de palabras es a menudo usada en el Nuevo Testamento y que no ocupaba el puesto de diaconisa. Sin embargo, el griego es muy específico: ousan diakonon tes ekklesias (siendo una diácono de la iglesia). Obviamente Pablo, al usar la frase “siendo una diácono” en vez de usar el verbo diakoneo (servir) o el sustantivo diakonia (servicio) y al conectarlo cercanamente a la iglesia local sugieren que debemos entender Romanos 16:1 como indicando a un diácono en el sentido estricto de la palabra. Interesantemente, la forma masculino es encontrada en 1 Timoteo 3:8, 12 es usada en Romanos 16:1, aunque es aplicada a una mujer. […] Además de ser una diaconisa, Romanos 16:2 parece indicar que Febe era una patrona y probablemente una mujer de mucha riqueza.[…] Las diaconisas son encontradas bastante temprano en la historia de la iglesia “especialmente debido a que mujeres necesitaba ayuda de aquellas del mismo sexo en visitación bautismo y otros asuntos… Obviamente, los textos bíblicos eran entendidos de una manera que legitimaba la existencia de diaconisas. Alrededor del 110 d.C. en una carta enviada por Plinio el Joven al Emperador Trajano (epist. ad Traj, 96, 8), dos señoritas cristianas son llamadas ministrae, lo cual aparentemente apunta a diaconisas. Clemente de Alejandría, Origenes y la Didascalia Apostolorum se refieren a diaconisas en el segundo y tercer siglo d.C. Para el cuarto y quinto siglo todas los padres griegos importantes conocer y mencionan a las diaconisas. En muchas iglesias actualmente las diaconisas son bien aceptadas, incluyendo la Iglesia Adventista del Séptimo Día”

Fuente: https://adventistbiblicalresearch.org/sites/default/files/pdf/husbandof%20one%20wife.pdf

En 1 Corintios 14:34 y 35 se dice que “guarden las mujeres silencio en la iglesia, pues no les está permitido hablar. Que estén sumisas, como lo establece la ley”. Por lo tanto es claro que Pablo estaba prohibiendo que las mujeres ocupen posiciones de liderazgo o autoridad, sino que deben estar sumisas.

Respuesta del BRI:

“¿Cuál es el papel de la mujer en la iglesia? Algunas personas utilizan 1 Corintios 14:34 y 35 para decir que la mujer no debería desempeñar posiciones de liderazgo. ¿Qué es lo que Pablo estaba enseñando en ese pasaje?

En este pasaje, Pablo expresa claramente que la mujer debe guardar silencio en la iglesia. Si esa prohibición es interpretada de manera absoluta, como algunos lo hacen, las mujeres básicamente deberían desaparecer de la iglesia. Esto significaría que ellas podrían proclamar el evangelio a sus amigos y sus parientes, pero en el momento en que fueran a la iglesia, su libertad para proclamar la bondad de Dios llegaría a su fin. Tal comprensión del papel de la mujer en la iglesia no está fundamentada en la Biblia.

A lo largo de la historia, Dios ha utilizado a mujeres en diferentes funciones. Es particularmente importante el hecho de que las profetisas proclamaron sus mensajes al pueblo de Dios en público (Éxo. 15:20; Juec. 4:4-16; 2 Rey. 22:14-20; Hech. 2:17; 21:9). Pablo mismo reconoce que una mujer puede orar y profetizar en la iglesia; que a las mujeres no se les tiene estrictamente prohibido hablar en la iglesia. Dios, a través de los dones del Espíritu, les garantizó ese derecho y privilegio (1 Cor. 11:5). La pregunta es: ¿qué quiso decir Pablo cuando declaró que las mujeres deberían guardar silencio en la iglesia? Deberíamos tener varias cosas en mente.

  1. Tensiones durante la adoración: Uno de los problemas que Pablo tenía para reunirse en la iglesia de Corinto era decidir la conducta adecuada en la iglesia. Diferentes grupos, con distintas ideas, creaban confusión y tensiones (ver 1 Cor. 1:10, 11; 14:26). Esto sugiere que ese discurso dela mujer que Pablo prohibió contribuía, de alguna manera, a aquel estado de confusión. Esto es apoyado por el hecho de que el discurso de la mujer al que Pablo se refirió estaba relacionado con preguntas que ellas hacían y posiblemente comentarios hechos, que no contribuían al adecuado orden en la iglesia. Esto está indicado por el hecho de que Pablo les dijo que, si tenían alguna pregunta, deberían hacerla a sus esposos en el hogar.
  2. La predicación no es el tema. La discusión no giraba alrededor de si la mujer podía predicar u ocupar posiciones importantes de liderazgo en la iglesia, sino alrededor de la actitud apropiada en la iglesia cuando la instrucción estaba siendo dada. Prohibir a las mujeres predicar, enseñar u ocupar posiciones de liderazgo en la iglesia es hacer un mal uso de este texto. Pablo estaba abordando una situación muy específica y les estaba aconsejando a los líderes de la iglesia cómo tratar con aquella. Estaba reglando la única clase de discurso mencionado directamente en el texto; a saber, hacer preguntas.
  3. Las mujeres deberían ser instruidas. El consejo de Pablo no niega a las mujeres el derecho de aprender. Declaró que, en la iglesia, debían aprender en silencio, sin hablar, sujetándose a la instrucción que se les estaba dando. En el mundo antiguo, era descortés que los estudiantes interrumpieran a sus maestros con preguntas que, en algunos casos, mostraban su ignorancia del tema e interrumpían el proceso de enseñanza. En este caso, Pablo declara que las mujeres no deberían interrumpir al maestro con preguntas que pudieran desorganizar la reunión; su educación también podría tener lugar en el hogar. En ese ambiente más privado, ellas podrían hacer preguntas a sus esposos y ser instruidas apropiadamente. El hecho de que era esperable que los esposos compartieran su conocimiento con sus esposas indica que este no era de su posesión exclusiva. En principio, Pablo estaba ratificando el derecho a aprender de las mujeres. Este derecho a aprender acerca del evangelio no tenía el mero propósito de incrementar su conocimiento para la realización personal. Implicaba que ellas debían ser entrenadas para enseñar a otros.

Este texto sencillamente sugiere que en algunas iglesias había tensiones entre las mujeres y sus instructores. Pablo trató de controlar esa situación al poner freno a una situación abusiva, pero no cercenó el privilegio de orar, aprender y profetizar en público (1 Cor. 11:5); de hecho, el verbo griego sigao, “guardar silencio”, también podría ser traducido como “tranquilizarse”, en el sentido de no ser demasiado osado al hablar. No deberíamos leer la declaración de Pablo como que prohíbe permanentemente a las mujeres hablar en público. La razón por la que Pablo brinda este consejo es que una conducta tal es impropia para la mujer cristiana en la iglesia. La iglesia no es el lugar adecuado para que una persona –sea hombre o mujer– entre en controversias verbales con los que están a cargo de instruir a la congregación. La armonía cristiana es la norma.”

Fuente: https://adventistbiblicalresearch.org/es/materials/bible-nt-texts/1-corintios-1434-35

La ordenación de la mujer le abrirá la puerta a la aceptación de la homosexualidad. Por lo tanto no debemos ordenar mujeres

Respuesta del BRI:

Estos dos asuntos no están relacionados entre sí y deben ser mantenidos separados. Mientras que la Biblia claramente prohíbe la actividad homosexual, no prohíbe explícitamente, y algunos pueden argumentar que ni siquiera implícitamente, a ordenación de la mujer.”

Fuente: https://adventistbiblicalresearch.org/sites/default/files/pdf/Some%20Wrong%20and%20Right%20Reasons%20in%20the%20Women.pdf

 

Quienes apoyan la ordenación de la mujer son liberales que usan el método histórico-crítico y por lo tanto no tenemos que escucharlos

Respuesta del BRI:

“Este argumento no es cierto para los adventistas. Mientras que algunos conectan el asunto de la ordenación con una teología liberal, la vasta mayoría no lo hace. Son quienes tienen una elevada consideración por la Escritura quienes frecuentemente apoyan la ordenación de la mujer”

Fuente: https://adventistbiblicalresearch.org/sites/default/files/pdf/Some%20Wrong%20and%20Right%20Reasons%20in%20the%20Women.pdf

 

One thought on “El BRI refuta las interpretaciones equivocadas relacionadas con la Ordenación de la Mujer

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