Niña de 13 Años es Condenada a Latigazos
Por Cláudio Leal
La vida no es fácil para nadie, pero en algunas regiones del mundo es insoportable, extremamente injusta y cruel, especialmente para las mujeres y los niños. A pesar de los movimientos en favor de la “igualdad” y las campañas en defensa de los “derechos de las mujeres”, es vergonzoso ver como son ignoradas y cuan poco interés se demuestra en cuanto a lo que sucede con ellas. Los hombres siguen practicando libremente el abuso y la maldad, seguros de la impunidad en un mundo dominado por los “machos”.
Un buen ejemplo es lo que recién ha pasado en India, en la aldea Jawalwadi, en el Estado de Maharashtra, con una niña de 13 años después de haber sido violada por su padre. El consejo tribal, responsable por juzgar y castigar a las personas de esa zona por sus crímenes y delitos, ha considerado que la niña es culpable por la violación.
Aunque el padre abusador ha admitido los abusos y ha sido acusado por la policía de agresión sexual, los mayorales de la comunidad justificaron la acción del padre por estar borracho y condenaron a la niña por no haber confesado la agresión desde el primer momento.
La víctima de tan sólo 13 años se encontraba dormida cuando su padre regresó a casa borracho y la violó mientras su otra hija dormía en la misma habitación. La comunidad, la familia e incluso ella misma creen que hizo algo malo. La niña ha asegurado merecer el castigo. “Mi error fue no decírselo a nadie en casa. Dije simplemente que mi padre me había cogido de la mano”, ha dicho la menor.
La violación y todos los tipos de abuso y violencia nunca son responsabilidad exclusiva de los criminales, también es responsabilidad de la sociedad que cierra sus ojos a lo que pasa en su entorno, encubre y hasta defiende al criminal. En este caso, se suma a todos estos delitos, la transferencia de culpa del real culpable a la víctima. Como si no fuera suficiente el costo físico, social y emocional que ha sufrido esa niña, el consejo tribal la ha condenado a recibir como castigo cinco latigazos pues los mayorales han considerado indecente su comportamiento.
Lo más sorprendente es que instituciones y autoridades establecidas que deberían garantizar la seguridad e integridad de las personas que están bajo su cuidado son las principales responsables por asegurar la impunidad y predominio de los abusos en contra de niños y mujeres.
Para colmo, se percibe que muchos abusos son realizados o tolerados bajo la capa de la religiosidad. Los líderes religiosos promueven el patriarcado, la sumisión a la autoridad de los hombres, inhiben el desarrollo intelectual y la independencia de las mujeres con falsos argumentos, mencionando que esa es la “voluntad de Dios”.
La opresión y la violencia, aunque revestida de ritos religiosos no procede de Él. La verdadera religión promueve la justicia, la igualdad, el respeto, la salud y la libertad.
Jesús dijo: “Cuando el ladrón llega, se dedica a robar, matar y destruir. Yo he venido para que todos ustedes tengan vida, y para que la vivan plenamente.” – S. Juan 10:10 (TLA)