Presuposiciones, Principios y Métodos en el Estudio de la Biblia

Presuposiciones, Principios y Métodos en el Estudio de la Biblia

Documento votado en el Concilio Anual de la

Iglesia Adventista del Séptimo Día

Enero, 1986, Río de Janeiro, Brasil[1]

Introducción

El método crítico histórico:

Los adventistas del séptimo día (ASD) reconocen y aceptan las contribuciones de aquellos eruditos bíblicos que a través que la historia han desarrollado métodos útiles y confiables para el estudio de la Biblia y consistentes con sus enseñanzas.

Los ASD se comprometen a la aceptación de la verdad bíblica y se disponen a obedecerla usando todos los métodos interpretativos consistentes sobre lo que la Biblia dice de sí misma. Esos métodos se delinearán en las siguientes páginas.

En décadas recientes el método más prominente para el estudio de la Biblia ha sido conocido como el método crítico-histórico. Eruditos que usan este método, en su formulación clásica, operan en base a la presuposición que, antes de estudiar el texto bíblico rechazan la confiabilidad de las historias milagrosas y otros eventos sobrenaturales que aparecen en la Biblia. Este principio de investigación, aun en su forma modificada, pero que subordina a la Biblia a la razón humana, es rechazado por los ASD.

El método crítico-histórico minimiza la participación de la fe en Dios y la obediencia a sus mandamientos. Además, porque este método minimiza el elemento divino en la Biblia como un libro inspirado (incluyendo su resultante unidad) y socava o malinterpreta la profecía apocalíptica y las secciones escatológicas, se urge a los estudiosos bíblicos adventistas a que eviten depender del uso de las presuposiciones y resultantes deducciones asociadas con el método crítico-histórico.

En contraste al método crítico-histórico y sus presuposiciones, creemos que sea de ayuda el establecimiento de principios de estudio bíblico consistentes con las mismas Escrituras, principios que preserven su unidad y que se fundamenten en la premisa que la Biblia es la Palabra de Dios. Tal actitud nos guiará a una gratificante y satisfaciente experiencia con Dios.  Las presuposiciones resultantes de lo que la Biblia dice de si misma son:

Su origen:

La Biblia es la Palabra de Dios y es la autoridad principal a través de la cual él se revela a sí mismo a los seres humanos.

El Espíritu Santo (E. S.) inspiró a los escritores bíblicos con pensamientos, ideas e información objetiva. Consecuentemente estos autores lo expresaron en sus propias palabras.  Ya que la Biblia es una unión indivisible de los elementos divinos y humanos, ninguno de los dos debe ser enfatizado por encima del otro.   (2 Pedro 1:21; cf. El Gran Conflicto, 8-9).

Toda Escritura es inspirada por Dios y llegó a nosotros por obra del Espíritu Santo. Sin embargo, no nos llegó como una cadena ininterrumpida de revelaciones.  Mientras que el E. S. comunicaba la verdad al escritor bíblico, cada uno escribió como fue movido por el E. S., enfatizando el aspecto de la verdad que era enviado a enfatizar.  Por esta razón, el estudioso de la Biblia obtendrá una comprensión equilibrada sobre cualquier tópico al reconocer que la Biblia es su mejor intérprete cuando es estudiada como un todo en su descripción armoniosa y consistente de la verdad (2 Timoteo 3:16; Hebreos 1:1-2; cf. Mensajes Selectos 1:21-24; El Gran Conflicto, 8-9).

Aunque fue dada a quienes vivían en el contexto del antiguo Medio Oriente mediterráneo, la Biblia trasciende antecedentes culturales. Es la Palabra de Dios para todas las culturas, razas y situaciones contextuales de todos los tiempos.

Autoridad:

Los 66 libros del Antiguo Testamento (AT) y Nuevo Testamento (NT) son la clara e infalible revelación de la voluntad de Dios y de su salvación. La Biblia es la Palabra de Dios y solo ella es la regla por la que toda enseñanza y experiencia debe ser juzgada (2 Timoteo 3:15, 17; Salmo 119:105; Proverbios 30:5-6; Isaías 8:20; Juan 17:17; 2 Tesalonicenses 3:14; Hebreos 4:12).

La Biblia es un auténtico y confiable registro de historia y de los hechos de Dios en la historia. Provee la interpretación teológica normativa de esos hechos.  Los hechos sobrenaturales revelados en las Escrituras son verdaderos.  Por ejemplo, Génesis 1-11 son narraciones factibles de esos eventos históricos.

La Biblia no es como otros libros. Es una inquebrantable mezcla de lo divino y lo humano.  Sus registros de tantos detalles de historia secular es integral a su propósito general para transmitir la historia de la salvación.  Aunque a veces existan procedimientos paralelos usados por los estudiosos de la Biblia para determinar hechos históricos, las técnicas usadas en la investigación histórica, fundamentadas como a veces son en presuposiciones humanas y enfocadas en el elemento humano, son inadecuadas para interpretar las Escrituras, las cuales son una mezcla de lo divino y lo humano.  Solamente un método que reconozca completamente lo indivisible de las Escrituras puede evitar la distorsión de su mensaje.

El racionamiento humano está sujeto a la Biblia, no es igual a ella no es por encima de ella. Las presuposiciones relacionadas con las Escrituras deben estar en armonía con lo que la Biblia reclama de si misma y sujetas a sus correcciones (1 Corintios 2:1-6). Dios espera que la razón humana sea usada a su máxima capacidad, pero dentro del contexto y bajo la autoridad de su Palabra, no independiente de la misma.

La revelación de Dios en toda la naturaleza, cuando comprendida propiamente, está en armonía con la Palabra escrita y debe ser interpretada a la luz de las Escrituras.

Principios y métodos para interpretar la Biblia

Los principios:

El Espíritu habilita al creyente a aceptar, comprender y aplicar la Biblia a su propia vida mientras busca el poder divino que lo torne obediente a todos los requisitos divinos y para apropiar para si todas las promesas de la Biblia. Solo aquellos que siguen la luz ya poseída podrán recibir más iluminación del Espíritu (Juan 16:13-14; 1 Corintios 2:10-14).

Las Escrituras no pueden ser correctamente interpretadas sin la ayuda del Espíritu Santo, pues es el Espíritu quien habilita al creyente a comprender y aplicar las Escrituras.  De manera que, cualquier estudio de la Palabra debe comenzar con la petición de dirección e iluminación del Espíritu.

Todos quienes se aproximan al estudio de la Palabra deben hacerlo con fe en el espíritu humilde de un alumno que desea escuchar lo que la Biblia dice.  Deben estar dispuestos a someter toda presuposición, opinión y conclusión de la razón al juicio y corrección de la propia Palabra de Dios.  Con esta actitud el estudioso de la Biblia puede ir directamente a la Palabra, y a través de un estudio cuidadoso llegar a entender la esencia de la salvación sin la necesidad de explicaciones humanas, por más útiles que sean.  Solo así el mensaje bíblico se hace significativo para tal persona.

La investigación de las Escrituras deben caracterizarse por el sincero deseo de descubrir y obedecer la voluntad y palabra de Dios en lugar de buscar apoyo o evidencia de ideas preconcebidas.

Los métodos:

Seleccione una versión de la Biblia que sea fiel al significado contenido en las lenguas en las que la Biblia fue originalmente escrita, dando preferencia a traducciones hechas por un amplio grupo de eruditos y publicada por un publicador general, en lugar de traducciones hechas por alguna denominación o un grupo con agenda específica. Tome cuidado de no construir un punto doctrinal sobre una versión o traducción.  Eruditos entrenados en su materia usarán los textos griegos y hebreos los cuales los habilitan a examinar lecturas variantes de manuscritos antiguos.

Escoja un plan definitivo de estudio evitando métodos descuidados y sin dirección específica. Sugerimos los siguientes planes de estudio:

a) Análisis del mensaje libro por libro.

b) Versículo por versículo.

c) Estudio que procure una solución bíblica a un problema específico de la vida, satisfacción bíblica para una necesidad específica o respuesta bíblica a una cuestión específica.

d) Estudio por tema (fe, amor, segunda venida y otros).

e) Estudio de palabras.

f) Estudio biográfico.

Procure obtener el significado obvio o más sencillo del pasaje bíblico bajo estudio.

Trate de descubrir los principales temas subyacentes de las Escrituras tales como se encuentren en textos individuales, pasajes o libros. Hay dos temas básicos relacionados que corren a través de las Escrituras:

a) La persona y obra de Cristo Jesús.

b) La perspectiva de la gran controversia que envuelve la autoridad de la Palabra de Dios, la caída del hombre, la primera y segunda venida de Cristo, la exoneración de Dios y su ley y la restauración del plan divino para el universo. Estos temas proceden de la totalidad de la Biblia y no pueden ser impuestos en ella.

Reconocer que la Biblia es su propio intérprete y que el significado de palabras, textos y versículos es mejor determinado por la diligente comparación de la Biblia con la Biblia.

Estudie el contexto de los versículos bajo consideración relacionándolos con las frases y párrafos inmediatamente antes y después de los textos bajo estudio. Trate de relacionar las ideas de los pasajes a la línea de pensamiento de todo el libro.

Tanto como pueda, procure descubrir cuáles fueron las circunstancias históricas en las que los pasajes fueron escritos por los escritores bíblicos al ser guiados por el Espíritu Santo.

Determine la clase de literatura que está usando el autor. El material bíblico está compuesto de parábolas, proverbios, alegorías, salmos y profecías apocalípticas.  Ya que muchos escritores bíblicos compusieron su material en poesía, es recomendable usar una versión bíblica que reconozca el estilo poético, pues la versión que usa escenas imaginarias no pueden ser interpretadas de la misma manera como se interpreta la prosa.

Reconozca que un texto bíblico dado puede no conformarse en cada detalle a las categorías literarias usadas en nuestros tiempos. Tome cuidado a no forzar esas categorías al interpretar el significado del texto bíblico.  Es una tendencia humana encontrar lo que uno anda buscando aun cuando el autor no tenía esa intención.

Considere la gramática y la construcción de frases en la búsqueda del descubrimiento de la intención del autor. Estudie las palabras claves de los diferentes pasajes comparando cómo esas palabras han sido usadas en otras partes de la Biblia.  Se puede adquirir esa información usando una concordancia o la ayuda de léxicos y diccionarios.[2]

En conexión con el estudio del texto bíblico, explore los factores históricos culturales. La arqueología, la antropología y la historia pueden contribuir a entendimiento o significado del texto.

Los Adventistas del Séptimo Día creen que Dios inspiró a Elena G. de White. Como tal, sus exposiciones sobre cualquier pasaje bíblicos nos ofrecen una guía inspirada al significado de los textos sin agotar lo que el texto pueda significar ni tampoco anulando la tarea de la exégesis bíblica (por ejemplo, vea Evangelismo, 190[3]; El Gran Conflicto, 377, 653; Testimonies to the Church 5:665, 682, 707-708; Counsels to Writers and Editors, 33-35).

Después de estudiar como fue arriba esbozado, vuelque su atención a comentarios y ayudas secundarias como trabajos de eruditos en el área para ver cómo es que otros han analizado el pasaje. Entonces analice cuidadosamente los diferentes puntos de vista expresados considerando a la Biblia como un todo.

Al interpretar profecía, mantenga en mente:

a) La Biblia profesa que el poder de Dios predice el futuro (Isaías 46:10).

b) La profecía tiene un propósito moral. No fue escrita para la mera satisfacción de la curiosidad humana acerca del futuro.  Algunos de los propósitos de la profecía fue para solidificar la fe (Juan 14:29) y promover vivir la vida santificada en preparación para la venida de Cristo (Mateo 24:44; Apocalipsis 22:7, 10-11).

c) El enfoque de la mayor parte de la profecía está sobre Cristo (en ambas de sus venidas), la iglesia y el tiempo del fin.

d) Las normas para la interpretación profética se encuentras en la misma Biblia. La Biblia contiene profecías temporales [determinadas para un período de tiempo] y sus cumplimientos históricos: El NT cita cumplimientos específicos de profecías del AT acerca del Mesías; y el propio AT presenta personajes y eventos como tipos del Mesías.

e) En la aplicación de algunas profecías del AT en el NT, algunos nombres literales se espiritualizan.  Ejemplo: Israel representa a la iglesia, Babilonia representa una religión apóstata, etc.

f) Hay dos tipos principales de escritos proféticos: Profecía no apocalíptica como los profetas Isaías y Jeremías y profecía apocalíptica como las de Daniel y Apocalipsis. Estas dos clases tienen características diferentes:

  1. La profecía no apocalíptica es dirigida al pueblo de Dios; mientras que la apocalíptica es universal en su alcance.
  2. La profecía no apocalíptica es casi siempre de naturaleza condicional, expresando al pueblo de Dios actitudes alternativas de bendición por obediencia o maldición por desobediencia; mientras que la apocalíptica enfatiza la soberanía de Dios y su control sobre la historia.
  3. La profecía no apocalíptica a veces salta de una crisis local hasta el día del Señor en el final del tiempo; mientras que la apocalíptica presenta el curso de la historia desde el profeta que lo escribe hasta el fin del mundo.
  4. Profecías temporales en la profecía no apocalíptica son generalmente largos períodos de tiempo.  Por ejemplo, 400 años de la esclavitud egipcia de Israel (Génesis 15:13) y 70 años de la cautividad babilónica (Jeremías 25:12).  En la profecía apocalíptica profecías temporales son generalmente expresadas en períodos cortos, por ejemplo: 10 días (Apocalipsis 2:10) o 42 meses (Apocalipsis 13:5).  Los períodos apocalípticos simbolizan períodos largos de tiempo literal.

g) La profecía apocalíptica es altamente simbólica y debe ser interpretada de acuerdo a sus símbolos. Los siguientes métodos deben ser considerados cuando se interpretan los símbolos:

1) Busque interpretaciones (implícitas o explícitas) dentro del mismo texto o pasaje (por ejemplo, Daniel 8:20-21; Apocalipsis 1:20).

2) Busque interpretaciones en otro lugar del mismo libro o en escritos del mismo autor.

3) Usando una concordancia, estudie el uso de símbolos en otros lugares de la Biblia.

4) El estudio de documentos antiguos del Medio Oriente pueden echar luz al significado de símbolos, aunque el uso de la Biblia puede alterar esos significados.

h) La estructura literaria de un libro bíblico generalmente auxilia al estudioso a interpretarlo. La naturaleza paralela de las profecías de Daniel es un buen ejemplo.

Los Relatos paralelos en la Biblia a veces presentan diferencias en detalles y énfasis (por ejemplo, cf. Mateo 22:33-34; Marcos 12:1-11 y Lucas 20:9-18, o 2 Reyes 18-20 con 2 Crónicas 32). Cuando se estudian pasajes como estos, examine primero cuidadosamente para asegurarse que los paralelos se están refiriendo al mismo evento histórico.  Por ejemplo, muchas de las parábolas de Jesús pueden ser presentadas en diferentes ocasiones a diferentes audiencias y en lenguaje diferente.

a) En casos donde aparecen diferencias en relatos paralelos, uno debe reconocer que el mensaje total de la Biblia es la síntesis de todas sus partes. Cada libro o escritor comunica aquello que el Espíritu le guió a escribir.  Cada uno de ellos ofrece una contribución especial a la riqueza, diversidad y variedad de las Escrituras (ver El Gran Conflicto, 8-9).  El lector debe permitir que cada escritor bíblico emerja y sea oído, y al mismo tiempo reconocer la unidad básica de la auto-revelación divina.

b) Cuando pasajes paralelos parezcan indicar discrepancia o contradicción, busque la armonía subyacente en el texto. Mantenga en mente que las disimilitudes pueden pertenecer a errores menores del copista (Mensajes Selectos 1:16) o pueden ser el resultado de énfasis diferentes y selección de material de varios autores que escribieron bajo la inspiración y dirección del Espíritu Santo para audiencias diferentes bajo circunstancias diferentes (Mensajes Selectos 1:23-26; El Gran Conflicto, 9).

c) Puede a veces ser imposible reconciliar discrepancias menores en detalles que quizá sean irrelevantes para el mensaje central del pasaje bajo estudio. En algunos casos el juicio debe ser suspendido hasta que exista más información y mejor evidencia sea disponible para resolver tal discrepancia.

Las Escrituras fueron escritas con propósitos prácticos para revelar la voluntad de Dios a la familia humana. Sin embargo, para no distorsionar ciertas declaraciones, es importante reconocer que la Biblia fue dirigida a pueblos de culturas Orientales y expresada en su manera de pensar.

a) Expresiones como “el Señor endureció el corazón de Faraón” (Éxodo 9:12) o “un espíritu malo de parte del Señor” (1 Samuel 16:15), los salmos imprecatorios o “los tres días y tres noches de Jonás” para compararlos con la muerte de Cristo (Mateo 12:40), son comúnmente malentendidos porque son interpretados desde un ángulo diferente.

b) Conocer antecedentes culturales del Cercano Oriente es indispensable para entender tales expresiones. Por ejemplo, la cultura hebrea atribuía la responsabilidad a cierta persona por actos que no cometió, pero que él permitió que sucedieran.  Por tanto, los escritores inspirados de la Biblia comúnmente atribuyen a Dios hechos que en el pensamiento occidental diríamos “Dios permitió” o creemos que Dios no puede prevenir que sucedan como sucedió con el corazón de Faraón.

c) Otro aspecto de la Biblia que incomoda a la mente moderna es el mandato divino de enviar a Israel a la guerra y ejecutar a naciones enteras. Israel fue originalmente organizada como una teocracia; un gobierno civil a través del cual Dios gobernaba (Génesis 18:25).  Ese estado teocrático era singular.  Ya no existe y no puede ser considerado como el modelo para la práctica cristiana.

d) La Biblia registra que Dios acepta [y obró] a través de personas cuyas experiencias y declaraciones no están en armonía con los principios espirituales de su Palabra como un todo. Por ejemplo, podemos citar incidentes relacionados con el uso del alcohol, la poligamia, el divorcio o la esclavitud [que “famosos” personajes bíblicos practicaron].  Aunque no hay una condenación explícita en la Biblia de esas costumbres sociales tan arraigadas, Dios no necesariamente aprueba lo que él permitió en las vidas de los patriarcas y en Israel.  Jesús dejó eso claro en su declaración sobre el divorcio (Mateo 19:4-6, 8).

e) El espíritu de la Biblia es uno de restauración. Dios obra pacientemente para elevar a la humanidad caída de la profundidad de su pecado al ideal divino.  Consecuentemente, no debemos aceptar como modelos acciones de pecadores solo porque se encuentran registrados en la Biblia.

f) La Biblia representa la desenvoltura de la revelación de Dios al hombre. Jesús, en el sermón del monte, por ejemplo, expande y engrandece ciertos conceptos del AT.  Cristo mismo es la máxima revelación del carácter de Dios a la humanidad (Hebreos 1:1-3).

g) Aunque existe una pujante unidad en la Biblia desde Génesis al Apocalipsis, y aunque toda la Escritura es igualmente inspirada, Dios escogió revelarse a si mismo a través de seres humanos y encontrarse con ellos en sus propios términos en el desarrollo de sus dotes espirituales e intelectuales. Dios mismo no cambia, pero se ha revelado progresivamente a los hombres en cuanto éstos son capaces de asimilar esas revelaciones (Juan 16:12; Comentario Bíblico Adventista 7:945; Mensajes Selectos 1:9-13).  Cada experiencia o declaración de las Escrituras es un registro divinamente inspirado, pero no toda declaración o experiencia es necesariamente normativa para el comportamiento cristiano de hoy.  Tanto el espíritu y la letra de la Biblia necesitan ser comprendidos (1 Corintios 10:6-13; El Deseado de todas las Gentes, 119-121, Testimonies to the Church 4:10-12).

Como el objetivo final, haga una aplicación individual del pasaje bajo estudio. Hágase preguntas como: “¿Cuál es el mensaje o propósito que Dios quiere transmitir a través de su Palabra?  ¿Qué significado tiene este texto para mí?  ¿Cómo se aplica a mi situación y circunstancia hoy?”  Al hacer esto, reconozca que aunque muchos pasajes bíblicos tuvieron un significado local, todavía contienen principios eternos aplicables a todo tiempo y cultura.

Conclusión

En la introducción a El Gran Conflicto (8), Elena G. de White escribió: “La Biblia, con sus verdades de origen divino expresadas en el idioma de los hombres, es una unión de lo divino y lo humano. Esta unión existía en la naturaleza de Cristo, quien era Hijo de Dios e Hijo del hombre.  Se puede pues decir de la Biblia, lo que fue dicho de Cristo: “Aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros.” (S. Juan 1: 14).

Así como es imposible para quienes no aceptan la divinidad de Cristo entender el propósito de su encarnación, es también imposible que los que estudian la Biblia como un mero libro humano, puedan entender su mensaje por más cuidadoso o riguroso que sean sus métodos.

Aun eruditos cristianos que aceptan la naturaleza divino-humana de las Escrituras, pero cuyos métodos de estudio los lleva a depender más en el aspecto humano, arriesgan vaciar el mensaje bíblico de su poder al relegarlo a una esquina mientras se concentran en el vehículo. Se olvidan que el vehículo y el mensaje son inseparables y que el vehículo sin el mensaje es una concha vacía que no puede atender a las vitales necesidades espirituales de la humanidad.

Un cristiano comprometido usará solo aquellos métodos que le haga justicia a ambos [divino-humano], a esta inseparable naturaleza de las Escrituras, aumentando su habilidad para aplicar y entender su mensaje y fortalecer la fe.


 

Referencias

[1]Su versión original en inglés puede ser encontrada en http://www.adventistbiblicalresearch.org/documents/Methods%20Bible%20Study.htm

 

            [2] Hoy existen programas computarizados que hacen el proceso mucho más ágil y preciso que hace 22 años cuando fue redactado este documento.

 

[3]“Los testimonios no han de ocupar el lugar de la Palabra.  Debe ejercerse gran cuidado de parte de todos los creyentes, para presentar cuidadosamente estas cuestiones, y siempre conviene detenerse cuando se ha dicho suficiente.  Prueben todos su posición  por medio de las Escrituras, y prueben por la Palabra revelada de Dios todo punto que sostienen como verdad… Nuestra posición y fe se basan en la Biblia.  Nunca queremos que un alma presente los testimonios antes que la Biblia [énfasis nuestro].”

2 thoughts on “Presuposiciones, Principios y Métodos en el Estudio de la Biblia

  1. 129 9-15-12admin Disse: RESPOSTAGeanese 2:21 Ente3o o SENHOR Deus fez cair um sono pesado sobre Ade3o, e este adecemrou; e tomou uma das suas costelas, e cerrou a carne em seu lugar; 22 E da costela que o SENHOR Deus tomou do homem, formou uma mulher, e trouxe-a a Ade3o.Esse versedculo e9 claro, a mulher foi feita neste instante, portanto ne3o he1 uma mulher antes de Eva, em Apocalipse 12, fala-se de uma mulher gre1vida, cujo o Drage3o (o diabo) esperava ela dar a luz para poder tragar a criane7a.Apocalipse 12:1) – E VIU-SE um grande sinal no ce9u: uma mulher vestida do sol, tendo a lua debaixo dos seus pe9s, e uma coroa de doze estrelas sobre a sua cabee7a. 2) – E estava gre1vida, e com dores de parto, e gritava com e2nsias de dar e0 luz. 3) – E viu-se outro sinal no ce9u; e eis que era um grande drage3o vermelho, que tinha sete cabee7as e dez chifres, e sobre as suas cabee7as sete diademas. 4) – E a sua cauda levou apf3s si a tere7a parte das estrelas do ce9u, e lane7ou-as sobre a terra; e o drage3o parou diante da mulher que havia de dar e0 luz, para que, dando ela e0 luz, lhe tragasse o filho.Como o livro de Apocalipse e9 interpretativo, algue9m deve ter relacionado essa mulher com a criae7e3o do mundo ou coisa parecida o que ao meu entender ne3o ocorreu, interpreto do outra forma.TAG: HOUVE UMA MULHER CRIADA POR DEUS ANTES DE EVAA Pergunte ao Pastor e9 uma extense3o do site Ida Gospel.entre em nosso site e conhee7a mais… +1Essa resposta foi fatil?

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