No entierres tus talentos debido a “roles de género”

No entierres tus talentos debido a “roles de género”

Por Jory Micah

Mi esposo Lucas, y yo, crecimos en una iglesia conservadora, en la cual los “roles” tradicionales de género a menudo son alabados como bíblicos y piadosos.

El mensaje a veces es sutil, pero es claro y fuerte: un hombre debe ser el líder, el protector y el proveedor. La mujer debe ser la ayudadora del hombre y la cuidadora de sus niños. Los hombres se deben someter a Dios y las mujeres se deben someter a los hombres. Estos son los roles “establecidos por Dios”.

Algunos hombres y mujeres fácilmente creen que las doctrinas de los “roles de género” porque sus personalidades, preferencias y dones coincidentemente se alinean con los roles tradicionales de género. Otros aseguran creer en los roles tradicionales de género, pero practican un tipo igualitario de matrimonio. Después estamos quienes hemos decidido vivir y decir la verdad de quienes somos, sin importar si les agrada a los demás o no.

Lucas y yo estamos en la última categoría

Lucas tiene el don espiritual de “ayudar”. Él ama ayudar a las personas, y las personas aman ser ayudadas. Ayudar a otros es algo que le sale naturalmente a Lucas, y él siempre está activo cuando ve personas que necesitan y quieren su ayuda.

En la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego los que hacen milagros; después los que tienen dones para sanar enfermos, LOS QUE AYUDAN A OTROS, los que administran y los que hablan en diversas lenguas. (1 Cor. 12:28 NVI)

Tristemente, muchos en la iglesia le han dicho subliminal y directamente a los hombres que el “don de ayudar a otros” es algo para mujeres y que no es digno de los “hombres de verdad”. Después de todo, ¿acaso Dios no creo a la mujer para el hombre, como su “ayuda”?

En español nosotros pensamos que una “ayuda” es un asistente subordinado, pero esa es una interpretación equivocada.

En hebreo (el idioma en que se escribió el AT), la palabra “ayuda” es “ezer”. Esta palabra es usada 21 veces a lo largo del Antiguo Testamento: dos en el contexto de Eva (la primera mujer), tres veces para describir a personas, y en 16 ocasiones “ezer” es usado para describir a Dios como nuestra ayuda.

Ser una “ayuda” no significa que se está subordinado a la persona que se está ayudando. Más bien, “ayudar” a alguien es la mejor manera de construir una alianza con las personas. El “don de ayudar a otros” que mi esposo tiene le ha permitido construir relaciones significativas y profundas con muchas personas. Este don no es femenino ni masculino, es espiritual, y tengo mucho respeto hacia mi esposo que me ayuda diariamente.

De la misma manera, mi don de liderazgo no ha sido respetado en mi iglesia porque soy una mujer. Recuerdo cuando me convertí en una líder cristiana a los 13 años. No intenté ser una líder, simplemente lo era. Un líder es definido como una persona que lidera o dirige un grupo u organización de personas.

Una mujer que es una líder natural no debería renunciar a sus dones ni en la Iglesia ni en el hogar. Si lo hace, ella está negando o minimizando los dones que Dios le dio.

“Si tu don consiste en animar a otros, anímalos. Si tu don es dar, hazlo con generosidad. Si Dios te ha dado la capacidad de liderar, toma la responsabilidad en serio. Y, si tienes el don de mostrar bondad a otros, hazlo con gusto.” (Romanos 12:8 NTV)

Este mandato no está dirigido solo a hombres. Muchas mujeres con un talento natural para dirigir han dejado de teologías equivocadas silencien sus voces y minimicen sus dones. Recuerdo que cuando era adolescente, solía pensar: “¿Cómo encontraré a un hombre que me guie espiritualmente, cuando mi don es ser una líder espiritual?”

Ahora entiendo que el único líder espiritual que necesito es Jesús, y no espero que mi esposo lidere sobre mí. Si espero que me ame, que me respete como su igual, y me acompañe como mi compañero. El realmente ha hecho esto, me ama como Cristo ama a su Iglesia, lo cual es un mandato que el apóstol Pablo le da a los esposos en Efesios 5.

Ni una sola vez mi esposo ha amenazado mi don de liderazgo. De hecho, él a usado su “don de ayudar a otro” para hacerme más exitosa en la vida. En nuestra primera cita, Lucas me ayudó con el grupo de jóvenes que estaba pastoreando en ese tiempo. Él también tiene el don de la administración, lo cuál ha sido de mucha bendición en cada ministerio en el que hemos estado involucrados.

Hay mucha presión en las iglesias cristianas (y, en realidad, en la mayoría de las religiones) a abandonar los dones que Dios les ha dado a las mujeres por miedo a la desaprobación humana. Pero no respondemos a seres humanos, sino que respondemos a Dios.

Si Dios nos da un don, Dios espera que lo usemos para avanzar su reino. La Escritura no dice que algunos dones son para hombres y otros dones so para mujeres. Más bien, dice que el Espíritu da dones a quienes Él quiere:

Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo determina. (1 Cor. 12:11 NVI)

Jesús mismo condenó duramente a quienes desperdiciaron el don que Dios les había dado (Mateo 25:14-30). Si Dios nos da dos talentos (que era una forma de dinero en la antigüedad), y los usamos sabiamente, Dios nos dará más. Pero si enterramos nuestros talentos, debido al miedo o a alguna otra cosa. Dios le dará nuestros talentos a otra persona que respete a Dios más que a los seres humanos.

Así que sin importar que dones tengas, úsalos. No dejes que la iglesia o la sociedad te detenga. Las personas pueden ignorarte o perseguirte si tus dones no encajan con los roles fijos de género, pero Dios te honrará más y más, si eres fiel a los dones que Él te ha dado.


Fuente: http://www.jorymicah.com/do-not-bury-your-talents-due-to-gender-roles/

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