El Desafío de la Actual Autoridad Espiritual de Elena de White

Punto de Vista: El Desafío de la Actual Autoridad Espiritual de Elena de White

Por Will Eva

 

Meditando en la votación del 8 de Julio de la Asociación General en contra de permitir jurisdicciones regionales de ordenación  -y por implicación, el evidente intento de excluir a las mujeres del ministerio formal en la Iglesia- vale la pena echar otro vistazo  al que de hecho es el venerable “elefante” que está situado plácidamente en los santuario históricos y contemporáneos de la  Iglesia Adventista del Séptimo Día. La pregunta esencial que persiste hasta que haya una pregunta honesta es esta: “¿Cómo podemos cuadrar la acción más reciente del Congreso de la Asociación General en contra de la ordenación de la mujer y el ministerio en la Iglesia con el servicio ministerial respetado y autoritativo de la mujer Elena de White?

Por un lado tenemos la extenso y plenamente reconocida autoridad, alcance y carácter del ministerio de Elena de White en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, incluyendo la manera en que la Iglesia valora y ensalza ese ministerio. Por el otro lado, tenemos la manera en que todas las demás mujeres son tratadas como, en el mejor de los casos, si fueran de segunda categoría en la iglesia. En tanto nos gustaría negar la relevancia del género en este estado de las cosas, es imposible hacerlo honesta y coherentemente, sin caer en la racionalización e incluso en la duplicidad.

El ministerio de Elena de White y su aceptación oficial e inequívoca por parte de la Iglesia, nos provoca preguntas inevitables tales como: ¿Dónde estaba Dios y que pretendía cuando en el siglo XIX escogió a una mujer para tomar un rol clave en el desarrollo progresivo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día? ¿Cómo pudo haber llamado a alguien del género femenino para hacer cosas tan trascendentales si el en realidad está en contra de que las mujeres tomen roles significativos de liderazgo y ejerzan autoridad espiritual? Luego está la inevitable pregunta: ¿Dónde está Dios en el llamado de mujeres al ministerio adventista aquí y ahora? Si Dios llamó a una mujer como Elena de White al ministerio en la Iglesia, ¿por qué no puede llamar a otras mujeres a ministerios similares? A la luz de estas cuestiones sugestivas, es problemático ver cuán alegremente aprobamos acciones como la que recientemente fue votada en San Antonio, sin al menos admitir un gesto de desconcierto cuando se trata de las inconsistencias detrás de estas acciones.

Después de San Antonio, creo, el fenómeno espiritual y ministerial de Elena de White ha tenido un nuevo enfoque y sentido. Su parte fundamental en el desarrollo general teológico y organizacional de la Iglesia –tanto espiritual como estructura- y el rol de “primacía” que ella continua desempeñando en la guía de la Iglesia, pide aún más desde San Antonio un reconocimiento honesto y completo de nuestra postura contradictoria, particularmente en la manera en la que se relaciona al actual rol emergente de las mujeres en el ministerio de la Iglesia. Incluso aunque estemos preocupados con reforzar los dichos de esta mujer de Dios en la Iglesia, muchos de los más fervientes defensores del ministerio de Elena de White parecen estar obsesionados con encontrar nuevas maneras de mantener a todas las demás mujeres del servicio ministerial formal.

Nosotros sabemos que aunque la ordenación misma fue contemplada para Elena de White, no se actuó al respecto. Sin embargo, el hecho de que Elena de White no fue ordenada es irrelevante cuando uno mira a la influencia casi ilimitada –y si, poder- que nuestra Iglesia le concedió; independientemente de su ella fue ordenada o no. Este escenario debe destrozar las erróneas teorías teológicas de la “primacía masculina” que circulan en la Iglesia. Y es interesante notar que muy a menudo, aquellos cuyas dudosas presuposiciones hermenéuticas están en contra de las mujeres en el ministerio, son quienes más frecuentemente citan a una mujer, a Elena de White, como su principal o segunda autoridad, mientras buscan resolver toda clase de asuntos teológicos, conductuales y organizacionales que enfrenta la Iglesia actualmente… incluyendo la tensa cuestión de si las mujeres deberían recibir autoridad o recibir la ordenación correspondiente a un ministerio del Evangelio en la Iglesia Adventista del Séptimo Día; incluso aunque la autoridad otorgada a una mujer ordenada actualmente sería considerablemente menor que la que Elena de White recibió para llevar a cabo su ministerio.

Así que en realidad, el llamado de Dios a la mujer Elena de White y el reconocimiento oficial de la Iglesia hacia su llamado desafía cualquier intento de formular una teología determinada que prescriba un ministerio exclusivamente masculino, incluso se trata de un golpe decisivo contra la acción tomada en San Antonio el último Julio.

También es importante confirmar que sencillamente no podemos decir con integridad racional o espiritual –como algunos no dudarán en decir- que debido a que el ministerio de Elena de White incluía un elemento profético excepcional, que eso de alguna manera ubica su llamado al ministerio en una categoría única de algún tipo, lo cual nos permite ignorar la importancia de su género. El llamado ministerio de Elena de White, por todos los medios, incluye su don profético único, incluso aunque, al mismo tiempo, ese ministerio claramente se extiende más allá de este importante rol en una gran cantidad de significativas direcciones.

Dios llamó a una mujer a un puesto autoritativo de ministerio en nuestro medio, y hemos oficial e inquebrantablemente insistido por más de un siglo (¡a veces a costa de la desfraternización eclesiástica!) que ella y su autoridad sean explícitamente reconocidas y honradas. Como Iglesia hemos mantenido consistentemente, incluso hemos tendido a –controversialmente- hacer de su autoridad y ministerio una de nuestras “Creencias Fundamentales”. Aún así hemos ido a San Antonio y votado para rechazar categóricamente la realidad de que Dios de hecho si llama a mujeres al ministerio en la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Mientras observamos todas las características del amplio ministerio de Elena de White, y mientras reconocemos plenamente su extensión, anchura, altitud y profundidad; alegremente notamos el prodigioso don profético que ella tuvo (junto con las debilidades humanas que eran suyas). Pero también vemos su don de predicación y enseñanza (No, ¡Elena de White no estaba en silencio en la congregación reunida de la Iglesia!) y tal vez incluso su donde es escritura y continuo rol autoritativo y directivo entre nosotros.

Asi que, tal vez, los más significativo y sorprendente, junto con todos los dones espirituales de Elena de White, hubo un carisma de sabiduría administrativa y liderazgo que era muy evidente en esta mujer. Su liderazgo y sabiduría fue abundantemente demostrada y aceptada (sin embargo a regañadientes por momentos) mientras la Iglesia Adventista del Séptimo Día se movía hacia su formación y más tarde, bajo su considerablemente influyente guía, se convirtió en la organización mundial fenomenal que es actualmente.

Mirando a estos amplios y muy significativos aspectos del ministerio de Elena de White, uno se siente tentado a declarar que Elena de White no solo poseía el don de profecía junto con otros charismata, sino que ella también demostró el don espiritual preeminente del apostolado.

Pero independientemente de si aceptamos o no este generoso punto de vista sobre el ministerio de Elena de white, es crucial confirmar que si Dios dotó tan espléndidamente a una mujer entre nosotros, llamado para un ministerio tan ilustre, dominante e influyente, seguramente no puede haber ninguna razón para excluir a las mujeres actuales llamadas por Dios de la completa participación en el ministerio evangélico en la Iglesia Adventista del Séptimo Día.


Sobre el Autor: Will Eva pasó una década en la Asociación General como Editor de la Revista Ministerio, cinco años como Pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Kettering (Ohio) y ha servido como Secretario Ministerial en la Asociación de Potomac y en la Unión de Columbia.


Fuente: http://spectrummagazine.org/article/2015/10/07/viewpoint-challenge-ellen-whites-ongoing-spiritual-authority

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