El Congreso de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día voto que NO a permitir que las divisiones ordenen mujeres

La Iglesia Adventista del Séptimo Día reúne a delegados de todo el mundo cada cinco años para elegir a sus líderes y tomar decisiones trascendentales para la Iglesia. Este año, en el 2015, este congreso se realizó en la ciudad de San Antonio, EEUU, donde 2566 delegados de todo el mundo se reunieron. Entre las decisiones tomadas se incluyeron:

  • La elección del nuevo Presidente de la AG: Ted Wilson, junto con los vicepresidentes, tesoreros, secretarios y demás funcionarios de la AG.
  • La elección de los presidentes de cada una de las 13 divisiones.
  • La actualización del lenguaje de las Creencias Fundamentales

Pero la votación que más atención atrajo fue la de permitir o no a las divisiones que ordenen mujeres pastoras en sus territorios. Todo el día miércoles 8 de julio de destino a este tema. Después de varias horas en las que se explicó qué y cómo se iba a votar, cuál fue el resultado de TOSC y las implicaciones de cada uno de los posibles resultados, se realizó un debate de varias horas. A las 16:30 hora local se inició la votación mediante voto secreto. La moción completa que se votó es la siguiente:

“MIENTRAS que la unidad por la cual Jesús oró es de vital importancia para el testimonio de la Iglesia adventista, y;

MIENTRAS que la Iglesia Adventista del Séptimo Día busca involucrar a todos sus miembros en su misión global de hacer discípulos de Jesucristo entre personas de toda nación, cultura y etnia, y;

MIENTRAS que varios grupos establecidos por la Asociación General y sus divisiones han estudiado cuidadosamente la Biblia y los escritos de Elena de White con respecto de la ordenación de la mujer y no han llegado a un consenso sobre si la ordenación ministerial para las mujeres es unilateralmente afirmada o negada, y:

MIENTRAS que la Iglesia Adventista del Séptimo Día afirma que “Dios ordenó que tengan autoridad los representantes de su iglesia de todas partes de la tierra, cuando están reunidos en el congreso de la Asociación General (Elena de White, Testimonios para la Iglesia, vol. 9, p. 209)

POR LO TANTO, el Comité Ejecutivo de la Asociación General le pide a los delgados en su sagrada responsabilidad ante Dios en el Congreso de la Asociación General del 2015 que respondan a la siguiente pregunta:

Después de haber estudiado minuciosamente la Biblia, los escritos de Elena de White y los reportes de las comisiones de estudio sobre la ordenación, y;

Después de considerar cuidadosamente que es lo mejor para la Iglesia y el cumplimiento de su misión,

¿Es aceptable para los comités ejecutivos de la división, según les pueda parecer apropiado en sus territorios, hacer provisión para la ordenación de las mujeres para el ministerio evangélico? Si o No.”

El resultado de la votación fue el siguiente:

NO = 1381

SI = 977

ABTENCIONES = 5

TOTAL = 2363

 

Es necesario comprende cuales son las implicaciones de esta votación:

QUE SI SIGNIFICA EL VOTO NEGATIVO

  1. Que las divisiones no podrán ordenar mujeres en su territorio.
  2. Que la Iglesia Adventista ha decidido que no se siente cómoda teniendo prácticas diferentes en regiones diferentes

QUE NO SIGNIFICADA EL VOTO NEGATIVO

  1. La votación no se trataba de si la ordenación de la mujer era o no bíblica. Se trataba de si se les permitiría a las divisiones ordenar mujeres. El resultado no es un rechazo de la ordenación de la mujer como doctrina.
  2. Tampoco significa que no se podrán ordenar mujeres en la IASD. Esto se debe a que de acuerdo con los reglamentos vigentes, las uniones podrán continuar ordenando mujeres si así lo desean. Esto se debe a que la autoridad final sobre las ordenaciones las tienen las uniones. El Working Policy (Políticas de Trabajo en inglés), que es “la voz colectiva de los Adventistas del séptimo Día en lo concerniente a las creencias, estructura denominacional, relaciones y procedimientos operacionales.”[1], declara explícitamente en su sección B 05, inciso 6: “…las decisiones concernientes a la ordenación de ministros son confiadas a la unión… De esta manera, cada nivel de organización ejerce un dominio de autoridad final y responsabilidad que puede tener implicaciones para otros niveles de organización”[2]

Implicaciones Históricas

No es la primera vez que se vota sobre la ordenación de la mujer al ministerio pastoral en un Congreso de la Asociación General.

En 1990 y en 1995 se realizaron votación. El porcentaje de votos a favor fue el siguiente:

1990 = 24%

1995 = 31%

2015 = 41%

Analizando el transcurso histórico nos damos cuenta que el número de delegados a favor de la ordenación de la mujer ha aumentado considerablemente. Se puede observar una aceptación creciente hacia la ordenación de la mujer en el ministerio pastoral.

Implicaciones geográficas

Mientras que muchas personas ven la iniciativa de la ordenación de las mujeres como una “agenda” de la División Norteamericana (NAD por sus siglas en inglés) o de Europa (TED por sus siglas en inglés), las estadísticas demuestran lo contrario. El voto a favor fue del 41.4%, mientras que los delegados de Europa apenas son el  3.9% y los delegados del NAD –es necesario recordar que no todos estaban a favor- eran el 9.4%. Eso implica que la mayoría de los votos a favor vino desde fuera de Europa y Norteamérica.

¿Qué debemos hacer ahora?

La Asociación General ha tomado una decisión y estemos o no de acuerdo con ella, debemos respetarla. Ahora es el momento de recordar que nuestra misión como Iglesia es la predicar el evangelio a todo el mundo. Y aunque la Iglesia no esté dispuesta a permitir que las mujeres desarrollen plenamente sus dones y aunque  su llamado no sea reconocido, debemos intentar cumplir con la Gran Comisión dada las circunstancias en las que estamos.

Jesús oró por su pueblo pidiendo “para que sean uno, así como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí. (Juan 17:22-23)

Yo permitamos que nuestras acciones, palabras o actitudes dañen la unidad de la Iglesia, ni que las diferencias de opiniones sean divisivas entre nosotros. Oremos porque la Iglesia pueda cumplir su misión y Cristo vuelva pronto


Referencias

[1] Working Policy of the General Conference of Seventh-Day Adventist, 2009-2010 ed, (Hagerstown: Review and Herald Publishing Association, 2009), 59

[2] Ibíd., 58

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