Así que sabes un versículo, pero ¿Has leído toda tu Biblia?

Así que sabes un versículo, pero ¿Has leído toda tu Biblia?

Por Kelly Ladd

Todas las veces.

Todas las veces que hay un debate sobre el rol de la mujer en el liderazgo de la iglesia, alguien arroja este versículo: “Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio” (1 Timoteo 2:12 RV1960)

Quienes usan este versículo esperan que sirva para terminar la discusión. Es muy claro. La Biblia dice, sin ninguna duda, que las mujeres no deben enseñar a los hombres, y que no deben tener autoridad sobre ellos. Ellas deben estar en silencio. El fin.

Si toda tu Biblia fuera solo 1 Timoteo 2:12, entonces esto sería correcto. Sin embargo, hay otros 65 libros en la Biblia, y más de 30.000 otros versículos.

Quiero mostrarte algunos de esos versículos:

Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot” (Jue. 4:4)

Id y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito. Entonces fueron el sacerdote Hilcías, y Ahicam, Acbor, Safán y Asaías, a la profetisa Hulda, mujer de Salum hijo de Ticva, hijo de Harhas, guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalén en la segunda parte de la ciudad, y hablaron con ella” (2 Reyes 22:13, 14)

“Entonces Abigail tomó luego doscientos panes, dos cueros de vino, cinco ovejas guisadas, cinco medidas de grano tostado, cien racimos de uvas pasas, y doscientos panes de higos secos, y lo cargó todo en asnos. Y dijo a sus criados: Id delante de mí, y yo os seguiré luego; y nada declaró a su marido Nabal. […] Y dijo David a Abigail: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases. Y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano.” (1 Samuel 25:18-19, 32-33).

“Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: Vé y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.” (Ester 4:15, 16)

Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho.” (Juan 4:39)

Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas vé a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas.” (Juan 20:17-18)

“Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo.” (Romanos 16:1-2)

“Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, que expusieron su vida por mí; a los cuales no sólo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles.” (Romanos 16:4)

“Saludad a María, la cual ha trabajado mucho entre vosotros. Saludad a Andrónico y a Junia, mis parientes y mis compañeros de prisiones, los cuales son destacados entre los apóstoles, y que también fueron antes de mí en Cristo.” (Romanos 16:6-7)

“trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.” (2 Timoteo 1:5)

“Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía.” (Hechos 9:36)

“Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos.” (Hechos 16:14-15)

“Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa.” (Colosenses 4:15)

“Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.” (Hechos 2:17, 18)

“Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” (Gálatas 3:28)

Hay muchos otros versículos e historias de mujeres fuertes que levantaron su voz, que tenían autoridad, que eran líderes, cuyas oraciones y palabras reciben la autoridad de la escritura, y que no estaban en silencio.

Así que la próxima vez que alguien apele a 1 Timoteo 2:12, recuérdale que lea toda la Biblia.

 

Por más información sobre el verdadero significado de 1 Timoteo 2:12, accede a los siguientes links:

1 Timoteo 2:12 ¿Cómo interpretarlo?

¿Como debemos interpretar 1 Timoteo 2:12?

La Mujer y 1 Timoteo 2:12

Pioneros Adventistas Interpretan 1 Timoteo 2:12

 

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