¿Qué significa ser cabeza de la mujer?

“Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo.” (1 Co. 11:3)

La Biblia declara que el hombre es la cabeza de la mujer. Más allá de las interpretaciones teológicas que se le pueden dar, quiero que nos enfoquemos en la parte práctica de esta declaración: ¿Qué significa que el hombre es la cabeza de la mujer?

Para muchos adventistas significa que la mujer debe estar sometida al hombre quien, en su papel de “cabeza”, debe tenerla bajo su autoridad. Sin embargo, existen varias razones por las cuales este es un concepto completamente equivocado de la “cabeza”.

Para empezar, quiero aclarar que las palabras griegas para “hombre” y “mujer” en ese texto pueden ser traducidas como “esposo” y “esposa”. Esta traducción también es más coherente con la Biblia, que solo presenta la sumisión de la mujer hacia el hombre dentro del matrimonio, y con Elena de White, quien siempre aplicó este versículo dentro del contexto del matrimonio.

La primera vez que aparece la sumisión dentro del matrimonio es en Genésis 3, cuando debido al pecado la mujer pasó a estar sujeta a su marido. La sumisión fue la consecuencia del pecado, el Plan B de Dios por así decir. Antes de la caída el hombre y la mujer disfrutaban de plena igualdad en su matrimonio, tal como Elena de White lo  declara:

“Cuando Dios creó a Eva, quiso que no fuese ni inferior ni superior al hombre, sino que en todo fuese su igual.” Joyas de los Testimonios, p. 413

Sin embargo después del pecado fue necesario introducir un cambio. La Hermana White lo describe así:

“En la creación Dios la había hecho igual a Adán. Si hubieran permanecido obedientes a Dios, en concordancia con su gran ley de amor, siempre habrían estado en mutua armonía; pero el pecado había traído discordia, y ahora la unión y la armonía podían mantenerse únicamente mediante la sumisión del uno o del otro.” (Patriarcas y Profetas, p. 38)

Sin embargo hay un concepto errado de esta sumisión descrita en la Biblia. Dios no estableció un “rol” para el hombre y para la mujer. El hombre al casarse no se convierte automáticamente en la cabeza del hogar. Ni tampoco la mujer al casarse automáticamente debe someterse al marido.

La mujer debe estar sumisa a su esposo en tanto el esposo este sumiso a Dios. El esposo no ha recibido un rol intransferible e inmutable, sino todo lo contrario. Un hombre que no se somete a Cristo no puede convertirse en la cabeza de la familia. Elena de White lo describió así:

“El vínculo que une al Señor Jesús con su iglesia no ha sido adecuadamente representado en la relación que muchos esposos mantienen con sus esposas, pues no han guardado el camino del Señor… Pero no era el plan de Dios que el esposo tuviese el control, como cabeza de la familia, si no se ha sujetado a Cristo” (El Cristo Triunfante, p. 147)

Pero Elena de White no solo nos dice que un hombre que no se somete a Cristo no es la cabeza de su esposa, sino que da un consejo muy útil para los esposos:

“El Señor ha constituido al esposo como cabeza de la esposa para que la proteja; él es el vínculo de la familia, el que une sus miembros, así como Cristo es cabeza de la iglesia y Salvador del cuerpo místico. Todo esposo que asevera amar a Dios debe estudiar cuidadosamente lo que Dios requiere de él en el puesto que ocupa.” (Mente, Carácter y Personalidad, p. 168)

¿Qué requiere Dios de la cabeza de la familia? Bueno me propuse buscar todos las obligaciones que la Biblia les da a los esposos. Estas son todas las que encontré:

  • Someterse a su esposa en el Señor (Efe. 5:21)
  • Sostener materialmente a su familia (1 Tim. 5:8)
  • Solo tener una sola esposa y serle fiel (1 Co. 7:2)
  • Amarla como a sí mismo (Efe. 5:28)
  • Hacer feliz a su esposa (1 Co. 7:33)
  • Cuidarla como Cristo cuida a su Iglesia (Efe. 5:29)
  • Honrar a su esposa en todo (1 Pe. 3:7)
  • Entregarse por su ella (Efe. 5:25)
  • Cumplir con el “deber conyugal” (1 Co. 7:3)
  • No abandonarla, excepto por infidelidad (1 Co. 7:11; Mat. 19:9)
  • Amarlas y no ser duros con ellas (Col. 3:19)

Estas son todas las obligaciones que tiene la cabeza de la familia. Esto es lo que significa ser cabeza de la esposa. Quien no cumple con estas obligaciones no puede ser llamado cabeza de su esposa.

Curiosamente no he podido encontrar nada acerca de “dar órdenes”, “imponer su voluntad”, “tener bajo su autoridad”, ni nada parecido…

En fin, volviendo atrás, es curioso que Pablo les diga a los efesios que se “sometan los unos a los otros”, al hablar de matrimonio, declarando así que los hombres también deben someterse a sus esposas. ¿Pero cómo puede un hombre someterse a alguien inferior? Exacto, no puede. Nadie puede someterse alguien inferior, porque la mujer no debe ser inferior al hombre sino igual a su esposo, tal como Elena de White lo escribió:

La mujer debe ocupar el puesto que Dios le designó originalmente como igual a su esposo. […] Debe considerar que tiene igualdad con su esposo, que debe estar a su lado permaneciendo fiel en el puesto de su deber y él en el suyo.” (Consejos para la Iglesia, p. 255-256)

Entendamos, la mujer también es la co-cabeza en la familia, junto a su esposo. Elena de White lo sabía y en numerosas ocasiones declaró que la mujer también es la cabeza de su familia:

“Si la atmósfera que rodea a Carolina es muy agradable para ti; si ella llena las aspiraciones que tienes en cuanto a lo que debe ser la esposa que ha de estar a la cabeza de tu familia;” (Cartas a Jóvenes Enamorados, p. 66)

“¿Han sido educados para ser buenos padres y madres de familia? ¿Pueden ponerse a la cabeza de un hogar como maestros entendidos?” (Consejos para los Maestros, p. 370)

“Toda mujer que está a la cabeza de una familia pero no entiende el arte de la sana cocina, debería resolverse a aprender algo de tanta importancia para el bienestar de los suyos.” (Consejos sobre el Régimen Alimenticio, p. 303)

“¿Han sido educados para ser padres y madres sabios? ¿Pueden ponerse a la cabeza de una familia como instructores entendidos” (La Educación Cristiana, p. 236)

“De este modo, el amor se mantendrá cálido en el corazón, y los que salgan de un hogar así, para estar a la cabeza de una familia propia, sabrán aumentar la felicidad de quien hayan escogido por compañero o compañera de su vida.” (Mensajes para los Jóvenes, p. 329)

Conclusión

¿Qué implica que un hombre sea cabeza de su esposa? La Biblia nos dice que el hombre debe amar, cuidar y respetar a su esposa como su igual. Tratarla como Cristo trata a su Iglesia, serle fiel y hacerla feliz. Así como Dios es amor, la esencia del matrimonio debe ser el amor mutuo. La tiranía, el maltrato y el abuso forman lo opuesto de lo que Dios espera de un hombre. Pues el plan divino le pide al esposo que muestre la “ternura, amor, delicadeza, paciencia noble, y verdadera cortesía, que es digna de la cabeza del hogar” (Testimonios para la Iglesia, vol. 3, p. 610)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *